Hace pocos años, todo lo que procedía de China era sinónimo de copia y de una dudosa calidad. La tecnología china tampoco era muy bien vista hasta hace poco por Occidente. A pesar de que casi todas las piezas y productos ensamblados provenían -y provienen- del país asiático, los estereotipos nos hacían recelar. Pero desde hace varios años se ha producido un cambio drástico: la revolución de sus empresas tecnológicas ha transformado radicalmente la imagen de marca del país.
El primer ministro de China, Li Keqiang, explicaba hace pocos meses que una de las mayores intenciones de su gobierno es “encender el impulso innovador a cientos de millones de personas”. Para ello, las principales ciudades del país han creado varias ‘Silicon Valley chinas’ para que las multinacionales aterricen y sean fuente de I+D. De hecho, durante 2017 se han aprobado más de 100 espacios para desarrollar la tecnología. Y sobre todo para que el talento no se fugue hacia Estados Unidos.
El desarrollo de las tecnológicas chinas ha propiciado que sus productos pasen a ser vistos con otros ojos, y es un efecto contagioso. Kantar Worldpanel presentaba recientemente un estudio sobre el cambio de percepción y el auge de sus ventas en España. Del informe se extrae que las nuevas generaciones consideran a las compañías chinas como “innovadoras”. Según la consultora, la propuesta principal de las marcas chinas es combinar la innovación con la relación calidad-precio, una receta especialmente atractiva para los jóvenes y que se ha extendido como una mancha de aceite desde la tecnología a otros segmentos.
Pero aún hay más. Según el estudio, los consumidores jóvenes en España prefieren pedir las novedades de los dispositivos chinos y no les importa esperar hasta 15 días para su entrega. “Las propuestas de valor de las marcas chinas son especialmente atractivas en un país donde casi el 40% de las personas menores de 25 años están desempleadas”, explica el informe.
¿Y cuáles son las marcas más populares en el extranjero? Lenovo, el fabricante de ordenadores que lidera el mercado español; el coloso de las telecomunicaciones y la electrónica de consumo Huawei; el 'Amazon japonés', Alibaba, y Xiaomi, que lo mismo te vende teléfonos que drones. A partir de ahí, hasta llegar al top 10, la aerolínea Air China, el coloso de los juegos de internet Elex, marcas de electrónica como Anker, Haier o Hisense o la empresa de juegos online Cheetah.
El reinado de los smartphones baratos
“Aunque Samsung y Apple siempre tendrán su nicho de exclusividad en sus terminales insignia en los que la gente estará dispuesta a pagar 800 o 1.000 euros por terminal, el desarrollo de marcas como Huawei, Xiaomi o BQ hace que se esté ‘democratizando’ el acceso al smartphone ofreciendo terminales con características similares a un precio mucho menor”, explica Pablo Martínez, experto en Comtech de Kantar.
De hecho, basta con echar un simple vistazo a las ventas de la telefonía móvil en España. Huawei es el segundo fabricante por número de unidades en España, y Xiaomi ya ocupa la cuarta plaza. Las tradicionales Samsung, Sony, Apple o LG dejaron hace tiempo de menospreciar a sus rivales.
Xiaomi, que hasta hace poco vendía sólo gracias al boca a boca, ya tiene en torno al 8% de la cuota de mercado y ha dejado atrás a Apple y a todo un clásico como LG. Hasta hace apenas un año, Internet era la única vía para comprar un dispositivo de esta compañía, pero ahora empresas como PhoneHouse o Fnac ya tienen en su catálogo sus móviles, smartwatches o tablets. Además, han empezado a abrir tiendas propias en algunos mercados, entre ellos el español.
Huawei es ya toda una veterana en España, y ya es el segundo fabricante. La empresa china cerró 2017 con unas ventas superiores a los dos millones de dispositivos y tiene como reto llegara los tres millones de unidades, según avanzó Tony Jin Yong, consejero delegado en España. La compañía no solo ensambla dispositivos sino que también mantiene una fuerte línea de negocio en telecomunicaciones, donde se ha erigido en uno de los principales fabricantes de equipos de red, luchando mano a mano con Ericsson y, en menor medida, con Nokia.
