La Sareb -el banco malo al que se transfirió el ladrillo tóxico de las cajas de ahorro rescatadas- se encuentra en una situación financiera precaria y podría necesitar una recapitalización. Es el aviso que han lanzado este viernes la Comisión y el Banco Central Europeo (BCE) en su informe semestral (en pdf) sobre el rescate bancario español. Los 'hombres de negro', según la expresión que acuñó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, insisten además en que debe acelerarse la privatización de Bankia y BMN. Se enfrentan así a los planes del Gobierno de Mariano Rajoy, que quiere retrasar de 2017 a 2019 la venta de Bankia.
El informe es el resultado de la última visita a Madrid de los inspectores del Ejecutivo comunitario y el BCE, que tuvo lugar en octubre. Como en aquel momento todavía no había Gobierno, el texto se concentra en la situación de la banca y apenas contiene nuevas referencias a la situación presupuestaria de España y simplemente constata la parálisis reformista durante el último año. Eso sí, los expertos alertan de que, pese al fuerte crecimiento, España sigue siendo vulnerable a cambios repentinos en el sentimiento de los mercados debido al alto nivel de deuda pública y privada y al paro.
"Los resultados provisionales de la Sareb durante el primer semestre de 2016 no apuntan a una mejora de su situación financiera", señalan los inspectores de Bruselas y Fráncfort. El banco malo recibió 2.200 millones de euros de los 41.000 millones del rescate bancario. Sus ingresos han caído porque la venta de activos avanza muy lentamente, sus gastos operativos crecen y no se está beneficiando plenamente de los bajos tipos de interés debido a su estrategia de cobertura a largo plazo de los costes de servicio de la deuda.
Además, a principios de 2017, la Sareb tendrá que reevaluar los activos inmobiliarios que tiene en su cartera, tal y como se lo exigen las nuevas reglas contables del Banco de España. El ejercicio podría obligar al banco malo a hacer nuevas provisiones más allá de los 2.000 millones de euros que ya reservó en 2015. "Esto introduce una importante volatilidad en la posición de capital de este vehículo", prosigue el informe, que es "especialmente preocupante" si se tiene en cuenta que el capital de la Sareb ha caído a alrededor de la mitad de su dotación inicial.
"Podría surgir la necesidad de nuevas rondas de recapitalización dependiendo de la evolución de de varios factores, principalmente la evolución del mercado inmobiliario", apuntan Bruselas y el BCE. Pero incluso aunque el ladrillo en España empieza a recuperarse, la Sareb podría quedarse al margen de esta mejora porque la mayor parte de sus activos "están en áreas con mucha oferta y una demanda baja".
Para hacer frente a estos riesgos, los 'hombres de negro' reclaman a la Sareb "una gestión más eficaz de su cartera", acelerar la integración de sus sistemas informáticos e incrementar la transparencia.
Bankia y BMN
Más allá de los problemas de la Sareb, el sector financiero español sigue mostrando un alto grado de estabilidad gracias a la reestructuración que se produjo con el rescate bancario, los bajos costes de financiación y la fuerza de la recuperación económica, señala el informe. No obstante, la rentabilidad sigue siendo el principal desafío para el sector en un entorno de bajos tipos y demanda de crédito moderada.
La Comisión y el BCE reclaman al nuevo Gobierno de Rajoy que elabore "una estrategia inequívoca para la privatización de Bankia y BMN". "Aunque las difíciles condiciones en los mercados deben tenerse en cuenta antes de tomar ninguna decisión a este respecto, la privatización de estas entidades es importante para completar la reestructuración del sector bancario español", insiste el informe.
Los inspectores muestran de nuevo sus reservas sobre los planes del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) de fusionar los dos bancos. "Cualquier decisión sobre esto debe respetar el principio de maximizar la recuperación de ayudas públicas y ser coherente con los requisitos del mercado único", dice el estudio, que tampoco rechaza categóricamente una fusión.
El Gobierno acaba de devolver de forma anticipada otros 1.000 millones de euros del rescate bancario, la cuarta vez que lo hace. Quedan pendientes de reembolsar 34.700 millones. El informe concluye que el riesgo de que España no devuelva lo que queda de préstamo es "muy bajo".
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