Un edificio en construcción en Madrid.

Un edificio en construcción en Madrid. Eduardo Parra Europa Press

Macroeconomía

La construcción supera el 5% del PIB por primera vez desde 2011 pero todavía sigue lejos de los niveles del 'boom'

Entre el primer trimestre de 2021 y el segundo de este curso, el valor ladrillo en la economía se ha incrementado casi un 25%.

24 agosto, 2024 02:22

El sector de la construcción sigue poco a poco recuperando peso en la economía española. El ladrillo superó este segundo trimestre el 5% del Producto Interior Bruto (PIB) por primera vez desde 2011, tras un crecimiento ininterrumpido desde el último tramo de 2021. Sin embargo, todavía sigue lejos de los niveles alcanzados en el pico del boom inmobiliario.

En el último semestre de 2008, la construcción conquistó su pico histórico, al escalar hasta el 7,68% del PIB. Pero el estallido de la burbuja del ladrillo y la llegada de la crisis financiera dio paso a una sucesión de años de pronunciada caída hasta 2014, cuando el peso de la construcción volvió a niveles de finales del siglo XX, en el entorno del 3,5% del PIB.

Desde entonces, se observa una paulatina recuperación que comenzó a acelerarse en 2019 y que fue cortada de raíz por la pandemia de la covid-19. Sin embargo, una vez superada la crisis sanitaria, el crecimiento es relativamente vigoroso: entre el primer trimestre de 2021 y el segundo de este curso, el peso del ladrillo en la economía se ha incrementado casi un 25%.

Los datos de la Contabilidad Nacional del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan que España es un país de servicios. Según la media móvil de los últimos cuatro trimestres al cierre del segundo de este curso indica que los servicios ya suponen el 68,92% del PIB. España lleva décadas con este sector como el predominante en su actividad.

Sin embargo, la Ley 6/1998 sobre régimen del suelo y valoraciones —conocida como 'ley del suelo'— aprobada por el Ejecutivo de José María Aznar promovió la declaración de suelo como urbanizable para facilitar la promoción de nuevas viviendas, lo que impulsó al sector de la construcción en todo el país.

En 1998 el ladrillo comenzó un avance constante y su peso en la economía española experimentó un alza del 167,59% entre ese año y el pico de 2008. El crecimiento dio lugar a esa burbuja que, a la postre, terminó por estallar al tiempo que la crisis financiera, condenando a España a la Gran Recesión.

Ese recuerdo traumático es que, al menos en parte, dificulta ahora la aprobación de una nueva ley de suelo que permita incrementar la construcción de viviendas para solventar el problema de acceso que sufre parte de la población.

Empleo en la construcción

Sin embargo, y a pesar del reciente avance del ladrillo en la economía española, el empleo en el sector de la construcción sigue en niveles relativamente bajos. Los datos del segundo trimestre de la Encuesta de Población Activa (INE) constatan que sólo el 6,8% de los ocupados lo estaba en esta actividad.

Se trata de una cifra similar a la del primer trimestre (6,7%) y a la del mismo periodo del año pasado (6,6%). La ocupación en la construcción lleva por encima del 6% desde 2017, pero en sus mejores momentos llegó a suponer el 13% del trabajo en España.

En los últimos años, una demanda tanto de las organizaciones patronales como de los sindicatos ha sido la falta de mano de obra en el sector. Aunque pueda parecer extraño en un país con un paro por encima del 11%, aseguran que es complicado encontrar empleados con experiencia e, incluso, que quieran trabajar en el ladrillo.

Las cifras oficiales —la Encuesta Trimestral de Costes Laborales— no refrenda las quejas, ya que durante el primer trimestre se registraron menos de 9.000 vacantes en todo el territorio, apenas el 6% del total de vacantes en España.

No obstante, los agentes sociales de la construcción calculan que hacen falta más de medio millón de trabajadores en el sector. Y han llegado a la conclusión de que sólo será posible conseguirlos mediante la contratación en origen. El primer paso para esto es que la profesión aparezca en el catálogo de ocupaciones de difícil cobertura del SEPE, algo que ya ocurre con posiciones vinculadas a la construcción.

No obstante, ya durante la legislatura pasada se abrió un debate al respecto sin que se llegara a saldar con un resultado claro. La parte socialista del Gobierno se abrió a ampliar la contratación en origen para dar solución al problema de las vacantes en determinados sectores, mientras que el ala de Unidas Podemos —ahora Sumar— achacaba la falta de mano de obra a las condiciones laborales. En cualquier caso, el problema sigue vivo y la solución, a la espera. Especialmente porque todo indica que el sector, animado por la falta de vivienda y los fondos europeos del Plan de Recuperación, seguirá creciendo en el futuro cercano.

La buena marcha de la construcción también se nota en relación al resto de países comunitarios. En el conjunto de la eurozona, dentro del sector, España registró en junio pasado el crecimiento más alto de la Unión Europea, con un aumento del 4,1%. 

Entre los Estados miembros sobre los que se dispone de datos, los mayores aumentos mensuales de la producción en el sector de la construcción se registraron en Portugal (+3,2%), Rumanía (+2,6%) y Francia (+1,7%), mientras que los mayores descensos se observaron en Eslovenia (-9,1%), Hungría (-6,4%) y Polonia (-2,1%).