Invadiendo el Mobile World Congress
Otro de los síntomas que demuestran que la tecnología china vive un momento dulce es la presencia de marcas en las principales ferias mundiales. Y España cuenta con una de las más grandes del mundo. Durante el Mobile World Congress de 2017, hasta diez compañías tuvieron su stand para mostrar músculo en uno de los mejores escaparates del mundo. Huawei fue el líder en gasto y en tamaño de sus stands, y no fue la única. Acudieron otras como Oppo -mayor vendedor de móviles en China-, Huawei, Vernee, Gionee, Le Eco, Baidu o Tencent, que también repetirán en 2018.
Una de las grandes empresas que decidió no acudir fue Xiaomi, que tras su relativos malos resultados del 2016 prefirió resguardarse ante los ojos del mundo, aunque finalmente en España terminó cosechando unos datos más que correctos, hasta el punto de que tomó la decisión de abrir comercios físicos.
De hecho, en la edición de 2018 Xiaomi vuelve a la palestra y acudirán muchas de las anteriormente citadas. Acudirán cerca de 60 exhibidores de la China continental al MWC, sin contar con los de Hong Kong.
No todo son teléfonos y tablets
Pero el sector tecnológico no sólo es vender teléfonos y tablets. China va muy en serio en todos los segmentos. Y prepara una inversión milmillonaria. El Gobierno de China explicó que quiere ser la potencia mundial en este sector en 2049 y para ello empleará 150.000 millones de dólares (120.000 millones de euros) en inteligencia artificial y 250.000 millones de dólares (212.000 millones de euros) en la creación y promoción de start-ups.
¿Y cuáles son las empresas que también mueven la tecnología china? Alibaba es uno de los gigantes de la industria. La compañía extiende sus tentáculos en el retail, en la banca digital o en la inteligencia artificial. Una de las estrellas del MWC es el fabricante de drones DJI, un líder mundial indiscutido en el segmento de máquinas voladoras para consumo.
Baidu es otra de los pilares del castillo de hierro de la tecnología china. El ‘Google’ chino, además de ser el buscador de referencia, tiene vías de negocios en plataforma de televisión, diseño de coches inteligentes o búsqueda de archivos de audio o vídeo.
Mención aparte merece Tencent. Es la compañía más rica y más grande de China, y está entre las más grandes del mundo. La joya de la corona del conglomerado es el servicio de mensajería WeChat. Casi 1.000 millones de personas utilizan esta app. En sus inicios, era una plataforma de mensajería como WhatsApp, pero hoy es un todo en uno: entre sus funciones están enviar mensajes, hablar, pagar compras, pedir un taxi y obtener comida para llevar, entre otras muchas cosas.
Pero ahí no acaban sus funciones. Tencent también se ha introducido en el mundo de los videojuegos y mediante varios acuerdos ha desarrollado una plataforma de juegos online. Su política de expansión le ha servido para que sus ganancias se sitúen en los 1.600 millones de dólares (1.200 millones de euros) y el valor de la empresa está cerca de los 249.000 millones de dólares (200.000 millones de euros). Esto le ha servido para que Google, en su intento de penetrar en el mercado chino sin romper las leyes, haya firmado un acuerdo de expansión.
Falta recorrido
No obstante, según Kantar, a las compañías tecnológicas chinas les falta un largo recorrido por cumplir para poder estar en la cima.
En primer lugar, la consultora cree que “la relevancia de la marca, sigue siendo la barrera número uno que las marcas necesitan superar cuando se globalizan. Muchas empresas chinas de electrodomésticos y electrónica de hogar irrumpieron en la gama baja y poco a poco han ido ascendiendo en la cadena de valor”.
Por otra parte, también necesita reforzar la percepción de confianza. “Hay, por supuesto, marcas chinas que tienen una excelente reputación por producir productos de calidad. Eso no quiere decir que muchas otras marcas chinas sean de menor calidad, lo que lleva a estereotipos negativos de los productos chinos”, indican desde Kantar. Por último, creen que hay falta de inversión en la marca.
Afortunadamente para las marcas chinas esto está cambiando gradualmente. Más compañías están aprendiendo de las marcas exitosas de China -sobre todo las que aparecen en la tabla Top 50 Brand Power-. Las empresas con aspiraciones de globalizarse se están dando cuenta ahora de que el esfuerzo es uno de los factores clave del éxito.