Hace una semana, en vísperas de Nochebuena, el presidente Donald Trump logró su primera victoria política en casi un año de mandato. La Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos dieron luz verde a su proyecto de reforma fiscal, una norma que entrará en vigor en 2018 y que supone el mayor recorte de impuestos en más de tres décadas.
En total, el paquete de medidas y recortes suma 1,5 billones que no se ingresarán en las arcas públicas en 10 años, un mordisco a la recaudación que hace dudar sobre los efectos que tendrá sobre la deuda pública del país que supera ya los 20 billones de dólares.
La medida es, sobre todo, un premio para las empresas del que pueden beneficiarse las firmas españolas con presencia en el país. Con la nueva norma, el impuesto de sociedades cae del 35% al 21%, la mayor rebaja realizada en décadas.
Estados Unidos es, junto con Reino Unido y Brasil, uno de los mercados donde las filiales españolas logran mejores cifras, según los últimos datos del INE disponibles, actualizados al ejercicio 2015.
En EEUU hay alrededor de 700 filiales de empresas españolas que dan empleo a más de 74.000 personas y atesoran activos por casi 350.000 millones de dólares. Operan en muchos sectores pero destaca la presencia en el de energías renovables (con Iberdrola, Acciona, Abengoa, por ejemplo), las infraestructuras (OHL, ACS o Ferrovial) y los servicios financieros (Santander, BBVA). Entre las grandes del Ibex, el grupo ACS, Santander e Iberdrola son de las firmas con mayor negocio en el mercado estadounidense.
La eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán ha hecho ya sus cuentas de lo que va a suponer este cambio normativo. La primera estimación es un ingreso no recurrente para este ejercicio de 1.200 millones de euros. Iberdrola no espera que “altere significativamente” su beneficio neto consolidado del ejercicio ya que el impacto “será compensado” mediante diversas medidas para optimizar el perfil de negocio del grupo.
En concreto, ha indicado que prevé mejorar los resultados consolidados en los próximos ejercicios. De este modo, espera que incida sobre el valor final contable del negocio en Brasil una vez se realice la ampliación de capital que han acordado esta semana tras el fallido intento de sacarla a Bolsa.
El negocio estadounidense de Iberdrola
Avangrid, la filial estadounidense de la que Iberdrola controla un 81,5%, obtuvo un beneficio neto de 458 millones de dólares (unos 389,6 millones de euros) en los nueve primeros meses del año, lo que representa un incremento del 8,3% con respecto al mismo periodo del año pasado, informó la compañía. La compañía, que es el segundo operador eólico del país, opera en 25 estados y cuenta con activos por valor de 31.000 millones de dólares (unos 26.360 millones de euros).
La filial estadounidense tiene un peso relevante en el beneficio neto de la eléctrica española, representando alrededor de un cuarto de su beneficio.
Hace unos meses, Avangrid confirmó un plan de inversiones por 9.000 millones de dólares hasta 2020 con foco en redes y en renovables.
Santander y BBVA sortean la tormenta
Donde otros bancos europeos anticipan ya pérdidas, los dos bancos españoles más expuestos a su negocio en EEUU capean el cambio legislativo. Banco Santander y BBVA estiman un impacto “mínimo” por la limitación de su capacidad para deducir pérdidas pasadas contra impuestos futuros, un mecanismo conocido como activos fiscales diferidos (DTA, por su sigla en inglés). Hasta junio, BBVA contaba con 288 millones de DTA en el país, frente a los 1.827 millones de euros de Santander, recoge CincoDías.
Algunos de los grandes bancos han advertido ya a los inversores del golpe que podrían asumir en los resultados de este ejercicio. Un ejemplo es Barclays, que este miércoles indicó que asumirá un impacto negativo extraordinario de 1.000 millones de libras (1.128 millones de euros) y reducirá su ratio de capital básico CET1 en 20 puntos básicos a causa de la reforma fiscal. Tras este primer rejonazo, el banco estima que el impuesto afectará positivamente a sus ingresos después de impuestos en el país.
No es el único. Credit Suisse afirma que la reforma fiscal estadounidense reducirá en 2.300 millones de francos suizos (1.955 millones de euros) el importe de sus créditos fiscales en el cuarto trimestre.