Solía decir el fallecido Emilio Botín que el Banco Santander podría, sin ningún problema, alcanzar los 10.000 millones de euros de beneficio anual. En 2016 se quedaba en los 6.200. Pero su hija y sucesora, Ana Botín, no duda en señalar que “a igualdad de capital, estaríamos muy por encima de esos 10.000 millones”.
Durante la comparecencia ante los medios para dar cuenta de los resultados del ejercicio 2016, recordaba, en ese sentido, los 19.000 millones de crecimiento de capital registrado por el banco entre 2014 y 2016.
Unos resultados que, tanto la propia presidenta como el consejero delegado de la entidad, José Antonio Álvarez, no dudaban en señalar como buenos, con ese 4% más de incremento, ya descontado el efecto del tipo de cambio. “Ha sido un año difícil, pero, aún así, hemos avanzado en los compromisos con los inversores”, apuntaba Álvarez.
En el análisis de los resultados en España, Ana Botín reconocía las dos caras de una situación en la que el banco cuenta con varias claves para alcanzar un futuro crecimiento sostenible.
Mejora del crédito
Por un lado, que “la cosa va muy bien, según lo planeado y con los teléfonos sin dejar de sonar por el interés de los inversores”, decía. Pero, por otro, “el crédito neto sigue cayendo. Sube a pymes y al consumo, pero las amortizaciones de hipotecas continúan por encima de la constitución de nuevos préstamos”. El objetivo, confiaba Botín, es que en 2017 se llegue al equilibrio y que, a partir de 2018, ese saldo neto sea ya positivo.
Menor dotación para insolvencias
A la vista de los resultados obtenidos por el Santander en España, los poco más de 1.000 millones de beneficio, un 4,6% más respecto a 2015, se producen, no por la mejora de los márgenes (de hecho, solo suben las comisiones), sino por los 400 millones menos de dotación para insolvencias aportados. Sumados los 207 millones de beneficio logrados por Santander Consumer y restados los 326 millones perdidos por el negocio inmobiliario, las ganancias quedaban en 903 millones, frente a los 727 millones de 2015.
Sin cláusulas suelo
En su comparecencia, la presidenta del Santander no eludió los temas candentes de la actualidad financiera, relacionados con la crisis reputacional de la banca -todavía más acentuada tras las sentencias por cláusulas suelo y gastos de formalización de hipotecas-, la nueva ley hipotecaria o el nuevo proceso de concentración del sector bancario.
Sobre el desenlace de la crisis de las cláusulas suelo, Botín, al no estar el Santander afectado, ni siquiera entró a valorar el Real Decreto Ley aprobado por el Gobierno para abordar una solución extrajudicial, pero sí reconoció “la fortaleza que supone el hecho de que el 83% de los españoles sea dueño de su casa”. Y, en este sentido, aseguraba que una futura modificación de la ley hipotecaria debería seguir asentada sobre los pilares básicos de la seguridad jurídica y la transparencia que, decía, “han funcionado muy bien”.
Prudencia ante futuras fusiones
En cuanto a la posibilidad de que el Santander pudiera estar interesado en llevar a cabo alguna adquisición de otra entidad, Botín se llena de prudencia y asegura que “solo se plantea adquisiciones relativamentes pequeñas”, como las llevadas a cabo en 2016 en Argentina con Citibank y el Banif en Portugal. “No haremos ninguna operación que no cumpla nuestras estrategias financieras”, decía Botín.
La presidenta del Santander puso fácil la pregunta. “¿Considera que Sabadell o Popular son entidades relativamente pequeñas?”. Salió por la tangente. “Eso se lo dejo a su criterio”, respondía sonriente.
El éxito de la Cuenta 123
Entre esas claves de crecimiento futuro, el éxito de la Cuenta 123 resulta fundamental. Ya cuenta con 2 millones de clientes y se confía en duplicar esa producción en los dos próximos años.
Este producto ha ayudado a aumentar el número de clientes vinculados en un 32% y, al mismo tiempo, favorece la mejora de la productividad comercial. Un 50% de la nueva producción está vinculada a clientes de esta cuenta. Esta estrategia ha permitido captar medio millón de nóminas procedentes de otras entidades.