Tiene seis años de vida y Square ya registra 32.000 millones de dólares en pagos brutos a través de su plataforma. SQ, el símbolo con el que cotiza, ya aparece en las pantallas de los inversores de Wall Street. La salida a bolsa de la plataforma de cobros y pagos móviles, creada por el cofundador de Twitter, Jack Dorsey, llega en uno de los momentos de mayor incertidumbre en los mercados en este 2015, debido a la rebaja en las valoraciones de algunas de las grandes tecnológicas que todavía no cotizan en bolsa.
En este contexto, Square ha echado mano de un particular 'truco'. La tecnológica dio un tijeretazo a su última valoración conocida (6.000 millones de dólares tras una ronda de financiación con Goldman Sachs entre los inversores). Debutaba en bolsa desde los 3.200 millones. Ese movimiento le permitió vestirse de fiesta en su primer día en mercado. Su acción se disparó alrededor 50% este jueves -de 9 a 13 dólares por acción-. Su capitalización se situó en torno a los 4.500 millones.
El 'coco' de la banca
Este estreno llega también en un momento clave para la banca, cuya transformación digital todavía está en sus primeros pasos. Square ataca uno de los segmentos de negocio que más comisiones transmite a la cuenta de resultados de un banco: la venta en los comercios.
Y en este terreno esta tecnológica se ha hecho fuerte, especialmente, entre los particulares. "Es la gran diferencia entre los servicios en EEUU y Europa. Square ha conseguido que millones de particulares hayan hecho uso de su servicio para vender productos de segunda mano", explica David Pombar, consejero delegado de Setpay, una 'startup' española que opera en el mismo sector que Square.
Con una comisión del 2,75% por cada operación que realiza un comercio, Square no ha conseguido todavía hacerse rentable. La empresa firmó un acuerdo con la cadena de cafeterías Starbucks que ahondó en las pérdidas de su cuenta de resultados, aunque disparó su negocio. Este acuerdo finalizará en 2016, según la propia compañía.
En los seis primeros meses de 2015, sus ingresos netos aumentaron un 51% respecto al año anterior, hasta 560 millones de dólares. Su previsión de pagos brutos (transacciones que pasan por su sistema) para el año en curso supera la friolera de 32.000 millones y un volumen de facturas digitales de 1,5 millones al mes.
Ajuste de precios... y 'multa'
La historia de Square se resume en un nombre: Jack Dorsey, el creador de la red social de microblogging Twitter junto a Ev Williams y Biz Stone. Es el fundador y primer accionista de la tecnológica con algo más del 20% de las acciones.
El propio Dorsey ha sido el principal protagonista en este primer día de cotización. Un día que representa un nuevo hito en el relato de Square. Éste vino marcado por el ajuste en el precio y también por una medida que puede sentar un precedente para otras compañías que aterricen en el parqué en los próximos meses.
Se trata de las cláusulas (conocidas en el argot inglés como ratchets) con las que los inversores se aseguran un retorno de su inversión en caso de que sus empresas participadas no lleguen a un determinado precio. Muchos fundadores de tecnológicas han aceptado incluirlas a cambio, principalmente, de incrementar sus valoraciones. ¿La consecuencia? En el caso de Square, ha supuesto, tal y como explicaba el diario The Wall Street Journal, el pago adicional en acciones por valor de casi 100 millones de dólares.
La llegada de los 'unicornios' a bolsa
Al margen de estas medidas, el tijeretazo al precio de Square no es una excepción. Llega en pleno debate sobre una posible sobrevaloración de las compañías tecnológicas respaldadas por fondos de capital riesgo. Durante los últimos meses, los inversores han dado varios pasos atrás en algunos de los llamados ‘unicornios’ (compañías tecnológicas de alto crecimiento, incertidumbre en su negocio y una valoración de más de 1.000 millones de dólares).
La última en sumarse a este grupo ha sido Snapchat, la app de mensajería más usada por los adolescentes en EEUU. El fondo norteamericano Fidelity decidió el pasado mes de septiembre (aunque se dio a conocer la pasada semana) reducir un 25% el valor de sus acciones en la startup. Su valoración alcanzó en la última ronda de financiación los 16.000 millones de dólares.
No ha sido la única. Los focos se colocaron anteriormente sobre otro de esos ‘unicornios’: Dropbox. Su valoración tras la última inyección de capital fue de 10.000 millones de dólares. El propio Fidelity y el fondo Blackrock decidieron reducir el valor de sus participaciones en la tecnológica de almacenamiento en la nube. El primero de esos inversores lo redujo un 31% y el segundo un 24%.
¿Los motivos de esta rebaja? La comparación con su principal competidor, Box. El estreno de esta última en bolsa fue un desastre, al reducir su valor un 28% en los primeros días de cotización. Hoy vale un 43% menos, con una capitalización bursátil de 1.600 millones de dólares.
Estos son tres ejemplos más de startups incluidas en el club de los llamados 'unicornios'. Un club que ha crecido de manera significativa en el último año. La revalorización de todas ellas tras las ampliaciones de capital ejecutadas ha permitido engrosar esta lista con más de 60 nuevas empresas sólo en lo que va de año 2015, según la firma de análisis CBInsights. Otras firmas como las norteamericanas Uber, Airbnb o Pinterest o el fabricante de móviles chino Xiaomi mantienen altas valoraciones que aún no han sido ‘retocadas’ a la baja.