Sareb, la sociedad de gestión de inmuebles participada al 45,9% por el Estado a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), ha iniciado su quinto ejercicio de vida de una manera un tanto sorprendente, duplicando las ventas globales entre enero y abril, y triplicando las de suelo.
Una tendencia que se viene percibiendo desde hace un par de años, coincidiendo con la irrupción en el mercado de promotoras, como Neinor, Aedas, Aelca o Kronos. Los nuevos protagonistas del mercado inmobiliario, financiados por grandes fondos de inversión y gestionados por profesionales españoles, han necesitado hacer acopio de terrenos con los que respaldar su plan de negocio.
Mejora tras la migración de los 'servicers'
Además de esta mejora de la situación inmobiliaria, desde el banco malo defienden el papel jugado por los servicers contratados por la Sareb (Altamira, Haya, Servihabitat y Solvia) en este incremento exponencial de las ventas. “El año pasado todavía no habían terminado de migrar todos los activos a sus respectivas plataformas, pero este año, ya con esa migración completada, los resultados han mejorado sensiblemente”, comentan desde el banco malo.
A la vista del primer avance de actividad de la sociedad, los 3.260 inmuebles propios vendidos por la Sareb entre enero y abril suponen un 87% más que los transferidos en el mismo periodo de un año antes. En el caso del suelo, se triplicaba el número de solares vendido, de manera que el banco malo prácticamente lograba colocar, en esos primeros cuatro meses del año, los mismos 900 solares que vendía durante todo el ejercicio 2016.
No obstante, el incremento de las ventas no lleva aparejado un aumento similar de los ingresos, siguiendo la tónica que se viene manteniendo desde hace dos años.
Doble de ventas, a mitad de precio
En 2015, la Sareb vendía 421 parcelas por 335 millones de euros, a una media de 800.000 euros. Un promedio que el pasado ejercicio se reducía a 400.000 euros. Es verdad que se incrementaba un 220% el número de solares vendidos, hasta 927, pero también que los ingresos solo crecían un 9%, con un volumen de negocio de 366 millones de euros.
Desde el banco malo presidido por Jaime Echegoyen justifican este desfase en que “cada vez se venden parcelas más pequeñas de suelo y, además, se ha ampliado el espectro geográfico. Se sigue vendiendo en las grandes ciudades, pero también se empiezan a detectar operaciones en zonas de interior de provincias pequeñas, que hasta ahora prácticamente habían resultado inapreciables”.
Llamamiento a la prudencia
De seguir con la tendencia registrada hasta abril, la Sareb estaría en condiciones de desprenderse de unos 1.500 solares durante 2017 que, al precio medio del pasado ejercicio, permitiría alcanzar unos ingresos de unos 600 millones de euros. No obstante, desde el banco malo prefieren ser prudentes.
“A diferencia de otros años, en los primeros meses de 2017 se han cerrado numerosas operaciones que venían negociándose desde el año anterior”, según comentan desde la Sareb. Además, los primeros meses de 2016 fueron especialmente malos, sobre todo en el caso de las ventas de suelo. Entre enero y abril de 2016 apenas se vendieron 300 solares. Un mal dato que, al hacer la comparativa con el mismo periodo de este año, arroja este incremento del 272% percibido.
Subida no sostenible del suelo
Las subidas de precios de vivienda y suelo, que se están apreciando de manera puntual en ciertas zonas de Madrid, Barcelona y la costa mediterránea, se convirtieron en uno de los aspectos más comentados entre los profesionales del sector que, la pasada semana, se dieron cita en una nueva edición del SIMA, el Salón Inmobiliario de Madrid.
En ese marco, el presidente de los promotores españoles, Juan Antonio Gómez-Pintado, llamaba a la cautela. No habla todavía abiertamente de la existencia de una nueva burbuja, y mantiene que se trata de un rebote técnico tras casi una década de práctica paralización de este mercado, pero sí deja caer que “las subidas que se están produciendo no son sostenibles”. Entiende que no existe una demanda de vivienda suficiente para tanto suelo como se está adquiriendo en el último año.