Nuevo golpe a la seguridad jurídica del Gobierno de Nicolás Maduro. El consorcio automovilístico estadounidense General Motors ha suspendido sus operaciones en Venezuela después de que la factoría que mantiene en el país fuera confiscada por parte de las autoridades.
"Ayer, la planta de GMV (General Motors Venezolana) fue inesperadamente confiscada por parte de las autoridades públicas, impidiendo las operaciones normales", aseguró la compañía automovilística en un comunicado recogido por Europa Press.
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Asimismo, señaló que el Gobierno del país también ha entrado en otros centros de la corporación y se ha incautado de otros activos de la firma, entre los que se encuentran vehículos que han sido "retirados ilegalmente de sus instalaciones".
La compañía automovilística estadounidense confirmó que, a pesar de esta decisión, continuará ofreciendo servicio de posventa y de piezas de recambio a sus clientes a través de sus representantes en el mercado venezolano.
General Motors inició en 1948 su actividad en el país con una factoría a las afueras de Caracas en la que fabricó un modelo 'pick-up' de Chevrolet, lo que convirtió a la empresa en "pionera" en el sector del automóvil en Venezuela.