La regulación, los gigantes tecnológicos… y ahora los impuestos. Este es el nuevo mantra que han puesto sobre la mesa las grandes ‘telecos’ en España. El XXX Encuentro de Telecomunicaciones, organizado por la patronal del sector en Santander, ha servido de escenario. Y el mensaje que han tratado de trasladar ha sido el mismo: la presión fiscal sobre estas compañías es excesiva. Este movimiento llega justo cuando Apple ha sido señalada con el dedo por la Comisión Europea tras la decisión de pedir el pago de 13.000 millones a Irlanda por impuestos no pagados.
Primero fue Vodafone, que calificó de “aberración” las tasas e impuestos con los que se grava la actividad de este sector. Y después se ha sumado Orange, que reclama una reorganización fiscal con el objetivo de unificar. Argumentan que no sólo sufren una alta presión fiscal, sino que deben lidiar con “inseguridad jurídica” por la variedad de medidas aprobadas por administraciones locales y nacionales.
Orange: mismo trato que a Telefónica
El que ha puesto cifras sobre la mesa ha sido Orange: más de una veintena de tasas en toda España y unos impuestos “singulares” (más allá de los propios que les corresponde como sociedades) que ascienden, según sus cálculos, a 3.000 millones de euros al año. Entre ellos se encuentran las tasas municipales de uso de dominio público, el canon del espectro radioeléctrico o el destinado a la financiación de RTVE.
Pero más allá de la cantidad de tasas e impuestos, la compañía lo que ha puesto sobre la mesa es la “inseguridad jurídica” que genera las múltiples propuestas de tasas locales en (grandes y pequeños) municipios españoles. Ante ello, defienden la unificación y centralización del pago de las tasas. Pero, ¿cómo se consigue eso?
El CEO en España, Laurent Paillassot, ha propuesto que se plantee para el resto de operadores el mismo modelo fiscal que se le aplica a Telefónica desde 1987. Según la Ley de Tributación de la por entonces Compañía Telefónica Nacional de España (en ese momento era un monopolio pues no se había permitido la competencia), lleva a cabo un pago único que incluye cualquier tasa.
De acuerdo con la visión de Paillassot, las empresas de telecomunicaciones son vistas “como una fuente de la que detraer fondos”. “La presión fiscal no ha parado de crecer pese al fuerte impacto de la crisis y de nuestros inversores”, ha apuntado.
Vodafone: “Una aberración”
Otro de los competidores, Vodafone, también se ha subido a este carro. De hecho fue el primero que abrió fuego en el Encuentro de Santander, uno de los más destacados y que marca el devenir del ‘curso’ en el sector. El CEO en España de la británica, Antonio Coimbra, calificó de “aberración” las tasas e impuestos que deben pagar en España. “Es un sector que sigue muy cargado de fiscalidad”, apuntó.
Al coro se sumó también el consejero delegado del grupo MásMóvil, Meinrad Spenger, quien cree que no tiene "mucho sentido” cargar sobre el sector "tasas financieras de otros sectores”.
La reorganización fiscal de Telefónica
Telefónica se ha sumado al coro. Su presidente en España, Luis Miguel Gilpérez, ha defendido que el sector está “fiscalmente muy cargado” y que se necesita una revisión para reducir la presión.
Sus competidores han reivindicado que se adopte por todos el sistema fiscal de Telefónica, aprobado en una ley de 1987. “No entro a la comparación con Telefónica; creo que pago fiscalmente todos los impuestos marcados”, ha defendido.
La polémica tasa de Madrid
En la actualidad, tanto Vodafone como Orange tienen abierta una batalla judicial contra el Ayuntamiento de Madrid por una tasa que les grava por las infraestructuras fijas (cables) que instalan en suelo público.
El Tribunal Supremo dio luz verde, tras el ‘no’ inicial del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, algo que obligó a Vodafone a frenar su fusión formal con Ono en España para evitar pagar una fuerte factura fiscal (pasaba de 4 a 40 millones de euros sólo en Madrid, a lo que se añaden otras 130 ciudades que habían replicado la misma tasa en otras provincias españolas).
Mientras Vodafone ya ha presentado recurso a instancias europeas, Orange está estudiándolo, según han asegurado responsables de la compañía. No han estimado aún el impacto económico que puede tener en sus cuentas, ya que, al contrario que la británica, ya han completado la fusión con Jazztel y se encuentran en un escenario similar de incremento de costes.
¿Y Apple?
Con todo, esta semana en Santander apenas ha salido el nombre de la compañía que se enfrenta a una de las mayores facturas fiscales que se recuerdan. Pese a su cercanía en el tiempo, las operadoras no han hecho mención a la ‘sanción’ de la Comisión Europea que le obliga a devolver 13.000 millones más intereses en impuestos no pagados durante los últimos años.
El CEO de Orange ha pedido que todos “respeten las reglas”. “Los actores que juegan al juego deben pagar impuestos de manera equilibrada y justa”, se ha limitado a decir.
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