Draghi cifra en 800.000 millones la inversión que la UE necesita para no descolgarse de EEUU y China

Draghi reclama un "cambio radical", "urgente" y "concreto" en la estrategia económica de la UE si no quiere seguir perdiendo terreno respecto a Estados Unidos y China. Un plan que debe reenfocarse en impulsar la innovación más puntera, rebajar la factura energética como eje de la política industrial y mejorar la seguridad económica. Para ello, su informe presenta un total de 170 propuestas (con múltiples subpropuestas desgranadas a lo largo de 400 páginas), que según ha dicho podrían aplicarse a corto plazo.

El también exprimer ministro italiano avisa no obstante de que el sector privado no puede financiar este ambicioso plan en solitario. "Esto no tiene precedentes: a modo de comparación, las inversiones adicionales previstas por el Plan Marshall entre 1948 y 1951 ascendieron a alrededor del 1-2% del PIB anual", ha destacado el expresidente del BCE, al que se le atribuye la salvación del euro durante la crisis de deuda de 2012. El nivel de inversión que reclama no se ha vuelto a producir desde los años 60 y 70.

[Alemania y los 'frugales' tratan de acallar el debate sobre otra emisión de eurobonos para defensa]

A juicio de Draghi, la solución debe pasar por la emisión de eurobonos (que en su informe reciben el nombre de activos seguros comunes) para poder financiar proyectos de interés europeo en campos como la innovación o las interconexiones energéticas. El expresidente del BCE reclama también financiación común europea para las compras en materia de defensa, siguiendo el modelo de los fondos Next Generation. 

El nuevo llamamiento de Draghi para emitir eurobonos choca con la oposición total de Alemania, Países Bajos y el resto de los 'frugales'. Estos países ya han hecho frente común en los últimos meses para acallar cualquier debate sobre nueva deuda europea para invertir en defensa, incluso tras las insuficiencias que han quedado al descubierto con la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania.

El exprimer ministro italiano sostiene que los eurobonos "no son un objetivo en si mismo, sino un instrumento". El objetivo es poder pagar proyectos comunes "fundamentales para aumentar la productividad", pero también completar la unión de mercados de capital, que facilitaría a las empresas europeas el acceso a la financiación.

Von der Leyen ha agradecido a Draghi su trabajo y ha asegurado que muchas de sus propuestas figuran ya en su programa de gobierno para la legislatura 2024-2029, mientras que otras se incorporarán a la definición de las tareas de los diferentes comisarios. La presidenta ha eludido pronunciarse sobre los eurobonos, aunque ha admitido también que se necesitará más financiación pública para poner en práctica el nuevo plan de productividad.

"Nos estamos haciendo cada vez más pequeños en relación a los desafíos a los que nos enfrentamos. Por primera vez desde la Guerra Fría, debemos temer sinceramente por nuestra propia supervivencia. Y la razón para una respuesta unificada nunca ha sido tan convincente. Confío en que en nuestra unidad encontraremos la fuerza para hacer reformas", ha afirmado el expresidente del BCE.

Brecha de innovación

Su diagnóstico sobre los males que aquejan a la economía europea no deja demasiado espacio para el optimismo. El crecimiento económico de la UE ha sido persistentemente más lento que el de Estados Unidos durante las últimas dos décadas, mientras que China recupera terreno rápidamente. El resultado es que la renta disponible real per cápita ha crecido casi el doble en Estados Unidos que en la UE desde el año 2000.

El principal problema es la debilidad de la UE en el sector de las tecnologías emergentes: sólo 4 de las 50 mayores tecnológicas del mundo son europeas. "Europa está atrapada en una estructura industrial estática en la que surgen pocas empresas nuevas que alteren las industrias existentes o desarrollen nuevos motores de crecimiento", dice el informe.

No hay ninguna compañía europea con una capitalización de más de 100.000 millones que se haya creado desde cero en los últimos cincuenta años, mientras que las seis empresas de EEUU con una valoración de más de 1 billon de euros se han creado en este periodo. "Europa debe reorientar profundamente sus esfuerzos colectivos para cerrar la brecha de innofación con EEUU y China, especialmente en tecnologías avanzadas", reclama Draghi.

Precios de la energía

El segundo gran escollo son los precios de la energía. Aunque la factura se ha reducido considerablemente desde los picos alcanzados en 2022, las empresas europeas todavía se enfrentan a precios de la electricidad que son dos o tres veces mayores que en EEUU. Por su parte, los precoios del gas natural son hasta 4 o 5 veces más altos. Draghi apuesta por profundizar en la reforma del mercado eléctrico europeo y poner en marcha una nueva estrategia industrial.

Finalmente, el expresidente del BCE reclama una estrategia de seguridad económica para reducir la dependencia respecto a socios poco fiables como China. "Europa también tendrá que desarrollar una capacidad industrial de defensa fuerte e independiente que le permita satisfacer la creciente demanda de activos y equipos militares y permanecer a la vanguardia de la tecnología de defensa", concluye el informe.