"La reorganización se llevaría a cabo para dar salida a algunos accionistas miembros de la familia, que desean emprender nuevos proyectos personales y profesionales", dijo en un comunicado, confirmando una información adelantada por La Vanguardia.

El consejo de Codorníu rechazó la semana pasada una oferta de Carlyle, porque el fondo estadounidense proponía comprar una participación mayoritaria del fabricante de cavas, dijo una portavoz.

No fue posible obtener comentarios Carlyle de manera inmediata.

La portavoz no pudo confirmar cuántos de los accionistas deseaban vender su participación ni qué porcentaje del capital representan.

Cordorníu, con una facturación de 236 millones de euros en 2016-17, es el segundo caso de renombre en el sector del cava que busca un inversor externo, después de que el mes pasado el grupo Freixenet vendiera el 50,7 por ciento de sus acciones a la alemana Henkell.

El grupo, cuyas raíces datan de 1551 aunque como empresa moderna fue fundada en 1914, espera cerrar en junio el ejercicio 2017-2018 con un ebitda de unos 30 millones y un beneficio operativo de unos 11 millones de euros, tras acabar el año anterior con pérdidas después de ejecutar un ERE para reestructurar su negocio.

Codorníu ha introducido cambios hacia la profesionalización del negocio, como la incorporación de un nuevo director general y un consejo asesor orientado al negocio y la estrategia, ajenos a la familia Raventós. El grupo Unideco, el holding de la familia Raventós, cuenta con 10 bodegas de cava y vino, cinco de ellas en Cataluña. Las otras están en La Rioja, Valladolid, Huesca, California (Estados Unidos) y Mendoza (Argentina).