Cuatro directivos y la firma de auditoría Ernst & Young pagarán 9,3 millones de dólares (8,3 millones de euros) porque vulneraron la independencia e imparcialidad de sus informes de auditoría al mantener relaciones de amistad y sentimentales con directivos de las empresas a las que auditaban. “Estos socios se acercaron demasiado a sus clientes a nivel personal y violaron las normas para mantener su objetividad y la imparcialidad durante las auditorías”, dijo el supervisor en un comunicado para explicar su decisión.
El informe de la SEC versa sobre dos casos. Según las investigaciones, el socio principal de un equipo de trabajo para la auditoría de una empresa pública de Nueva York mantuvo “relación inadecuada de estrecha amistad” con el director financiero de una empresa auditada. Demasiado estrecha. En concreto, el supervisor detalla que el socio Gregory S. Bednar violó las reglas entre enero de 2012 a marzo de 2015 al pasar “la noche en las casas del otro en múltiples ocasiones”, viajaron juntos sin motivos profesionales y “se intercambiaron cientos de mensajes de texto personales, correos electrónicos y mensajes de voz durante los periodos de auditoría”.
Pero lo que más llama la atención del supervisor es que el auditor se gastó hasta 110.000 dólares en restaurantes, viajes y ocio con su cliente e hijos, según consta en la denuncia. Según la SEC, esto debió encender las alarmas en EY, pero sus responsables “no hicieron nada para confirmar que Bednar estaba cumpliendo con sus obligaciones de independencia”. La empresa deberá pagar 4,9 millones por este caso y Bednar, que ha sido despedido, otros 45.000 dólares por su comportamiento.
En otro caso distinto, la SEC se encontró con que la auditora de EY, Pamel Hartford, mantuvo una relación sentimental con Robert Brehl, el director financiero de la Elder Trust, la empresa de la que debía revisar las cuentas. En concreto, entre marzo de 2012 y junio de 2014, ambos ejecutivos mantuvieron una “relación impropia” que vulneró las reglas de independencia, imparcialidad y objetividad que debe cumplir un auditor. El supervisor también considera que el socio responsable de la cuenta, Michael Kamienski, conocedor de la relación, debía haber actuado. Los dos empleados de EY fueron despedidos y ahora han sido con 25.000 dólares cada uno. EY pagará otros 4,9 millones.
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