En el Hotel Palace no estaba presente físicamente, pero Sheldon Adelson y su Eurovegas sí estuvo en espíritu. En la presentación de un nuevo ‘megacentro’ de ocio en Madrid, su nombre se pronunció en varias ocasiones. Desde la empresa promotora, la estadounidense Cordish, se empeñaron una y otra vez en marcar distancias con el proyecto que ‘murió’ a finales de 2013. Fuera del Palace, en la Asamblea de Madrid, la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, se unía al coro de voces: “No tiene nada que ver”.
Con las primeras cifras conocidas del proyecto de Cordish, que lleva sobre la mesa de la administración regional un año y que plantea una inversión inicial de 2.200 millones de euros, estas son las principales similitudes (y diferencias) de ambos ‘megaproyectos’.
1. ¿Es un hotel, es un casino, es un centro de ocio?
Cordish pone sobre la mesa un ‘megaproyecto’ en el que tiene cabida el juego. Contará con una zona de casinos y juego. Pese a que no ofrecen una previsión de ingresos que generará esta actividad, sí que confirma que la zona de casinos y apuestas (no especifica cuántos de estos espacios se ubicarán en el recinto) ocuparán hasta un 10% de todos los terrenos del centro.
¿No resultan familiares esos números? Pues sí. Según las cifras que se ofrecieron en julio de 2013, el proyecto de Adelson planteaba una limitación de la actividad del juego, uno de los aspectos más controvertidos de estos proyectos. En concreto, sólo el 5% de la superficie se dedicaría a esta rama de actividad, según la información publicada en aquellas fechas. En cuanto a negocio, el magnate preveía que los casinos no generarían más del 15% de los ingresos previstos en su plan empresarial.
Tanto una compañía como otra también completan esa oferta de juego y casinos con otra más centrada en el ocio familiar: hoteles, teatros, áreas comerciales, bares, restaurantes…
2. Una cuestión de tamaño y de terrenos
En la presentación de este tipo de proyectos, las cifras suelen ser grandilocuentes. En el caso de Eurovegas, lo eran. Pero también variaron de manera significativa desde su presentación en sociedad hasta su retirada oficial.
Una de las cifras más llamativas era la inversión, hasta 36.000 millones de dólares en varias fases, con la contratación de 25.000 trabajadores en la construcción de toda la infraestructura y 75.000 más para dar servicio en todo el complejo. Aunque las previsiones más optimistas llegaron hasta los 260.000 empleados, entre directos e indirectos. La primera de esas fases implicaba una inversión de entre 5.000 y 7.000 millones de euros. ¿En qué terreno se ejecutaría? En 700 hectáreas al norte del municipio de Alcorcón.
En el caso del Live! Resort Madrid, los grandes números son claramente inferiores. Plantea una inversión de 2.200 millones de euros (ampliable a unos 3.000). En el ámbito del empleo, prevé la creación de más de 56.000 puestos de trabajo, entre directos, indirectos, para la construcción y las operaciones del centro. El terreno sobre el que se quiere levantar este particular ‘emporio’ es también inferior: 124 hectáreas de un terreno enclavado en el término municipal de Torres de la Alameda, muy próximo al aeropuerto internacional Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
3. ¿Quién es el promotor?
El perfil de ambos empresarios no es muy distinto. Ambos tienen en el juego un pilar muy importante de su negocio. Y ambos están al frente de grandes holdings cuya actividad es la construcción de importantes centros de ocio y casinos.
Uno de los aspectos que los diferencia es la transparencia. Las Vegas Sands, fundada en la década de los 30 del siglo pasado, es una empresa cotizada y ofrece más datos sobre su negocio: en 2015 los ingresos ascendieron a 11.680 millones de dólares, casi un 20% inferior al nivel de un año atrás. En el caso de Cordish, que se creó por la familia bajo este mismo apellido en 1910, no hay cifras sobre su facturación total, ni el número de trabajadores.
Hay también similitudes. El perfil de compañía es muy similar: muy centrados en su mercado de origen, Estados Unidos, y con la intención de dar el salto al mercado europeo a través de estos ‘megaproyectos’. En el caso de Adelson, también miraba a Asia.
4. “Quiero una legislación a medida”
En inversiones como esta, lo habitual es que el promotor reclame un tratamiento especial por parte de la administración y los organismos reguladores. En concreto, el equipo de Las Vegas Sands puso sobre la mesa una cantidad ingente de peticiones a la administración, que redundaban en crear una particular inmunidad en esa pequeña ‘ciudad’ del juego: la modificación de la ley antitabaco, para permitir fumar en sus establecimientos; una batería de rebajas y exenciones fiscales (el gravamen a los ingresos al juego en Madrid pasó del 45 al 10 por ciento); la apertura las 24 horas al día, o la eliminación de la competencia de otros casinos durante al menos diez años.
