Colorín colorado, este cuento se ha acabado. Y parece que con final feliz (para la compañía de telecomunicaciones). AT&T ha logrado por fin cerrar la compra de Time Warner por un precio de 85.000 millones de dólares después de que la Justicia de Estados Unidos haya dado el visto bueno a la operación.
Hace ya dos años y medio que AT&T anunciaba la compra de Time Warner, pero la dura oposición de Donald Trump hizo que no se produjese. El presidente de Estados Unidos prometió bloquear la operación. "Es un ejemplo de la estructura de poder contra la que estoy peleando. AT&T compra Time Warner y, de tal modo, la CNN. Es un acuerdo que no aprobaremos porque es demasiada concentración de poder en las manos de unos pocos”, explicó. Y lo consiguió... hasta ahora.
Su razón principal baza para frenar la operción era que consideraba que dañaría la competencia y esto provocaría una subida de precios para los consumidores. Mientras, AT&T argumentaba que la adquisición de Time Warner era de vital importancia para asegurarse su futuro ya que habían aparecido nuevos agentes que desafíaban su liderazgo como Netflix o Amazon.
El juez encargado del conflicto hizo público que daba luz verde a la operación que tanta controversia había generado. Y las reacciones no se hicieron esperar. Donald Trump, a través de su Departamento Justicia puso su grito en el cielo y dijo "sentirse decepcionado" tras el fallo que permitía la compra.
Una vez que los estamentos judiciales permitían que el gigante de telecomunicaciones adquiriera Time Warner, El primer ejecutivo de AT&T, Randall Stephenson, dijo en un comunicado que la operación combina "los contenidos y el talento creativo de primer nivel de Warner Bros., HBO y Turner" con el "punto fuerte" de su compañía: "la distribución directa al consumidor".
Una última oportunidad para Trump
Pero no todo está perdido para el presidente de Estados Unidos. El departamento liderado por Jeff Sessions tiene 60 días para apelar la decisión judicial.
En su defensa, volverá a alegar que la fusión entre las dos gigantes "generará un aumento del precio de los servicios que prestan y potencialmente bloquear a los creadores de contenidos para que los distribuyan sin pagar costos adicionales", según dijo el propio Sessions esta madrugada española.