En la operación para buscar una salida a la crítica situación del Banco Popular son muchos los frentes abiertos.
Finalizado este martes el primer hito planteado por la entidad presidida por Emilio Saracho, de que las entidades interesadas mostraran una muestra cuantitativa no vinculante de sus intenciones, se abre ahora un período, hasta el 15 de junio, para que el Banco Santander y Bankia analicen con detalle el balance del Popular, a la espera de que el BBVA mueva de nuevo ficha ante su sorprendente decisión estratégica de no presentar este martes la referida muestra de interés.
En el caso de la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri y participada por el Estado al 66% a través del FROB, su participación en esta operación queda condicionada a que Bruselas levante el veto a entrar en cualquier operación corporativa. Si no lo hace, la fusión a tres bandas (Bankia, BMN y Popular) pergeñada por el ministro de Economía, Luis de Guindos, tendría escaso recorrido.
Mientras todo esto sucede de manera más o menos oficial, y a la espera de que el consejo del Popular analice este jueves las ofertas no vinculantes presentadas, las acepte y abra el proceso oficial de ‘due dilligence’, Santander, BBVA y Popular siguen afanadas, de manera discreta, en una operación colateral que permitiría abaratar el coste de la posible compra del banco presidido por Saracho, sea quien sea el comprador final.
Desagüe de activos improductivos
Se trata del traspaso a Metrovacesa Suelo y Promoción -la filial de la inmobiliaria participada por los tres bancos que quedó fuera de la integración en la socimi Merlin- de suelos valorados en unos 2.000 millones de euros, como una apuesta firme para sacar de sus balances estos activos improductivos que solo generan gastos, y son los causantes de que sus negocios inmobiliarios sigan dando pérdidas cada trimestre.
En el caso del Popular, la jugada tiene doble alcance. Además de quitarse de en medio parte de estos suelos, valorados en libros en 7.825 millones de euros, permitiría revertir un porcentaje significativo de los 3.500 millones de euros provisionados por estos activos. De esta manera, la factura a pagar por quien finalmente se lleve el gato al agua sería inferior.
La idea que persiguen los tres bancos con este traspaso es proseguir con el desagüe de sus todavía cuantiosos activos tóxicos. Un proceso acelerado en los últimos meses con los casi 1.700 millones de activos rentables (oficinas y centros comerciales) aportados a la socimi Merlin, y los 665 millones en 3.300 viviendas en alquiler traspasadas a Testa, la socimi de pisos en alquiler que las entidades financieras comparten con Merlin, la empresa que gestiona Ismael Clemente.
Metrovacesa retrasa su junta por el traspaso
Más de 2.300 millones de activos inmobiliarios que Santander, BBVA y Popular ya han sacado de sus balances, y que se incrementaría hasta los 4.000 millones con la cesión de terrenos a Metrovacesa Suelo y Promoción, que ya cuenta con cerca de 2,5 millones de metros cuadrados edificables para desarrollar más de 16.000 viviendas.
En Metrovacesa esperan que esta operación quede cerrada a finales de junio, en la junta de accionistas -retrasada por este motivo- que, según han señalado a EL ESPAÑOL fuentes próximas a las negociaciones, sería convocada en el próximo consejo de administración, a celebrar de manera inminente. Incluso esta misma semana.
En ese consejo, tanto Santander como BBVA movían a sus peones a principios de año. Llegaba a la presidencia Remigio Iglesias, director adjunto del Banco Santander y responsable efímero del proyecto Sunrise -el defenestrado banco malo del Popular que Saracho decidió paralizar antes de que echase a andar-, y relegaba a la vicepresidencia a Ignacio Moreno, ‘chico para todo’ del BBVA en temas inmobiliarios. Con todo, al frente de la gestión de Metrovacesa Suelo y Promoción figura su consejero delegado, Jorge Pérez de Leza, exdirector general para Europa de Lar.
La transferencia de suelo de los bancos a Metrovacesa se hará en función de dos factores. El porcentaje del capital que cada uno ostenta en la inmobiliaria y las provisiones que, por este activo, han realizado. El Banco Santander tiene el 70,27%, BBVA el 20,52% y el Popular llega al 9,14%.
Coberturas de suelo desiguales
En el caso de las provisiones, las coberturas entre las entidades resultan desiguales. El Santander, que suma suelo por 5.000 de los 8.000 millones de inmuebles adjudicados, alcanza una cobertura del 57% para el conjunto de estos activos. BBVA concreta más. Los casi 5.000 millones de euros brutos en que la entidad tiene valorados los terrenos están cubiertos, ante previsibles minusvalías, al 75%.
Entre ambos, el Banco Popular que, al cierre de del primer trimestre, contaba en su balance con 16.000 millones de euros de inmuebles brutos improductivos. De estos activos, los suelos suman 7.825 millones que, tras provisiones, se quedan en un neto de unos 3.500 millones de euros.
Al margen de esta operación de trasvase de suelo a Metrovacesa, el precio de compra que finalmente realicen por el Popular las entidades interesadas también quedaría rebajado si la entidad presidida por Saracho logra colocar una cartera de créditos dudosos, por un nominal de 500 millones de euros, garantizados como colateral con hoteles y activos residenciales.