La Sareb, el banco malo que la Comisión Europea obligó a crear a España como una de las patas del rescate financiero de 2012, ha cumplido sus primeros cuatro años con unos ingresos totales de casi 17.000 millones. Cantidad que ha servido para reducir la cartera en 11.000 millones de euros (un 21%) y que los iniciales 50.800 millones de euros de deuda sean ahora de 41.000 millones.
Ingresos que están resultando difíciles de aumentar por las vías habituales, como son la gestión de los préstamos al promotor y la venta de los activos inmobiliarios. En 2016, solo se incrementaron un 1% respecto al año anterior. Apenas 40 millones más. Un total de 3.923 millones que, de manera automática, sirvieron para amortizar 2.170 millones de deuda.
Los 1.753 millones restantes cubrieron 683 millones de gastos operativos, 558 millones de intereses pagados a las antiguas cajas de ahorro que cedieron los activos -”aproximadamente 1,5 millones cada día”, subrayaba Jaime Echegoyen, presidente de Sareb, durante la presentación de los resultados del pasado ejercicio-, y se tuvieron que provisionar otros 337 millones para cubrir las minusvalías latentes de los activos de peor calidad. “Aquellos que fueron adquiridos por encima de su actual valor de mercado y con escasa revalorización, como son los préstamos sin garantías”, explicaba Echegoyen.
Estos activos con minusvalías latentes son los causantes de que el margen bruto de Sareb se redujera un 46% respecto al año anterior, con especial incidencia sobre el margen de los activos financieros, que cayó un 50%.
Con estos números -y a pesar de que los servicers contratados (Altamira, Haya, Servihabitat y Solvia) están operando al máximo nivel-, el banco malo ha puesto en marcha nuevas vías de ingresos futuros que permitan mejorar los márgenes, y, sobre todo, aumentar el ritmo de amortización de la deuda que, entre 2013 y 2016, ha alcanzado una media anual de 2.500 millones.
Avala el Estado la deuda no amortizada
Un ritmo que, en los 11 años que restan para que la Sareb termine su mandato, daría para amortizar unos 38.000 millones de euros de deuda, dejando 12.000 millones de los que debería responder el Estado como avalista.
Entre esas nuevas vías de ingresos futuros, la puesta en marcha de nuevas promociones. De momento, entre 2017 y 2019 la Sareb buscará vender 4.000 viviendas nuevas. Unas 1.600 procedentes de nuevas promociones y las 2.400 restantes de “obras que recibimos a medio hacer”, apuntan desde el banco malo. De estas, se han terminado unas 1.000 y se han vendido algo menos de 400.
A partir de aquí, la nueva idea planteada por la Sareb pasa por acometer nuevas promociones en los suelos de su propiedad. A una media de 1.500 pisos anuales, el banco malo pondrían en el mercado unas 12.000 viviendas entre 2020 y 2027. De lograr venderlas en su totalidad -algo que “no será fácil”, reconocía Echegoyen-, la Sareb obtendría unos ingresos netos -descontados algo más de 200 millones de inversión en las obras- de unos 3.000 millones de euros.
1,1 billones de créditos impagados en la UE
Además de la puesta en valor de los suelos, la Sareb está barajando entrar en una plataforma que, a nivel europeo, sea capaz de activar un mercado eficiente para la venta de créditos impagados. Margen hay. En el conjunto de los 28 países miembros de la Unión Europea existe un volumen de 1,1 billones de euros de créditos impagados (el equivalente al PIB de España) y sus transacciones se realizan con cuentagotas.
Desde 2013 solo se han vendido 200.000 millones de euros. Pero también dificultades derivadas de restricciones como son la asimetría de la información en cada país, los altos costes o la ineficiencia de los procesos ejecutorios.
Ventas de préstamos de hasta 10 millones
A nivel local, el banco malo está explorando la puesta en marcha de un escaparate online de préstamos, de cara a agilizar las ventas y aportar mayor transparencia y visibilidad. Serían operaciones con préstamos de hasta 10 millones de euros para alcanzar un perímetro de unos 4.000 millones (el 10% de la deuda que resta por amortizar). “No hay nada concreto todavía. Estamos en ello y hemos detectado una buena acogida”, comentaba el presidente del banco malo.
Con los nuevos cambios en la regulación contable marcada por el Banco de España, a finales de 2016 la Sareb contaba con unos recursos propios de 4.019 millones de euros, “suficientes”, según Echegoyen, “para proseguir con la labor desinversora hasta 2027”. El 45% de capital del banco malo está en manos del Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y el resto, entre bancos nacionales (todos menos BBVA) y extranjeros, aseguradoras e Iberdrola Inmobiliaria.