Pero, el empresario planteó ‘in extremis’ otras revindicaciones que resultaron ser “innegociables” y se llevaron por delante la negociación: reclamaba un blindaje para sus inversiones, con el que el Ejecutivo se comprometía a “revertir toda la inversión que se realizara, más las pérdidas que se podrían generar ante un posible cambio normativo”, y exigía bajar aún más el tributo por juego al 1%, además de prohibir el juego online.
Las exigencias aceptadas por Madrid se plasmaron en un ‘traje a medida’ legislativo bajo el nombre de Ley de Acompañamiento, que contemplaba una figura, la de los Centros Integrados de Desarrollo, que engloba a actividades como ferias, turismo o juegos y espectáculos. Esa figura abre la puerta a concursos públicos, convocados por la administración a iniciativa propia o de una empresa externa.
Ese mismo ‘traje a medida’, aún vigente, es del que se va a aprovechar el grupo Cordish. Este jueves llevó a gala su consejero delegado que no ha reclamado ningún cambio normativo. Y es cierto. Pero simplemente porque no les ha hecho falta, pues todos los cambios importantes ya están plasmados en esa Ley de Acompañamiento y el resto de modificaciones.
Entre otras ventajas no sólo se encuentran las fiscales y de competencia, sino también urbanísticas. En esa ley aprobada en 2012, se creó el concepto de Proyectos de Alcance Regional. ¿Cuáles se incluyen bajo ese paraguas? “Los que supongan la implantación de actividades económicas que revistan interés por su relevancia en la creación de empleo, por la inversión que comporten o por la creación de riqueza para la región”. En caso de ser declarados como tal, “cuando no sean compatibles con la ordenación urbanística municipal, su aprobación permitirá la inmediata ejecución del proyecto”.
5. ¿Y quién lo financia?
Eurovegas, como Live!, comparten un mismo traje: miles de puestos de trabajo, polos de atracción turística, reconversión de terreros, millones de ingresos y, también, de inversión. El proyecto de Cordis asegura que, de entrada, invertirá 2.200 millones sin subvenciones públicas.
Parte de esa cifra corresponde a los terrenos, a las 134 hectáreas que necesita. No desvela si los terrenos ya son suyos, en totalidad o en parte, o si tiene derechos de compra en función de conseguir el sí de la administración. Tampoco cuenta a qué precio tasa ese suelo. Para alcanzar los 3.000 millones, la empresa estadounidense recurrirá a deuda bancaria y fondos propios. Como Cordish no cotiza no se sabe cuánto tiene en caja, ni cuál es su pasivo. Eurovegas era mucho más caro: en total: 36.000 millones de dólares (33.700 millones de euros al cambio actual). Adelson no llegó a invertir nada. En su caso sí se sabía que la deuda de su empresa, Las Vegas Sands, era millonaria. Cuando descartó Eurovegas, la empresa de Adelson debía más de 9.700 millones de dólares.
6. Entre ‘republicanos’ anda el juego
Abiertamente republicanos. Tanto David Cordish como Sheldon Adelson han hablado de sus preferencias políticas. Y hay un nombre que los une: Donald Trump. El dueño del nuevo megaproyecto madrileño ha sido uno de los respaldos del hoy presidente electo. Lo presentó en uno de sus actos electorales en el estado de Maryland, donde tiene su sede Cordish Group.
Cordish y Trump han vivido una relación de amor y odio. Los momentos agridulces los vivieron hace una década, cuando se vieron en los tribunales por desacuerdos comerciales en unos casinos en Florida. La disputa judicial fue tal que Cordish acusó a Trump de destruir documentos clave. Al final llegaron a un acuerdo y Cordish, a través de su filial Power Plant, acabó comprando uno de los casinos de Trump en Atlantic City. Salió al rescate de un casino que atravesaba problemas económicos. De ahí surgió una amistad, hasta tal punto que Trump presumió durante uno de sus mítines de que fue su hija Ivanka quien presentó al hijo de Cordish, Reed, a la mujer que se convertiría en su esposa.
Adelson nunca ha ocultado sus preferencias por el partido republicano. También fue uno de los respaldos económicos de Trump durante la campaña electoral. Aportó cerca de 35 millones de dólares a uno de los Comités de Acción Política (PAC, por sus siglas en inglés) que respaldaban a Trump, según The Guardian. Meses antes, durante la nominación republicana, Adelson se ‘gastó’ otros 100 millones en apoyar al magnate. Incluso, publicó un artículo en The Washington Post donde dejaba clara su apuesta por Trump.
