Así lo ve el 58% de los consultados. En este contexto, los empresarios estiman que España afronta la peor situación económica en ocho años, con la excepción de 2020, año en el que irrumpió la Covid. 

La empresa familiar opina que, en una valoración de 0 a 9 puntos, la situación económica actual está en los 4,91 puntos. Para encontrar una calificación peor hay que asomarse a 2014, año en el que la puntuación fue de 4,26. 

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En años anteriores las calificaciones fueron todavía más bajas, algo lógico teniendo en cuenta que nuestro país estaba sumergido en la crisis financiera conocida como Gran Recesión. 

La encuesta se ha realizado entre los más de 500 asistentes al XXV Congreso Nacional del IEF que, con todo, ven el vaso de 2023 medio lleno. Un 48% de ellos considera que su empresa experimentará un aumento de las ventas el próximo año. En cambio, el 39% considera que las cifras serán similares. 

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Más de la mitad de los empresarios vaticina que mantendrá el nivel de empleo actual y el 35% contratará más trabajadores. En cambio, solo el 9% contempla reducciones de plantilla. 

Pese a estas garantías del empleo, la empresa familiar se siente poco valorada. El 63% de los consultados consideran que su labor está escasamente reconocida socialmente. 

En cambio, según una encuesta encargada a Sigma Dos por el IEF hecha entre la población general sobre el rol de la empresa familiar, esto no es así. Concretamente, cerca del 82% de los ciudadanos piensa que son parte fundamental del tejido industrial y comercial. 

Precisamente, Andrés Sendagorta, presidente del IEF, remarcó este rol este lunes. "Representamos una parte muy destacada de la realidad española. Las empresas familiares marcan el pulso de nuestro país y de nuestra sociedad. Somos protagonistas prudentes y discretos de nuestro destino. Vamos a seguir trabajando, a pesar del ruido, para que nuestras empresas sean cada vez mejores y nuestro país avance por la senda del progreso y la prosperidad".  

Datos

Entre los datos esgrimidos por Sendagorta, se encuentra que las empresas familiares emplean a 1,1 millones de personas, facturan 172.000 millones de euros y generan un valor añadido bruto de 43.000 millones.

Con ello, estas empresas "pagan más de 3.000 millones de euros en el Impuesto sobre Sociedades y unos 5.200 millones en contribuciones sociales. Son cifras que nos dicen que buena parte de lo que ocurre en España, y de lo que el mundo sabe de España, pasa y sucede a través de empresas familiares".