Cuerpo (Tesoro): "Los escenarios más pesimistas no se cumplen; la resiliencia de la economía está siendo buena"
El secretario general del Tesoro asegura que "el acuerdo con la banca por las hipotecas alivia a las familias y da estabilidad al sector".
27 diciembre, 2022 01:54Cuando Carlos Cuerpo se puso a los mandos de la Secretaría General del Tesoro y Financiación Internacional, en agosto de 2021, no podía imaginar los retos a los que tendría que hacer frente en 2022, con el estallido de una guerra en plena Europa que dinamitaría los planes de cualquier ministerio.
Cierto es que no era ajeno al devenir de los mercados, pues antes de convertirse en secretario general del Tesoro había ocupado el cargo de director general de Análisis Macroeconómico del Ministerio de Asuntos Económicos, llevando, por tanto, la batuta en la elaboración de las previsiones macroeconómicas del Gobierno, el Plan Presupuestario y el Programa de Estabilidad.
Un puesto al que le alzaron sus posiciones previas como analista en esa misma Dirección General (en otro periodo turbulento para la economía, entre 2008 y 2011), experto nacional en la Dirección General de Asuntos Económicos y Financieros en la Comisión Europea (2011-2014) y director de la División de Análisis Económico en la AIReF (2014-2020).
Al frente del Tesoro, donde sustituyó a Carlos San Basilio, el también técnico comercial y economista del Estado ha pilotado la estrategia de financiación en dos de los años más difíciles para la economía española, con los restos del naufragio de la pandemia aún presentes y el estallido de la invasión rusa de Ucrania, así como con su consecuente efecto en la economía, materializado en una elevadísima inflación.
Cuerpo, con todo, confía en la resiliencia de la economía de cara a los próximos meses. "Se va confirmando que los escenarios más pesimistas no se materializan", opina. La caducidad de los cientos de previsiones que se han elaborado en el último año y medio parecen darle, por ahora, la razón.
¿El cambio de política monetaria está siendo muy rápido? ¿Hasta dónde podrían llegar los tipos?
La evolución de los tipos y las decisiones que están tomando los bancos centrales están en consonancia con la evolución que ha tenido la inflación. Creo que la decisión tomada por parte del Banco Central Europeo (BCE) este mes de diciembre se ha traducido en un pequeño incremento del posible tipo terminal que esperan los mercados, al pasar de niveles ligeramente por debajo del 3% a estar en torno al 3%. Se está produciendo una convergencia sobre hacia dónde pueden estar yendo los bancos centrales y cuál podría ser el punto final o el tipo de terminal.
Se esperaba que con el cambio de política del BCE los diferenciales con Alemania se disparasen. Sin embargo, las primas de riesgo en Europa, en general, y en España, en particular, se mantienen más o menos estables. ¿A qué se debe?
En el caso español está claro que el principal motivo es que desde el Tesoro se han hecho los deberes en los últimos años. Nos hemos preparado para este proceso de normalización de la política monetaria, independientemente de que se esté produciendo un poco más rápido de lo esperado inicialmente.
Hay un punto macroeconómico respecto a la situación actual de la economía española y el impacto que han tenido las medidas para evitar que la crisis relacionada con la Covid-19 tuviera un impacto estructural, es decir, que saliéramos con una recuperación fuerte y rápida, sin cicatrices, de la pandemia. Y luego están las medidas actuales, con las que estamos consiguiendo contener la inflación y apoyar a aquellas familias o empresas más afectadas por la subida de los precios.
"Los ingresos del Estado suben por la evolución de la economía y la digitalización de los pagos"
La prima de riesgo es un indicador resumen de la situación de la confianza de los inversores. Pero también hay otras métricas, como el interés de los inversores extranjeros por nuestra deuda. Hemos registrado un incremento bastante rápido, hasta llegar a niveles incluso del 44%, que se está manteniendo en las circunstancias actuales. Ese es otro de los principales elementos de tranquilidad y de estabilidad y que refleja, precisamente, la buena situación actual en términos de confianza de la deuda española.
Hay más. Por ejemplo, la demanda en nuestras subastas. Vamos a cerrar este año con una demanda de nuestros títulos en torno a dos veces la oferta que hemos subastado.
¿Cómo se ha preparado España para la subida de tipos entonces?
