Más de cinco meses les ha costado a Bruselas y Roma llegar a un acuerdo sobre el rescate de Monte dei Paschi di Siena, el tercer mayor banco italiano y el más antiguo del mundo (fundado en 1472). Los test de estrés de 2016 detectaron unas necesidades de capital de 5.000 millones de euros, que posteriormente el Banco Central Europeo (BCE) amplió a 8.800 millones. El pasado diciembre, Monte dei Paschi admitió su incapacidad de captar estos fondos en los mercados financieros y reclamó ayudas públicas. Desde entonces, el Gobierno italiano, la Comisión y el BCE han discutido a brazo partido las modalidades de la recapitalización.
El pacto definitivo lo ha anunciado este jueves la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager. El principal obstáculo estaba en las nuevas reglas de la UE que obligan a imponer pérdidas a accionistas y acreedores antes de cualquier inyección de capital público. Al igual que ocurrió con el caso de los preferentistas en España, muchos de los inversores en Monte dei Paschi eran particulares y el Gobierno de Roma quería evitar a toda costa que perdieran sus ahorros.
Finalmente, Bruselas y Roma han encontrado un resquicio legal en la forma de "recapitalización cautelar", una figura que permite limitar las quitas a accionistas y preferentistas. El requisito es que el banco sea declarado solvente a largo plazo por el BCE. Aún así, los accionistas y los titulares de deuda subordinada deberán pagar, aunque el banco les compensará si demuestran que fueron engañados al comprar los títulos.
En la práctica, el Gobierno de Roma ya publicó un decreto en diciembre que obligará a Monte dei Paschi a indemnizar a todos sus preferentistas, con el visto bueno de Bruselas. Esto supone un trato más favorable que el que recibieron los preferentistas españoles, que han tenido que recurrir caso por caso para que se les devuelva su dinero.
Tope a los salarios de los directivos
"Esta solución permitirá a Italia inyectar capital en Monte dei Paschi como precaución, en línea con las reglas de la UE, limitando al mismo tiempo la carga para los contribuyentes italianos. El banco tendrá que llevar a cabo una profunda reestructuración para garantizar su viabilidad, incluyendo la limpieza de los créditos morosos en su balance", ha dicho la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.
El plan de reestructuración obligará además a Monte dei Paschi a imponer topes al salario de sus directivos. Su remuneración no podrá superar 10 veces el salario medio de los empleados del banco. La Comisión no ha querido concretar cuántas sucursales deberá cerrar el banco y a cuántos trabajadores tiene que despedir.
Tampoco hay cifras definitivas sobre el dinero que inyectará el Estado italiano en el banco. Todavía deben cumplirse dos condiciones previas. Que Monte dei Paschi venda su cartera de créditos tóxicos y que el BCE confirme que cumple los requisitos de capital.