7. Necesito un tren que me lleve al aeropuerto
Al igual que le pasó a Eurovegas, Live! Resort Madrid es un complejo construido desde cero en un área a la que, en teoría, se puede llegar en coche a través de alguna de las vías de circunvalación que rodean Madrid. El problema es que en ambos casos el transporte público es inexistente y, además, hay que llegar a acuerdos que permitan un acceso directo desde M30, M40, M50…
Y llega el turno de pedir a la Administración. Sheldon Adelson reclamó al anterior Gobierno autonómico un tren lanzadera que uniera Eurovegas con el aeropuerto de Barajas. Fue más lejos, ese tren tenía que salir cada cinco minutos.
El nuevo complejo de Cordish asegura que tendrá 5.000 plazas de aparcamiento. Para ello, requerirá accesos desde la red de carreteras que rodeará el complejo: A2, M30, M40, R2 y R3, dos de las radiales en quiebra a la espera de un rescate público. Además, Live! quiere contar con un apeadero de tren que lo que conecte con Atocha en 10 minutos y conexiones lanzadera con el aeropuerto, el recinto ferial de Ifema, la estación de Chamartín y varios puntos del centro de Madrid. ¿Quién lo financiará? Es una incógnita. Pero la empresa lo apunta en su comunicado de prensa distribuido este jueves: "Se solicitará la colaboración de las autoridades competentes".
8. Relación con la administración
Ayer el Gobierno de Cristina Cifuentes optó por un perfil muy bajo en la presentación de Live! Ningún miembro del Gobierno de la Comunidad de Madrid estuvo en la rueda de prensa. Lejos queda la defensa que hizo Esperanza Aguirre del proyecto de Adelson para conseguir que el magnate se decantara por Madrid y no por Barcelona. Lo mismo que hizo su sucesor Ignacio González. “Es un es un extraordinario para España y para la Comunidad de Madrid”, aseguró en diciembre de 2012 el entonces presidente autonómico.
Este jueves, Cristina Cifuentes quiso recalcar que Live! no es Eurovegas.”Absolutamente nada que ver”, señaló, porque “básicamente es un proyecto de ocio familiar” y no de juego, que no ha pedido ninguna “ventajas de tipo laboral o fiscal”.
Fuentes de la Comunidad de Madrid han explicado a EL ESPAÑOL que las negociaciones entre la empresa y la administración autonómica se han prolongado casi un año. Además, apuntan que el proyecto de Cordish se ha registrado esta misma semana, el paso clave para conseguir todos los permisos públicos. Ese paso, aseguran desde la Comunidad, no lo llegó a dar Eurovegas. Sin embargo, el Ejecutivo de González sí afirmó en julio de 2013 que Adelson había registrado oficialmente el estudio de viabilidad y de impacto económico. Más de 300 folios, dijo.
… Y otros cuatro proyectos fallidos
Live! Resort Madrid tiene una nube demasiado grande sobrevolando sus promesas de crecimiento y empleo. Porque no sólo le ronda el fracaso de Eurovegas, también el de otros tres megaproyectos fallidos que despertaron tanto entusiasmo institucional como ruido despertaron en su caída. Se trata de BCN World, El Reino de Don Quijote y Gran Scala.
Hace tres años, Enrique Bañuelos, uno de los reyes del ladrillo del boom inmobiliario, presentó un megaproyecto que tendría casinos, tiendas y espacios de ocio a las puertas de Portaventura y que sería la alternativa catalana a Eurovegas. Pero Bañuelos abandonó el proyecto a mediados de 2015 y la Generalitat se olvidó del entusiasmo por el megacomplejo de ocio. Al final, la Comisión de Urbanismo de Tarragona dio el pasado verano el visto bueno a un proyecto que reduce a la mitad (a 30.000 metros cuadrados) el espacio destinado al juego y que aún está por construir.
Más lejanos en el tiempo son Gran Scala y El Reino de Don Quijote. Dos proyectos nacidos al calor de la burbuja inmobiliaria, cuando todo iba bien. En 2007, el entonces presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, quiso construir en pleno desierto de Los Monegros una versión ibérica de Las Vegas: 18 parques temáticos, 32 casinos y una inversión de 7.000 millones de la mano de un grupo londinense, Internacional Leisure Develompment. Al final, nada de nada. Lo mismo pasó en La Mancha, donde el gigante del juego Harrah’s prometió un casino Caesars, con hotel de lujo, varios campos de Golf y casi 10.000 viviendas. La idea era aprovechar la cercanía del aeropuerto de Ciudad Real. Al final, tampoco se puso en marcha.