Jack Dorsey se puso frente al espejo por primera vez tras ser ratificado como consejero delegado de Twitter. Y el resultado fue decepcionante para el mercado. La red social aceleró en el capítulo de las ventas, pero sin borrar los números rojos de su balance. Y lo hizo tras sumar apenas 4 millones de usuarios nuevos en pleno debate sobre la usabilidad de la plataforma.
El flamante presidente ejecutivo, Omid Kordestani, puso el dedo en la llaga hace tan sólo unos días: “Muchos usuarios que entran en el servicio quizás no lo encuentran tan simple como debiera y no entienden exactamente cómo expresarse”. Es, quizás, el punto clave al que se enfrenta Dorsey en esta nueva etapa. Las primeras cifras no son especialmente ilusionantes.
La compañía cerraba el tercer trimestre de este año con una ‘población’ de 320 usuarios activos, lo que representa un crecimiento del 11% respecto al año anterior. De esta forma, no fue capaz de sumar más de 4 millones.
En lo económico
En el lado económico, la compañía se enfrenta a la seria dificultad de crecer mientras se enjugan los números rojos. Los ingresos subieron un 58% respecto al año anterior. Un total de 569 millones de dólares, un nuevo techo. Sin embargo, no fue suficiente para hacer que el balance fuera positivo.
Las pérdidas ascendieron a 131 millones de dólares (frente a los 175 millones de un año antes). Es muy significativo el incremento de los costes, en I+D y, sobre todo, en ventas y marketing.
La reacción no se hizo esperar. La acción se desplomó en el mercado ‘fuera de horas’ más de un 10%. Si este miércoles se confirmara esta caída tras la apertura del mercado devolvería el valor de la compañía a los 18.000 millones de dólares.