Barcelona tendrá su Mobile World Congress en 2018. GSMA, la patronal internacional de las empresas de telecomunicaciones, ha señalado este viernes que sigue monitoreando la situación del conflicto catalán, pero que el congreso del próximo año se celebrará en Barcelona.
"La GSMA tiene un acuerdo con los socios de la ciudad de Barcelona que hacen de Barcelona la Mobile World Capital y la sede del GSMA Mobile World Congress hasta el año 2023", ha señalado la patronal en un comunicado.
La edición 2018 del MWC "se celebrará en Barcelona del 26 de febrero al 1 de marzo", ha subrayado. Aun así, desde la organización, no le quitan ojo a la situación en Cataluña y se evalúa "cualquier impacto potencial" para el evento.
La escalada de la tensión del conflicto político en Cataluña ha sembrado dudas sobre si el evento anual del sector se celebraría en la Ciudad Condal. Aun así, empresas del sector como Vodafone, han señalado que hasta el momento no tenían "indicios de que pueda afectar y seguimos trabajando" de cara a la cita de 2018.
Las cifras del MWC
En la edición del año pasado se alcanzaron 108.000 asistentes, lo que representa más de un 7% de incremento respecto a lo logrado el año anterior, procedentes de más de 200 países.
Los organizadores estimaron que el impacto de esa edición estuvo en torno a los 465 millones de euros. ¿Y en la creación de empleo? Se necesitaron algo más de 13.000 empleos temporales, según los datos de GSMA.
El cambio a Madrid, ya en 2015
La organizadora aprobó en julio del año 2015 la renovación del contrato para acoger el evento hasta 2023. Se amplió por tanto cinco años más (el actual acuerdo expiraba en 2018).
La dura huelga de transporte que golpeó la edición de 2015 del congreso en Barcelona reabrió el debate sobre la ubicación en Barcelona y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, levantó la mano para presentar su candidatura a ser sede "en los próximos años".
Las startups catalanas, con preocupación
Más allá del propio Mobile World Congress, es evidente la preocupación importante por parte de startups y empresas tecnológicas ante el desafío soberanista y la situación política en Cataluña.
Compañías del sector con sede en Cataluña mostraron en los últimos días su temor ante posibles problemas financieros y el cierre del grifo de la inversión tras nueve primeros meses del año con cifras muy altas.