Déficit, crecimiento e inflación: todas las variables económicas que entran en juego en las elecciones de EEUU
- La victoria de Trump podría incrementar la inflación y frenar los planes de la Fed, pero la reacción de Wall Street sería positiva. Ocurría lo contrario si Harris gana.
- Más información: El bitcoin se acerca a los 73.000 dólares y pone rumbo a máximos históricos en vísperas de las elecciones en EEUU.
La demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump se disputarán el 5 de noviembre la presidencia estadounidense. Como suele ser habitual, la economía ocupa un lugar central entre las preocupaciones de los votantes. La situación de Estados Unidos es envidiable: crece cerca de un 3%, la inflación ronda el 2,5% y la tasa de paro se sitúa en el 4,2%. Eso sí, todas estas variables, igual que el déficit, se verán afectadas por las políticas que lleve a cabo el próximo inquilino de la Casa Blanca.
Pero en estos comicios no sólo se elige al próximo presidente, o a la primera presidenta, de Estados Unidos. El 5 de noviembre los votantes también escogerán a los 435 miembros de la Cámara de Representantes y a 34 de los 100 senadores.
Según todas las previsiones, el partido que consiga la presidencia estará mejor posicionado para hacerse con la Cámara de Representantes, mientras que el Partido Republicano tiene ventaja en el Senado, dado el mayor número de escaños demócratas en juego este año. La conformación de ambas cámaras también es determinante en el devenir de la economía estadounidense.
En los últimos años, la primera potencia mundial ha mostrado su fortaleza. No se han registrado cicatrices permanentes en el tejido económico tras la pandemia y tanto la actividad como el empleo están por encima de las expectativas previas a la Covid-19.
De hecho, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), y tal y como se hacen eco en el Real Instituto Elcano, la economía estadounidense es la única de todo el G20 que estaría operando en niveles de actividad y empleo superiores a los esperados antes de la pandemia.
El crecimiento
Esta misma semana ha dado buena muestra de ello. Estados Unidos se expandió un 0,7% en el tercer trimestre del año frente a los tres meses anteriores. Este crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), es idéntico al registrado entre abril y junio.
En comparación anual –es decir, respecto al mismo periodo de 2023– el crecimiento fue del 2,8%. En este caso, el avance es dos décimas inferior al del segundo trimestre de 2024.
Según las estimaciones de Carmignac, el crecimiento del PIB se incrementará una décima en 2025 y 2026 respecto a la tendencia actual si los republicanos alcanzan la mayoría. Sin ella, pero bajo una nueva Administración Trump, el crecimiento se contraerá un punto porcentual.
Asimismo, la gestora francesa estima que una victoria demócrata provocará una expansión extra de la economía de tres décimas, que se ampliaría hasta el punto porcentual en el caso de que alcancen la mayoría.
El déficit
Si hay una cuestión económica que es determinante en estas elecciones esa es el déficit. "Los programas económicos de los dos candidatos difieren, pero ambos son caros. Donald Trump prevé recortar los impuestos y aumentar los aranceles, lo que sería inflacionista, mientras que Kamala Harris propone subir los impuestos y aumentar el gasto", señalan desde Lazard Frères Gestion.
Teniendo en cuenta sus estimaciones, las medidas anunciadas por el expresidente Trump aumentarán el déficit acumulado en un 1,5% del PIB en 10 años. Las propuestas de la actual vicepresidenta elevarán esta variable en un 0,3%.
"A pesar de una tasa de desempleo muy baja, el déficit superó el 6% del PIB en 2023. Esta acumulación de déficits elevados está poniendo la deuda pública en una trayectoria ascendente", advierten también desde Lazard Frères Gestion.
Así, parece que, con independencia de quién gane, el déficit de Estados Unidos aumentará considerablemente durante los próximos años.
Según las previsiones de la Oficina de Presupuesto del Congreso de Estados Unidos, la deuda en relación con el PIB pasará del 99% registrada en junio de 2024 al 122% en junio de 2034. Esta cifra sirve solo a modo de referencia, ya que no contempla las medidas concretas planteadas por los candidatos.
