La plataforma de reproducción de música en línea ha protagonizado un turbulento estreno debido a este método, poco frecuente entre las compañías que deciden dar el salto a Bolsa. En los primeros cruces se han llegado a ver alzas hasta el entorno de los 170 dólares, en los cruces más bajos se han tocado los 160 dólares por título.

El consejero delegado de Spotify, Daniel Ek, advirtió este mismo lunes de que el estreno sería accidentado: ¿No tengo duda de que habrá altibajos¿. Esta frase la señaló en una carta a empleados y seguidores de la compañía, mientras las acciones de la firma se intercambiaban en las inmediaciones de los 132 dólares, cota que habría dejado la capitalización en unos 23.000 millones de dólares. Si se toma como referencia esta cota, que la Bolsa de Nueva York (NYSE) ha tomado como referencia para la subasta previa a la fijación real del primer precio, se habría producido un ascenso superior al 20%, según explican los portales especializados The Wall Street Journal y MarketWatch.

La ahora cotizada de origen sueco ya advertía de la posibilidad de caídas en su folleto de salida a Bolsa. Debido a la modalidad de listado directo, sin haber hecho sondeo alguno de demanda o precios, señalaba que los inversores interesados no podrían contar con ¿las mismas garantías que una oferta pública inicial de suscripción (OPS)¿, con lo ¿el precio público de las acciones ordinarias puede ser volátil y disminuir significativamente al momento de cotizar¿.

En España, el ejemplo más próximo de un debut similar es el de Dia, cuyas acciones cerraron con una caída del 8,57% su primera sesión en la Bolsa de Madrid. Los títulos de la cadena de distribución minorista fueron entregados como dividendo en especie a los inversores de Carrefour, casa francesa entonces matriz del grupo, y puestos a cotizar directamente.

El bróker Citadel Securities actúa como cuidador del debut de Spotify, mientras que Morgan Stanley ha actuado como asesor principal de la operación.