El peso de las exportaciones españolas se duplica en apenas 30 años y ya supera a Francia e Italia

El crecimiento de las exportaciones no ha sido lineal, sino que ha atravesado varias fases. Entre 1995 y 2008, la economía española vivió un proceso de expansión exportadora que se frenó con la crisis financiera de 2009. Durante la Gran Recesión, la tasa de apertura cayó en tres puntos porcentuales, debido a la disminución de la demanda global, especialmente de bienes de inversión.

Sin embargo, la recuperación fue rápida. En 2010, las exportaciones retomaron su crecimiento, superando niveles previos a la crisis. Esta segunda fase, que culminó en 2020 con la pandemia, ha sido denominada por algunos expertos como el milagro exportador español. Las exportaciones pasaron del 26% del PIB en 2010 al 35% en 2017, en parte por el debilitamiento de la demanda interna, que llevó a las empresas a buscar mercados internacionales.

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La pandemia provocó un nuevo retroceso en la tasa de apertura, que cayó al 31% en 2020, principalmente por el descenso en los ingresos del turismo, una partida clave en los servicios exportadores de España. Sin embargo, la recuperación ha sido notable. En 2022, las exportaciones alcanzaron niveles previos a la pandemia, impulsadas por la recuperación del turismo y el aumento de precios de exportación de bienes.

El avance en 2023 sitúa la tasa de apertura en ese 39%, con un crecimiento destacado en las exportaciones de bienes, que representan el 26% del PIB, y de servicios, con un 13%. Esta cifra coloca a España en una posición favorable dentro de la Unión Europea, superando a economías como la francesa y la italiana, aunque todavía por debajo de Alemania (48%).

Exportaciones como porcentaje del PIB. 1995-2023 Fedea

El éxito exportador de España se sustenta en varias claves empresariales. Sólo el 5% de las empresas españolas exporta bienes, pero estas representan el 93% del valor total de las exportaciones. Este reducido grupo se caracteriza por ser más productivo, invertir más en I+D, y pagar salarios más altos en comparación con las empresas que no exportan.

Además, ha habido un aumento en la regularidad de las exportaciones. En 2023, el 50% de las empresas exportadoras se consideraban "regulares", es decir, llevan exportando al menos cuatro años consecutivos. Este compromiso con los mercados internacionales ha favorecido la creación de relaciones comerciales estables, lo que mejora la resiliencia ante crisis.

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Otro factor importante ha sido la creciente integración en las cadenas globales de valor (CVG). En 2020, el 38% de las exportaciones españolas estaban vinculadas a estas cadenas, lo que significa que el valor añadido de los productos se generaba en varios países. Aunque este porcentaje ha oscilado, muestra un avance respecto al 30% registrado en 1995, lo que refleja la capacidad de España para adaptarse al proceso de globalización.

A pesar del notable desempeño exportador, persisten retos que podrían afectar la continuidad de este crecimiento. El informe señala que la incertidumbre geopolítica y el giro hacia políticas de autosuficiencia en algunos países suponen un riesgo. Además, el porcentaje de empresas exportadoras es todavía bajo en comparación con economías como Alemania, lo que indica margen para mejorar.

Por otro lado, la digitalización y el avance de servicios intensivos en conocimiento ofrecen oportunidades para diversificar las exportaciones. Servicios como la formación online o la informática han crecido significativamente y tienen el potencial de reducir la dependencia del turismo, tradicionalmente el motor de las exportaciones de servicios en España.