Un elemento principal ha sido el alargamiento de la vida media de nuestra deuda. Hemos conseguido llegar a una cifra en torno a los ocho años y eso supone que la cantidad de deuda que tenemos que refinanciar año a año es pequeña con respecto al volumen total, en torno a un 12% o 15%. Esto hace que tengamos un riesgo de refinanciación muy bajo y que podamos ajustar muy bien nuestras emisiones ante las posibles subidas de tipos.
Aparte de este reducido riesgo de refinanciación, el coste medio de nuestra cartera está cerca de los mínimos que se alcanzaron el año pasado, en torno al 1,64%. Este año, pese a todas las subidas de tipos, el coste medio apenas se va a ver afectado, por lo que esperamos que se sitúe entre el 1,71% y el 1,73%.
Por otra parte, estamos sustituyendo bonos que se emitieron hace 10 o 12 años a tipos muy altos por bonos que, pese al incremento de tipos, se están emitiendo a niveles históricamente bajos. Creo que son todos buenos indicadores de sostenibilidad para los próximos años.
Todos estos cambios, ¿serán suficientes para capear un contexto de tipos altos durante mucho tiempo?
Hemos conseguido generar una inercia en cuanto a la estabilización o a la contención de nuestros costes en términos financieros. Evidentemente, la subida de tipos supone un incremento de nuestros costes, pero este incremento será gradual.
El Banco de España ha descartado ya la posibilidad de que se produzca una recesión técnica en los próximos meses, pero ha empeorado sus previsiones de crecimiento en 2023. Dibuja también un escenario con inflación alta hasta 2024, ¿son muy optimistas las proyecciones del Gobierno?
Tanto el Banco de España como otras instituciones van actualizando al alza las previsiones para 2022. En este caso hay un punto clave y es que se va confirmando que los escenarios más pesimistas no se materializan. Sólo tenemos que repasar la hemeroteca de hace unos meses, cuando había preocupación por escenarios catastrofistas que no se han materializado. El Gobierno ya venía anticipando que la resiliencia de la economía española estaba siendo buena. Sólo hay que mirar datos.
Desde el PP acusan al Gobierno de doble rasero con la inflación y de lucrarse con los ingresos 'extra'. ¿Debería usarse ese excedente para reducir deuda?
Es una discusión en la que se deben analizar las razones que nos llevan a tener mayores ingresos. Ese es el primer elemento que normalmente se tiende a omitir. Ya en 2021, donde todavía no teníamos el elemento de presión inflacionista, los ingresos evolucionaron de forma muy positiva, con tasas de crecimiento muy por encima de lo esperable. Se debe a dos razones. Por un lado, al comportamiento macroeconómico y, por el otro, a la digitalización de los pagos, que impacta en el reflote de economía sumergida.
Más allá de que en el año 2022 puede haber un elemento adicional de impacto relacionado con la evolución de los precios, tenemos que alegrarnos todos de que estén subiendo los ingresos porque supone reducir una de las vulnerabilidades que hemos venido arrastrando en las últimas décadas, que es el déficit estructural de la economía española. Con lo cual, la mejora permanente de los ingresos es un elemento sustantivo de mejora de la sostenibilidad de nuestras finanzas públicas.
Ustedes son partidarios de unas nuevas reglas de estabilidad, que conlleven una corresponsabilidad por parte de los Estados y que estos sean los que fijen sus objetivos de reducción, ¿es factible llevar a cabo un programa similar? ¿Cree que Alemania aceptará una propuesta como esa?
La reforma del marco fiscal europeo es uno de los grandes hitos que nos espera en el 2023. Esperamos que toda esta discusión pueda finalizar durante la presidencia española. Creemos que es necesario llegar lo antes posible a un acuerdo en materia del marco fiscal que va a regir en los próximos años en Europa.
Creo que uno de los elementos que fallaba en las reglas anteriores era que estas sendas de ajuste venían impuestas. Los propios ciudadanos las percibían como algo exógeno, que no derivaban directamente de la soberanía nacional, y que muchas veces no se ajustaban a las características específicas de los países por ser un marco muy rígido.
"Las reglas de reducción del déficit deben ser claras y tener en cuenta las características de cada país"
Ese es uno de los fallos principales que llevó a que, en la práctica, el cumplimiento fuera menor de lo esperado. Ahora se trata de darles la vuelta, de hacer que estas sendas de reducción de deuda tengan unas características claras. Que tengan en cuenta la idiosincrasia de los países, es decir, las características específicas de la evolución demográfica, de crecimiento potencial, de punto de partida de deuda... para poder ajustarlas a las necesidades de cada Estado.
