La justicia europea pide revisar el multazo de 1.000 millones a Intel
Reclama que se vuelvan a examinar las alegaciones del gigante informático contra la sanción histórica de Bruselas.
6 septiembre, 2017 11:25Noticias relacionadas
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El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha ordenado este miércoles que se revise la multa récord de 1.060 millones de euros que Bruselas impuso a la compañía norteamericana Intel por abuso de posición dominante. El caso podría sentar precedente, según los expertos, para otras empresas del sector que se enfrentan a sanciones multimillonarias de la UE por prácticas monopolísticas, como Google o Qualcomm.
La sentencia rechaza ratificar la multa a Intel, que se impuso 2009, lo que supone un varapalo a la Comisión Europea, ya que podría socavar sus poderes en su pulso contra los gigantes informáticos estadounidenses. Pero tampoco la tumba de forma definitiva. En su lugar, pide al Tribunal General, la primera instancia de la justicia europea, que vuelva a examinar el recurso de Intel. Eso significa que el fallo definitivo volverá a demorarse años.
El Ejecutivo comunitario justificó la sanción, que en aquel momento era la más alta de la UE (ahora le ha superado Google), alegando que Intel había abusado de su posición dominante, ya que poseía una cuota de mercado de alrededor del 70%, para tratar de expulsar a sus rivales, especialmente a AMD, del mercado de microprocesadores.
¿Restringen los descuentos la competencia?
Para lograrlo, la compañía utilizó prácticas que Bruselas considera ilegales, como fuertes descuentos e incluso pagos a fabricantes de ordenadores como Dell, Lenovo, HP y NEC para que no utilizaran microprocesadores de AMD. También pagó al distribuidor Media Markt para que vendiera sólo ordenadores equipados con procesadores de Intel.
La compañía negó cualquier abuso y recurrió la multa ante el Tribunal General. Pero éste desestimó todos los argumentos de Intel y confirmó la sanción de Bruselas en una sentencia de 2014.
En su fallo de este miércoles, el TJUE anula la sentencia en primera instancia y exige al Tribunal General que vuelva a examinar el caso. En particular, le reclama que revise si los descuentos ofrecidos por Intel a los fabricantes de ordenadores tienen o no capacidad por sí mismos para restringir la competencia.
La sentencia desestima otras alegaciones de Intel sobre la falta de competencia territorial de la Comisión para sancionar el abuso por tratarse de una empresa estadounidense y sobre la existencia de vicios de procedimiento que le impidieron ejercer su derecho a la defensa.