Los inversores especulativos han hincado el diente a Técnicas Reunidas y no parecen dispuestos a aflojar. Han apostado fuerte en posiciones cortas en la ingeniería controlada por la familia Lladó para que la cotización entre en un permanente bucle bajista, y los resultados ahí están.
La presión del 13% del capital metido en estas operaciones ha provocado que la cotización de la empresa de ingeniería cotice ligeramente por encima de los 28 euros, con un retroceso del 27,5% en lo que va de 2017, y dejando su valor de mercado por debajo de 1.600 millones de euros. Curiosamente, el pasado viernes -tras los atentados en Barcelona-, era el único valor del Ibex 35 que evitaba el 'rojo'.
25 inversores a corto
Con la llegada de Citadel Europe a estas posiciones cortas a finales de julio, tomando acciones prestadas por el 0,62% del capital de Técnicas Reunidas, son ya 25 los inversores institucionales y ‘hedge funds’ los que se han sumado a esta operativa. Aproximadamente la mitad lo han hecho en lo que va de año, provocando que estas posiciones cortas pasaran del 5,4% al actual 13%. Entre los más agresivos se encuentran AKO y Naya, con posiciones por encima del 1%.
Además de los inversores habituales a corto, entre estos bajistas que han decidido cercar a Técnicas Reunidas llama la atención de otros menos conocidos. Es el caso del Banco Portugués de Investimento (BPI), la entidad controlada por CaixaBank tras la OPA lanzada el pasado de enero, que dejó en sus manos el 84,5% del capital del banco luso. Banco BPI, el cuarto mayor banco privado de Portugal, tomó prestadas en abril acciones prestadas de Técnicas Reunidas por el 0,53% de su capital y apenas se ha movido desde entonces.
Argumentos de los bajistas
La falta de nuevos proyectos, la salida neta de caja del 60%, el precio del petróleo sujetado en ese umbral de los 50 dólares por barril o la depreciación del euro frente al dólar son los principales argumentos que estos inversores están manejando para pedir prestadas acciones de Técnicas Reunidas valoradas actualmente en 200 millones de euros.
Aunque Juan Lladó, consejero delegado de la ingeniería especializada en construcción de plataformas petrolíferas y gasistas, trataba de quitar hierro a algunos de estos fundamentales negativos al presentar, a finales de julio, los resultados al cierre del primer semestre, no resultaba fácil. El lastre de la disminución de la cartera de pedidos -la que aseguraría los ingresos futuros- y la salida exagerada de tesorería resultan incuestionables.
Adjudicaciones aplazadas
La cartera Técnicas Reunidas se reducía un 23% respecto a junio de 2016. Casi 2.400 millones menos, hasta 8.255 millones. Lo justificaba Lladó por el aplazamiento inesperado de adjudicaciones en Sudamérica y el retraimiento de los países productores de petróleo en Oriente Medio a la hora de licitar la construcción de nuevas plataformas.
Y lo mismo sucede con la tesorería, que se ha visto reducida un 57%. En junio de 2016 la ingeniería de los Lladó contaba con una posición de caja neta de 521 millones. Un año después tan solo cuenta con 225 millones. Significativa disminución por la gran exposición a contratos en Oriente Medio y el incremento del fondo de maniobra de los proyectos, y los menores anticipos recibidos.
Confianza de los analistas en una mejora sustancial
No obstante, los analistas siguen confiando en el futuro de Técnicas Reunidas, a poco que las adjudicaciones en suspenso acaben formando parte de su cartera. Así, el consenso de analistas otorga a la empresa un precio objetivo de 38 euros, lo que supone un potencial de revalorización superior al 31%, borrando de un plumazo todas las caídas acumuladas.
En ese sentido, la reciente adjudicación, por 2.750 millones de dólares, de una refinería en Omán -en la que Técnicas Reunidas cuenta con el 65% y Daewoo con el 35% restante- ha servido a los analistas de Renta 4 para apreciar una mejora de este valor.
El nuevo proyecto aportará a la cartera de la empresa de ingeniería algo más de 1.500 millones de dólares, que se suman a los poco más de 400 millones que se habían logrado en lo que va de 2017. No obstante, queda camino por recorrer, hasta alcanzar los al menos 4.500 millones en nuevos contratos previstos para el presente ejercicio. Hacen falta adjudicaciones por 2.600 millones en los próximos cuatro meses. No resultará fácil.