Nuevo golpe a la ingeniería fiscal de las grandes tecnológicas. Facebook facturará todo su negocio británico desde la sociedad que tiene en el país y no desde Irlanda. La medida, que se pondrá en marcha en abril y ya ha sido comunicada a los clientes de la compañía, implicará un incremento significativo en el pago de impuestos. Gracias a este 'truco' legal, la red social suma una facturación de apenas 9 millones de euros cuando su cuota del milmillonario mercado publicitario online es muy significativo.
“Notificaremos a los principales clientes de Reino Unido que desde abril ellos recibirán sus facturas desde Facebook UK y no desde Irlanda”, confirma la compañía en una nota a sus clientes, tal y como informan medios como The Guardian.
Este cambio en la política fiscal tendrá como consecuencia que todas las ventas sean realizadas por su filial británica y no por la irlandesa. “Facebook Reino Unido registrará los ingresos de esas ventas”, reconoce la compañía. La razón del cambio hay que encontrarla en los cambios de la ley británica: “Nos pareció que este cambio podría dar transparencia a las operaciones de la empresa en Reino Unido”.
Pero no se trata sólo de un incremento del pago de impuestos (en Irlanda, el tipo del tributo a los beneficios empresariales es del 12,5%). También implicará un cambio de moneda en la facturación, al pasar de euros a libras esterlinas.
El caso de España
Esta facturación a través de la sociedad irlandesa es una práctica habitual de muchas de las filiales de las tecnológicas. También en España. Con una cuota de mercado muy significativa en el mercado publicitario digital que sumó 1.200 millones de euros en 2015, la facturación de la filial de la red social en 2014 apenas llegó a los 3,9 millones de euros. Sus beneficios netos fueron 206.000 euros y el impuesto de sociedades sumó 84.000 euros.
Tras tomar esta medida, la compañía no contempla algo similar para el mercado en España. Desde la filial española se limitan a recordar: "Cada mercado tiene diferentes leyes tributarias y nosotros frecuentemente realizamos actividades muy diferentes en cada país".
Este es el último golpe a la ingeniería fiscal de las grandes tecnológicas en Europa. En los últimos meses han tenido lugar otros movimientos. El principal se produjo en Italia, con el acuerdo de Apple para pagar 318 millones de euros. En los últimos meses, la Comisión Europea realiza una investigación por estas prácticas que ya ha tenido sus dos primeras ‘víctimas’: Starbucks y Fiat. La compañía del iPhone y Amazon siguen bajo la lupa.