No olvidemos que esta visión hacia adelante tiene que caracterizarse también por un elemento común a todos los países, que son las necesidades de inversión para la transición verde y para los elementos de industrialización estratégica que vamos a tener en los próximos años.
La vicepresidenta presentó hace unos días la adenda al Plan de Recuperación. Una parte de los préstamos se canalizará a través de la banca, pero, ¿van a ser las entidades las que decidan finalmente qué proyectos merecen la financiación? ¿Cómo va a ser esa colaboración?
La colaboración con las entidades bancarias ya fue un éxito en la canalización de los créditos avalados por el ICO en la pandemia. Queremos repetir esta experiencia ahora en los créditos y los instrumentos financieros que puedan instrumentarse gracias a la adenda.
¿La reforma de pensiones estará a tiempo o hay riesgos para el siguiente pago de los fondos?
Las pensiones no entran dentro de nuestra área de competencia, pero sí que hay un mensaje general que es importante y es que seguimos cumpliendo con todos los hitos de nuestro plan de recuperación y seguimos siendo líderes en Europa en cuanto a su cumplimiento. Se nos olvida muchas veces que el plan de recuperación español tiene una anticipación de las reformas y esto es un elemento también diferencial con respecto a situaciones anteriores.
Somos el único país, por ahora, que ha pedido el tercer desembolso. Estamos esperando en próximos meses los siguientes hitos del tercer desembolso, pero ya pensando en el cuarto. Y cuando estemos con el cuarto ya estaremos pensando en el quinto, porque esto es un engranaje que no para y en el que estaremos hasta 2026.
El Estado prorroga este martes hasta 2025 su margen de venta del 16% de CaixaBank, ¿planean mantener su participación en la entidad a largo plazo?
Tenemos claro que de lo que se trata es de optimizar el punto de desinversión para maximizar el retorno para los contribuyentes. Desde el principio la estrategia ha sido, y sigue siendo, la de desinversión. En el entorno actual entendemos que el valor de CaixaBank sigue teniendo recorrido al alza y por eso nos dotamos de un plazo más amplio.
¿Pero hay sobre la mesa algún plan para vender algún paquete?
No hay nada decidido. Estamos en un análisis continuo de la situación de mercado. La evolución de CaixaBank en el último año, comparada con otros valores del propio sector bancario, es espectacular. Yo creo que se están materializando los beneficios y los elementos que ha tenido la fusión con Bankia. Pensamos, de hecho, que el valor de CaixaBank todavía tiene recorrido alcista a corto plazo.
CaixaBank ha sido una de las entidades que se ha abierto a recurrir el impuesto a la banca "si no es conforme a Derecho". ¿Cómo afrontan esta amenaza de una entidad de la que el Estado es accionista?
Con total tranquilidad. Ya se están dando pasos para que la implementación de los gravámenes, tanto del sector financiero como del energético, sea ya efectiva en 2023. Esperamos que empiecen a dar réditos también y que estos dos sectores contribuyan a soportar el peso del coste de hacer frente a las consecuencias de la guerra de Ucrania para empresas y ciudadanos.
En el sector se da por hecho que serán varias las entidades que recurran en los tribunales el impuesto. ¿Estas amenazas enfrían de alguna manera su relación con el sector, que ha estado llena de altibajos en los últimos meses?
Tenemos una relación muy buena, tanto con las patronales como con las propias entidades en sí. Fruto de esa buena relación este año hemos tenido muy buenos resultados. Hemos firmado los protocolos de inclusión financiera, tanto los de atención personalizada en oficinas para mayores o personas con discapacidad, como los de atención personalizada en el medio rural.
El acuerdo al que hemos llegado en materia de apoyo a aquellas familias más vulnerables ante la subida de tipos es otro ejemplo de esta buena colaboración y de este buen entente entre el sector financiero y el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
Hablando del sector financiero, su socio de Gobierno considera que las medidas puestas en marcha para aliviar la carga financiera de los hipotecados vulnerables no son suficientes. ¿Van a intentar tomar nuevas medidas o creen que ya es suficiente?
Respecto al acuerdo con la banca, una de las frases más repetidas cuando he hablado con estos agentes involucrados es que el acuerdo es equilibrado. El punto al que hemos llegado supone un alivio efectivo para las familias que además tiene en cuenta el posible impacto en materia de provisiones o de estabilidad financiera para el sector. Ese punto de equilibrio, que señaló en los días posteriores al acuerdo el propio gobernador del Banco de España, es esencial y nos mantiene en una posición de seguridad con respecto al impacto que puede tener.