Esta noche, entre las 20.00 y las 22.00, la factura eléctrica va a alcanzar cotas que no se recordaban en los últimos tres años. Se van a pagar más de 92 euros por megavatio/hora (MWh). ¿Por qué? Porque la ola de frío, la falta de lluvia y de viento, ha llevado a acudir a la producción eléctrica más cara, la que se produce con gas y carbón.
Hay un matiz. No todos los consumidores van a llegar a ese precio. Sólo los que están acogidos a la tarifa regulada (casi la mitad de los clientes de las eléctricas) y tienen un contador ‘inteligente’ capaz de tarificar por horas. Los que no tienen esos contadores, en lugar de esos 92 euros por MWh, llegarán a los 78,8 euros. Un precio medio para el conjunto del día al que tampoco se llegaba desde finales de 2013.
Esos precios los marca el Operador del Mercado Ibérico de Energía (Omie). Cada día fija los precios regulados del siguiente, así que los máximos de hoy se fijaron ayer. Esta metodología de medición de tarifas funciona como una especie de cesta, en la que se incluyen todas las energías: nuclear, hidroeléctrica, ciclo combinado, carbón... Pero se prioriza unas frente a otras en función de las circunstancias. Y, ahora, con el anticiclón y la ola de frío, hay que tirar de las más caras.
Para mañana, no habrá respiro. El precio medio del jueves será más bajo: se ha fijado en el Omie en 85,79 euros por MWh, cuatro euros menos que hoy. Sin embargo, de nuevo, volverá a haber picos por la mañana y a última hora de la tarde. Y van a dispararse. A las 10.00 y a las 20.00 del jueves se alcanzarán los 95 euros por MWh. A las 21.00 de la noche se tomarán un pequeño respiro hasta los 94 euros, según los datos publicados por Omie
Hay que tener en cuenta que esa es la franja horaria es en la que se alcanza el pico de consumo. Esta tarde entre las 19.30 y las 21.00, según recoge la agencia EFE, se superarán los 41.100 megavatios (MWh) de consumo en el conjunto de España. Unos niveles que no se veían desde febrero de 2012, cuando se alcanzaron los 43.010 MWh de consumo.
Nadal asume un alza de 100 euros en 2017
El ministro de Energía, Álvaro Nadal, ha reconocido esta mañana que la luz puede encarecer para los consumidores en unos 100 euros al año. “Cuanto más frío hace hay más consumo de electricidad y más demanda y se tiene que producir con medios más caros. Esto es así en España, pero está siendo mucho peor en el centro de Europa, especialmente en Francia (...) Tenemos además un problema meteorológico importante: no ha llevado prácticamente nada, con lo cual el agua es escasa y la electricidad más barata es la que se produce con agua y tampoco ha hecho viento y antes de la reforma energética la energía eólica era más cara, pero después de la reforma ésta ayuda a bajar el precio”, ha asegurado en declaraciones a la Cadena Cope.
Esta situación se normalizará, asegura, en las próximas semanas, gracias al cambio metereológico y la normalización de la situación en el resto de Europa.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMV) ya está analizando la subida de los precios de la luz durante los meses de diciembre y de enero. Y las organizaciones de consumidores van en la misma línea. Facua señala que la factura de la luz del usuario medio de comienzos de enero es la segunda más cara de la historia, con tarifas en los primeros quince días de 84,57 euros mensuales, sólo por debajo de los 88,66 euros de entre enero y marzo de 2012.
En este sentido, Facua reclama al Gobierno que ponga fin a las prácticas “oligopolísticas” que provocan las "desproporcionadas" tarifas que pagan los usuarios. Exigen que el Ejecutivo fije periódicamente una tarifa asequible, dado que el sistema de fijación de precios en el mercado de la generación español "fomenta la especulación y los abusos”.
Hay que tener en cuenta que el impacto en la factura final está limitado. ¿El motivo? El recibido de la luz es un puzzle. El precio mayorista de la electricidad tiene un peso cercano al 35% sobre el recibo final. Otro 25% son impuestos. Y hay otro 40% que son peajes, el concepto bajo el que se engloban cuestiones, como los costes de distribución o las compensaciones a los sistemas no peninsulares.