Aunque MásMóvil dice estar satisfecha con el cumplimiento de sus resultados y el crecimiento de sus ingresos, lo que tampoco dejan de crecer son sus obligaciones con los bancos. La deuda neta de la compañía se situaba, al cierre del primer semestre, en 788 millones, casi un 52% más que al cierre de su ejercicio fiscal 2017.
Cierto es que buena parte de la deuda se debe a la deuda convertible de Providence y ACS, que asciende a 123 y 146 millones, respectivamente. Pero ésta apenas ha crecido. El mayor endeudamiento es la deuda senior, tras la refinanciación de su crédito senior el pasado junio.
Esta cantidad ascendió a 831 millones, si bien con el nuevo préstamo se redujeron los costes de financiación, se elevó el importe de financiación destinado a inversión en infraestructuras (100 millones), se flexibilizaron ciertas condiciones de la financiación y se extendió la duración media de la deuda. Esta operación de financiación estuvo asegurada y coordinada por Banco Santander, BNP Paribas y Société Générale, con la participación de 21 entidades, 13 de ellas internacionales y 8 nacionales.
Beneficio neto
Los ingresos de la compañía se elevaron un 11%, hasta 676,5 millones; los costes derivados de las ventas se elevaron un 3%, hasta 477,1 millones y la compañía pasó a beneficio neto en el periodo, de unas pérdidas de 151,3 millones en el primer semestre del año pasado a un beneficio de 38,3 millones.
En sus resultados, MásMóvil puso mucho énfasis en que ha pagado mucho menos por megahercio para conseguir los 80 que tiene en la banda de 3,4-3,8 GHz. Concretamente, ha pagado 0,6 euros MHz frente a los 2,2 euros de la media de la subasta. Dicho esto, la compañía no tiene espectro disponible a partir del año 2030 y, teniendo en cuenta que ninguno de los tres grandes operadores ha alcanzado el límite de los 120 MHz, es difícil que cuando toque renovar vaya a conseguir la misma posición que tiene ahora sin aflojarse el bolsillo.
Aunque lo cierto es que ninguno de los analistas consultados cree que MásMóvil vaya a seguir siendo una compañía independiente de aquí a 2030. Por lo que pensar a largo plazo no tiene por qué ser igual de importante para la compañía que dirige Meinrad Spenger, que hasta ahora ha ido saliendo adelante de pelotazo en pelotazo.
Crecimiento en fibra
Dicho esto, sería injusto no reconocer que la compañía sigue poniéndose bonita para quien venga a llevársela. Ya tiene acceso a 12,9 millones de unidades inmobiliarias en fibra y una cobertura de fibra propia de 4,5 millones. Algo menos de la mitad que Vodafone.
También ha ido creciendo bien en número de líneas de banda ancha, hasta 756.000 contratadas, de las que ya casi un 60% son de fibra. Han ralentizado el crecimiento en los últimos tres meses, con 110.000 nuevas líneas frente a las 143.000 del primer trimestre del año. Y en la segunda mitad del ejercicio se enfrentará a la nueva marca O2 de Telefónica, que compite en el mismo perfil de clientes que no están interesados en TV con el operador.
En móvil también han frenado un poco, con 205.000 nuevas líneas, hasta 4,36 millones de clientes de contrato y 1,34 millones de prepago.