Según las estimaciones de Wellington Management con las propuestas de Trump, el déficit acumulado podría aumentar entre 2 y 4 billones de dólares durante la próxima década. En contraste, bajo la Administración Harris el incremento del déficit estaría entre 1 y 2 billones de dólares, siempre y cuando la vicepresidenta "mantenga en líneas generales el plan de Biden con algunas modificaciones".
Los cálculos de Wellington Management son similares a los de Scope Rating. En la agencia de calificación cifran el incremento del déficit provocado por Harris en entre 1,2 y 2 billones de dólares en la próxima década, mientras que Trump lo impulsaría entre 4,1 y 5,8 billones.
"Aunque estas estimaciones son inciertas, está claro que ninguno de los candidatos tiene un plan concreto para consolidar las finanzas públicas estadounidenses", señalan estos expertos.
En el análisis llevado a cabo por el Real Instituto Elcano, los investigadores Judith Arnal y Federico Steinberg advierten de que "los planes de ambos candidatos en materia de política fiscal están profundamente alejados de un más que necesario plan de consolidación fiscal a medio plazo, a pesar de unos crecientes niveles de deuda pública, déficit público e intereses de la deuda".
Para Arnal y Steinberg, "ambos candidatos proponen una suerte de utopía fiscal, aunque sobre bases diferentes". Mientras que Trump se apoya en recortes impositivos -pretende dejar el tipo del impuesto de sociedades en el 15%, eximir las propinas y bonificar la Seguridad Social-, Harris aboga por un mayor gasto público, aumentando subsidios para vivienda, sanidad y cuidados infantiles.
"Si bien las medidas propuestas en el ámbito fiscal difieren, el resultado en términos fiscales es peligroso", subrayan. Y todo esto de la mano de una mala gobernanza fiscal, que llevó a Fitch a retirar la máxima calificación crediticia a EEUU en agosto de 2023.
Únicamente Moody's mantiene la máxima nota de solvencia para la deuda a largo plazo de Estados Unidos, después de S&P Global degradara la calificación del país en 2011. Sin embargo, la agencia alertó hace algo más de un mes que "la dinámica de deuda [estadounidense] es cada vez más sostenible e incompatible con una calificación Aaa si no se toman medidas para corregir el rumbo".
Pero parece que esas medidas no llegarán. No ha habido ni una sola mención por parte de ninguno de los dos candidatos a la adopción de un plan de consolidación fiscal a medio plazo o la eliminación del techo de la deuda un problema que surge cada pocos años y que deja el país al borde del precipicio fiscal.
De hecho, desde Scope Ratings alertan de que "a menos que el partido del candidato presidencial ganador consiga la mayoría tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, Estados Unidos se encamina hacia otra crisis del techo de la deuda a principios de 2025".
La inflación
Al menos, la inflación está remitiendo. Ha pasado del 9,1% que alcanzó en julio de 2022 –máximos desde noviembre de 1981- al 2,4% registrado en septiembre. La evolución de los precios, como sucede con el crecimiento y el déficit, también se puede ver alterada por los resultados de las elecciones.
Ante el shock inflacionista, entre marzo de 2022 y julio de 2023, la Reserva Federal (Fed) elevó el tipo oficial de interés 525 puntos básicos. Así, a través de 11 subidas consecutivas, llevó las tasas de referencia hasta el rango de entre el 5,25% y el 5,5%. Se trata del ciclo más contractivo de la política monetaria estadounidense de los últimos 40 años.
Como en el caso del PIB, Camignac ha realizado unas estimaciones sobre la inflación teniendo en cuenta los distintos escenarios. La mayoría republicana incrementaría la tasa de inflación en 1,1 puntos e 2025 y 2026, un incremento una décima superior al que se registraría sin mayoría.
Al mismo tiempo, la inflación se incrementaría tres décimas extra con una mayoría demócrata y una décima en caso de que la victoria se limite a la presidencia de Harris.
En la firma gala consideran que una victoria aplastante de los republicanos generaría una oleada de inflación que "obligaría a la Fed a interrumpir los recortes de tipos a principios de 2025 y a reanudar las subidas a finales de año".
