Telefónica ha decidido cancelar la salida a bolsa de Telxius, al no darse las condiciones idóneas para ello. Durante los últimos días, la operadora se ha enfrentado a una baja demanda de sus acciones por parte de los inversores. La operación iba a valorar a la filial de infraestructuras en un máximo de 3.750 millones de euros.
La compañía no considera "adecuada" la valoración de la compañía implicita en las órdenes de compras emitidas por los inversores. Telefónica confirma en un hecho relevante ante la CNMV que seguirá analizando alternativas estratégicas en relación a dicho activo.
Las acciones de Telefónica que cotizan en Wall Street reaccionan con ligeras caídas, del 0,14%. De momento, esta decisión no está teniendo impacto en los mercados.
Dos paralizaciones
La salida a bolsa de su filial de infraestructuras Telxius está siendo una dura batalla para Telefónica. Las cartas se pusieron sobre la mesa la pasada semana: Telefónica ponía precio a la salida a bolsa, con una valoración de su filial que se situaba entre 3.000 y 3.750 millones de euros. Y se ponía fecha a la salida: el 3 de octubre. En ese momento ya había dudas de los inversores respecto a la estimación del negocio de cable submarino, que concentra la mayor parte de los ingresos de la nueva compañía.
Ahora, las dudas se intensifican. Con las condiciones actuales, hay una demanda más baja y eso obliga a Telefónica a cambiar de planes. Según informaba Bloomberg, citando a fuentes cercanas a la operación, la compañía llega al último día antes de formalizar la operación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sin suficientes órdenes de compra para toda la oferta que ha puesto sobre la mesa.
Esta es la segunda paralización de la operación que ha ordenado Telefónica en los tres últimos meses. La primera tuvo lugar el pasado mes de junio, cuando la operadora presidida por José María Álvarez-Pallete la congelaba ante la situación política y la volatilidad de los mercados por el brexit.
Problemas de Deutsche Bank
Esta salida a bolsa se produce en un momento complicado en los mercados. Un momento marcado, principalmente, por las serias dificultades de uno de los grandes bancos de inversión de la zona euro: Deutsche Bank.
Las acciones del banco han tocado mínimos históricos. Desde el pasado 15 de septiembre, ha perdido hasta un 16% de su valor. El fantasma ante un potencial rescate sobrevuela al banco alemán.
Una posible salida parcial de O2
Por otra parte, la compañía sigue trabajando en una operación con su división británica, O2. La Comisión Europea prohibió la venta total, al entender que suponía un orecorte de la competencia en Reino Unido. Y se plantean dar entrada a accionistas relevantes (y lograr ingresos por esa venta) o llevar a cabo una salida parcial a bolsa.
El objetivo es que se tenga una salida a final de año. Sólo con una condición: no van a perder el control de O2 en Reino Unido, con un socio que controle más del 50% de las acciones.
Otras opciones para reducir deuda
La operación de O2 y de Telxius tienen un objetivo principal: la reducción de los 52.000 millones de euros de deuda que pesan en el balance de la 'teleco'. En estas últimas semanas han utilizado otra herramienta para mejorar la estructura de su pasivo: la emisión de bonos híbridos.
El pasado 8 de septiembre colocó 1.000 millones de euros en obligaciones perpeutas subordinadas con vencimiento a cinco años. “Son siempre una opción y en la medida en que los tipos sean atractivos y nos permitan mejorar la estructura de nuestra deuda en plazo y en subordinación los vamos a analizar”, aseguraba en Santander el presidente, José María Álvarez-Pallete.