"Vivimos en tiempos muy inciertos, navegamos en aguas turbulentas", avisa el comisario de Asuntos Económicos, Paolo Gentiloni. Los ministros de Economía de la eurozona han reclamado este lunes "prudencia" en las ayudas que los diferentes Estados miembros están movilizando frente a la crisis energética para evitar aumentar la inflación y la deuda pública.
Las rebajas generales de impuestos para toda la población -una medida adoptada por la mayoría de Estados miembros para mitigar el rápido aumento de los precios del gas y la electricidad- "deberían ser temporales y ajustarse para centarse cada vez más en los más vulnerables", reza la declaración aprobada al término del Eurogrupo. Los cheques de ayudas son además "preferibles" a las reducciones de precios.
Los ministros han constatado que el impacto de la guerra en Ucrania y de la inflación desbocada ya se deja sentir en la actividad económica de la eurozona. La Comisión Europea publicará el próximo 14 de julio sus previsiones de verano, en las que prevé empeorar el crecimiento en 2022 y 2023 y revisar al alza la inflación, según ha adelantado el vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis.
En sus anteriores estimaciones de primavera, Bruselas calculaba una expansión del 2,7% este año y del 2,3% el que viene, con una inflación anual del 6,1% y del 2,7%, respectivamente. Las nuevas cifras todavía prevén un crecimiento positivo, pero el Ejecutivo comunitario admite ya que habrá una recesión en la eurozona si el Kremlin corta definitivamente el suministro de gas.
"En las actuales condiciones, hay consenso en que sostener la demanda global no está justificado y en que la prioridad debe ser proteger a los más vulnerables", ha explicado el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, al término de la reunión. Los países de la eurozona se comprometen a "preservar la sostenibilidad de la deuda y apoyar el crecimiento a largo plazo", ha agregado.
"Evitaremos tomar decisiones que alimenten las presiones inflacionistas y compliquen la transmisión de la política monetaria. No podemos salir de los altos precios de la energía con más gasto", sostiene el presidente del Eurogrupo, que pide a los Estados miembros que concentren la inversión en soluciones sostenibles en materia de renovables y eficiencia energética.
"Los Estados miembros deben hacer la transición desde los estímulos de base amplia hacia políticas más prudentes, orientadas a la estabilidad, en particular en los Estados miembros con una deuda alta", ha reclamado por su parte Gentiloni, en referencia a Italia, España, Grecia y Portugal. "La suspensión de las reglas de déficit y deuda también en 2023 "no supone un llamamiento para una barra libre de gasto", subraya el comisario de Asuntos Económicos.
[Calviño descarta la recesión en España y rechaza las bajadas generalizadas de impuestos]
"Las medidas adoptadas para mitigar el impacto de la crisis energética deben ser selectivas -para los hogares más vulnerables- y temporales. También deben mantener los incentivos para la eficiencia energética". A juicio de Gentiloni, las ayudas generales y permanentes "socavarían la transición climática".
"Frente a las bajadas de impuestos generales o las medidas de corte global, es necesario adoptar medidas que se orienten al apoyo a los colectivos y a los sectores más afectados. Y medidas que sean también coherentes con nuestros objetivos de medio plazo: tanto responsabilidad fiscal como el impulso de la transición energética", ha defendido también la vicepresidenta primera, Nadia Calviño.
¿Habrá recesión?
Por lo que se refiere a las previsiones de crecimiento, Bruselas resalta que la economía de la eurozona está mostrando una notable "resiliencia" frente a los shocks causados por la guerra en Ucrania. Una resiliencia que se explica por el impulso de la reapertura del sector servicios tras la Covid y por el mínimo histórico de paro.
Al mismo tiempo, la agresión de Rusia está afectando a la confianza, ha empujado la inflación al alza y ha creado una situación de alta incertidumbre. El Ejecutivo comunitario todavía pronostica un escenario de ralentización del crecimiento, pero admite que la recesión es un riesgo real.
"El factor crucial para un posible escenario adverso es el suministro de energía. Y este riesgo no ha disminuido, sino que todavía está ahí y sigue aumentando", ha indicado el comisario de Asuntos Económicos.
"Seguimos viendo crecimiento en las economías nacionales y en la eurozona. Admitimos que es un crecimiento más bajo de lo que hubiera sido sin el impacto de la guerra y también reconocemos que un cambio en la disponibilidad de energía podría afectar todavía más a las previsiones", ha avisado el presidente del Eurogrupo.
Por su parte, Calviño se ha mostrado convencida de que no habrá recesión en España, pase lo que pase. "Estamos hablando de unas previsiones de crecimiento en el entorno del 4% este año y en el entorno del 2% el año próximo. Por tanto, un crecimiento fuerte incluso en un contexto de tan elevada incertidumbre como el que estamos viviendo de cara a la segunda parte del año", asegura la vicepresidenta.
Eso sí, el director del fondo de rescate de la UE (MEDE), Klaus Regling, descarta por completo una nueva crisis de deuda en la eurozona provocada por la rebaja del crecimiento y el aumento de los tipos de interés. A diferencia de lo ocurrido hace ahora 10 años, no hay ahora países en la eurozona con graves desequilibrios, grandes déficits por cuenta corriente o pérdida de competitividad.
Además, los gastos anuales en intereses de la deuda en relación al PIB de todos los Estados miembros están en el nivel más bajo en 50 años. "Eso no significa que los países no deban ser prudentes en sus políticas prespuestarias, porque van a tener más gastos debido al envejecimiento de la población o a la transicion digital y verde. Pero eso es muy diferente a decir que estamos entrando en la próxima crisis porque los tipos de interés suben", ha dicho Regling.