El nuevo giro en la política monetaria del banco central, tras comenzar a bajar los tipos de interés este septiembre, fortalecería al dólar. La subida del "billete verde enfurecería a un presidente mercantilista y pondría en riesgo una degradación temprana del presidente de la Fed, Jerome Powell, en beneficio de un político designado con una postura pesimista", señalan en Carmignac.
El escenario no es muy inverosímil. En su primer mandato, el entonces presidente Trump ya mostró su discrepancias con el también supervisor bancario. "El hecho de que Trump cuestione la independencia de la Fed (abogando por un mayor papel del presidente en la política del banco central) podría exacerbar la incertidumbre en torno a la inflación y la trayectoria de los tipos de interés", advierten en Scope Rating.
Por el contrario, en Wellington Management prevén que "si Harris gana, la situación respecto a la Fed y a la política monetaria se mantendrá sin cambios". Una administración de la candidata demócrata "implicaría una mayor continuidad en las políticas. En este caso, la Fed podría seguir recortando las tasas en cada reunión sucesiva hasta mediados de 2025 para mantener el desempleo contenido mientras la inflación cae", añaden en Lombar Odier.
Impacto en Wall Street
Aunque todavía no se han celebrado, las elecciones ya están impacto en los mercados. Por ejemplo, las criptodivisas han subido con fuerza en las últimas semanas debido a que Trump –partidario de los activos digitales- aventaja a Harris en las casas de apuestas, a pesar de que en las encuestas ambos candidatos están prácticamente igualados.
Es lo que se conoce como Trump Trade, que no es otra cosa que la reacción que se espera del mercado como consecuencia de la aplicación de las políticas de Trump. Y como en el caso de las criptodivisas, una victoria republicana sería más favorable para Wall Street.
Según las estimaciones de Lombard Odier el triunfo de la derecha sería "el resultado más positivo para las acciones, con el S&P 500 acercándose a los 6.000 puntos para fin de año". Con una victoria demócrata y un Congreso dividido, esperan que el selectivo estadounidense termine 2024 en el rango de entre los 5.300 y los 5.700 enteros.
Para Juan José del Valle, responsable de análisis de la sociedad de valores Activotrade, si Trump arrasa en los comicios los sectores más beneficiados podrían ser la energía, la banca, la defensa, el inmobiliario y las pequeñas compañías estadounidenses relacionadas con la industria o las manufacturas.
La victoria de Harris, sin el control del Senado, beneficiaría a los servicios públicos, las utilidades, las eléctricas, los bienes de consumo básico o la sanidad. Renovables, infraestructuras o los semiconductores se beneficiarían de un éxito arrollador de los demócratas.
Este, considera, sería el peor escenario para la bolsa, ya que "la intención expresada por Harris de elevar los tipos del impuesto de sociedades y del impuesto sobre las plusvalías podría afectar a las valoraciones de las acciones y, por tanto, teniendo un impacto negativo a corto plazo en la renta variable".
No como en 2016
A pesar de que la victoria de Trump sería la más positiva para Wall Street, al menos en el corto plazo, los analistas de J. Safra Sarasin Sustainable AM señalan que " los inversores no deberían esperar una repetición del repunte del mercado de renta variable de 2016".
"La renta variable ya se ha revalorizado un 23% este año, frente a la modesta subida del 5% registrada a estas alturas de 2016. De hecho, se trata de la mayor rentabilidad del mercado de renta variable antes de unas elecciones en los últimos 50 años", explican. Y lo mismo podría ocurrir con los bonos, el dólar y el oro, que han subido "sustancialmente" en las últimas semanas.
Entonces, en ese 2016, la reacción inmediata de los mercados al triunfo de Trump no fue positiva. Los futuros del S&P 500 cayeron un 6% en las horas inmediatamente posteriores a la noticia de la victoria, pero se recuperaron antes de la apertura del mercado. Poco después, los principales índices de Wall Street marcaron máximos históricos. Ahora, esperan el desenlace de los comicios en cotas nunca antes vistas.