Volkswagen (VW) pagará 14.700 millones de dólares en Estados Unidos por el escándalo de los motores diésel trucados según detalles del acuerdo negociado por el fabricante alemán con propietarios y las autoridades estadounidenses. Los detalles del acuerdo, que es provisional y no será público oficialmente al menos hasta que el tribunal de San Francisco que supervisa el caso celebre una vista pública el próximo 30 de junio, fueron filtrados hoy a varios medios de comunicación estadounidenses.





La filtración se produce horas antes de que las partes implicadas presenten ante el tribunal de San Francisco los documentos que sellarán el acuerdo entre los consumidores, las autoridades federales y del Estado de California y VW. El periódico "The New York Times" señaló en su edición digital que de la cifra total, unos 10.000 millones de dólares estarán reservados para que VW compre los vehículos trucados a los precios que existían antes del estallido del escándalo en el otoño de 2015.





Además, VW pagaría 2.700 millones de dólares a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en compensación por el daño medioambiental provocado por los vehículos trucados. A estas cifras se sumaría una contribución de 2.000 millones de dólares para que VW desarrolle proyectos de nuevos vehículos limpios.





Los propietarios de los casi 500.000 vehículos afectados en EEUU, todos equipados con motores diésel de 2 litros, pueden decidir si quieren que VW les compre los automóviles o si se los quedan con la solución que los ingenieros de la empresa han desarrollado para que cumplan las leyes medioambientales del país.



El problema de los motores diésel de VW trucados es que emiten óxidos de nitrógeno, un producto cancerígeno, en niveles muy superiores a los permitidos por las autoridades estadounidenses. Para evitar los controles que habrían detectado las emisiones ilegales, VW instaló un software que detecta cuando el automóvil está siendo sometido a pruebas de emisiones.





El software altera el rendimiento del motor para que emita menos óxidos de nitrógeno pero a cambio de reducir de forma considerable su rendimiento. La solución técnica desarrollada por VW tiene que hacer que los motores trucados no emitan bajo ninguna circunstancia óxidos de nitrógeno por encima de lo autorizado. Pero eso supondrá con casi total seguridad una pérdida de rendimiento de los vehículos lo que para muchos propietarios puede ser un compromiso inaceptable. VW todavía se enfrenta a una investigación criminal por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos, una demanda de la Comisión Federal de Comercio y decenas de investigaciones estatales.

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