La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) contra Uber tiene su origen en una demanda de interpuesta por Elite Taxi hace más de dos años por competencia desleal.
El motivo del enfrentamiento era el servicio entre particulares de UberPOP, que lleva más dos años suspendido cautelarmente por el juez de lo Mercantil número 2 de Madrid (aunque hoy opera con su servicio con chóferes privados y licencias VTC).
¿Qué opina Élite de una sentencia que permitirá poner orden en este mercado y no sólo en España? Muchos países europeos estaban a la espera de un primer pronunciamiento y la respuesta ha quedado clara. El TJUE ha dictaminado que Uber es una empresa de transporte y no meramente una plataforma digital de intermediación, por lo que está obligado a obtener las licencias exigidas por la legislación nacional.
"Esto es un balón de oxígeno. Esta sentencia no sólo es contra UberPOP. Crea jurisprudencia en toda Europa", explica a EL ESPAÑOL Alberto 'Tito' Álvarez, portavoz de la asociación. Recuerda que ha sido un camino muy largo, la clásica lucha de David contra Goliat.
"Empezamos recogiendo dinero con huchas y tuvimos que constituirnos en asociación para poder denunciar a Uber. Ahora se ha hecho justicia", afirma. "Antes estas plataformas estaban en un limbo que nadie sabía lo que era. Ahora está claro: son empresas de transporte y prepararemos las demandas que tengamos que preparar para ir a por ellos y sentarlos en el banquillo", subraya, eufórico.
A por Cabify
"A Cabify la vamos a poner en su sitio y van a ser los primeros, porque lo que están haciendo con el entramado de sociedades no tiene nombre. Que operen con licencias de VTC no les da derecho a hacer lo que quieran. Tenemos ya un informe de la Inspección de Trabajo de la Seguridad social que deja claro que lo que están haciendo es crear falsos autónomos", añade.
"A ver si les sale rentable trabajar siguiendo las reglas", concluye. A su alrededor se oye trasiego y felicitaciones. A los taxistas les ha tocado la lotería un día antes del sorteo.
Cabify responde
Cabify se ha defendido (en una entrevista con EL ESPAÑOL) de las críticas indicando que esta decisión no está relacionada en absoluto con la compañía española, ni afecta a su actividad. Y recuerdan que “la compañía española está constituida como agencia de viajes, tal y como estipuló la Dirección General de Turismo y la Dirección General de Transportes Terrestres de la Comunidad de Madrid en mayo de 2012”.
De esta manera, afirman que el criterio del fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea para determinar la naturaleza de “servicio de transporte” de la actividad de Uber Pop en Barcelona “no resulta aplicable al servicio prestado por Cabify”.
Ello es así puesto que, indican, al constituirse en España, Cabify lanzó (en su condición de agencia de viajes) una plataforma para facilitar la intermediación entre sus usuarios y un sector profesional preexistente: los transportistas titulares de licencias VTC.
Modelo diferente al de Uber
“Dichos transportistas vienen desarrollando desde hace muchos años la actividad de arrendamiento de vehículos con conductor en España, dando estricto cumplimiento de la normativa que regula el transporte de viajeros, los seguros de responsabilidad civil asociados al mismo, así como la fiscalidad y las relaciones laborales de los conductores”.
“El planteamiento de ese modelo de negocio en España respondió a la voluntad de Cabify de aplicar escrupulosamente sus valores de justicia y ética profesional en todos los mercados en los que está presente, cumpliendo en cada uno de ellos con todos los requisitos fiscales, laborales, mercantiles y administrativos pertinentes”, concluyen.
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