La Consejería de Economía y Hacienda ha enarbolado esta bandera con un comunicado en el que ha situado a Cataluña en "la cola de las comunidades del régimen común en ingresos recibidos por habitante", pese a ser una de las regiones que más aporta a los ingresos públicos. 

Según los cálculos de la Generalitat, basados en datos de liquidación del Ministerio de Hacienda, Cataluña fue el tercer territorio que aportó más ingresos per cápita al sistema, un 17,5% por encima de la media. 

Sin embargo, la posterior redistribución por parte del Estado "la derribó a la décima posición. Esto supone una pérdida de casi 20 puntos porcentuales (en concreto, 19,8), y la diferencia aumenta hasta los 26,4 puntos si se tiene en cuenta el impacto del coste de la vida, que relega a Cataluña a la decimocuarta autonomía en recursos recibidos".

La Generalitat insiste en que esta situación se repite desde hace más de una década, y denuncia el modelo de financiación. Sin embargo, la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha vuelto a desmontar estas valoraciones. 

De hecho, en un análisis publicado este viernes, esta institución niega el maltrato fiscal a Cataluña y alerta de que aceptar "cualquier compromiso en esta línea sería un pésimo punto de partida" para la "muy necesaria" reforma del sistema de financiación autonómica.

Cabe recordar que la Generalitat calcula que Cataluña aporta a la tesorería nacional casi 22.000 millones más al año de los que recibe luego por parte del Gobierno central en materia de financiación. 

Sin embargo, Cataluña está entre los territorios con mayor renta per cápita. Lo esperable es que presente un déficit fiscal para sostener la solidaridad autonómica. Y así sucede, aunque su cuantía es significativamente menor que la que calcula la Generalitat "por un procedimiento sesgado", indica Ángel de la Fuente, director de Fedea, en dicho análisis. 

Es más, según de la Fuente, la región catalana se sitúa casi exactamente sobre la recta ajustada de regresión que describe lo que se podría llamar la relación "normal" en España entre renta per cápita y saldo fiscal regional. 

Por ello, el tamaño de su déficit es aproximadamente el que "le toca" de acuerdo con su nivel de renta. De ahí que la posible inequidad no estaría, por tanto, en el déficit, sino en su eliminación.

"Resulta cuanto menos discutible que la ausencia de privilegios constituya base suficiente para una acusación de maltrato acompañada de la petición de sustanciales reparaciones. Aceptar cualquier compromiso en esta línea sería un pésimo punto de partida para la muy necesaria reforma del sistema de financiación autonómica", advierte De la Fuente. 

Negociaciones de Illa

Las negociaciones entre ERC y el PSC van más rápido de lo esperado. Los republicanos aseguran que el acuerdo para investir a Illa es "inminente". Sin embargo, todavía hay que cerrar el sistema de financiación de Cataluña. 

Mientras que el PSC insiste en que se puede firmar un consorcio fiscal, que permita a la Generalitat participar en la recaudación de los tributos, los republicanos insisten en que eso es insuficiente.

A su juicio, la única forma de que Cataluña obtenga una financiación justa es teniendo las llaves de la caja. Es decir, una auténtica "soberanía fiscal" que le permita recaudar, gestionar y liquidar los impuestos.