La de Muebles Lufe es la historia de cómo una comparación llamativa, sumada al interés de los medios de comunicación y el gran 'altavoz' de las redes sociales puede alterar el destino de una empresa familiar. Hace ya un año, y bajo el eslogan 'el Ikea vasco', esta pequeña firma se convirtió en un auténtico fenómeno mediático y su vida cambió para siempre.
Situada en Azpeitia (Guipúzcoa), Lufe presenta un modelo de negocio -a menor escala- muy similar al de la multinacional sueca: fabricación y venta online de muebles baratos listos para montar. Su descubrimiento en los medios y redes tuvo un impacto inmediato: en pocas semanas, pasaron de recibir 2.000 visitas diarias a su página web a casi 200.000 y de 20 pedidos a más de 160.
El fundador de Lufe, Enrique Arrillaga, reconoce que esta situación les superó y que estuvieron al borde del colapso. "Al principio fue una alegría del copón y lo asumimos a base de mucho trabajo", recuerda, "pero los medios seguían hablando de nosotros y los pedidos seguían llegando a ese ritmo, de manera que, pronto nos encontramos con que no dábamos abasto".
Subsistir a la fama
La reacción de Arrillaga fue tan honesta como efectiva. Ante la tesitura de no poder enviar los pedidos en el tiempo establecido de 24/48 horas, el dirigente apostó por la total transparencia: "avisábamos a los clientes de que no íbamos a poder cumplir los plazos y les ofrecíamos la devolución del dinero".
Su primera decisión a este respecto fue ampliar el plazo de entrega a treinta días, y, aunque trabajaban sábados y domingos sin descanso, tuvo que declarar el mes de agosto inhábil para recibir pedidos y tratar así de ponerse al día. Por otro lado, redujo las referencias de sus productos de las 240 hasta las 60/70 que podían asumir sin retrasarse en los envíos.
Pese a la urgencia y a las necesidades a las que se enfrentaba, el fundador de Lufe fue capaz de mantener la prudencia tanto en lo referente a sus empleados como al dinero. "Tenemos unos valores muy concretos que no se pueden enseñar de la noche a la mañana", asegura Arrillaga, y por ello reconoce que la ampliación de la plantilla fue más lenta de lo que le habría gustado.
La recompensa
No obstante, el personal de Lufe se ha incrementado desde los ocho hasta los 21 trabajadores en apenas un año, y todo ese crecimiento ha sido autofinanciado mediante el cobro de los pedidos, por lo que la compañía no soporta en la actualidad ninguna carga financiera.
Los resultados de Lufe demuestran que la aplicación de estas medidas conservadoras ha sido más que acertada: han pasado de facturar 200.000 euros en 2016, a superar los 2,5 millones en 2017 y esperan cerrar este año con más de 4 millones.
Además, en estos últimos doce meses han podido recuperar e incluso ampliar sus referencias (hoy cuentan con cerca de 350), reducir el plazo máximo de envío hasta los 15 días -aunque Arrillaga explica que el 80% de los pedidos llegan a casa del cliente antes de las 48 horas- y logran entregar unos 300 muebles diarios cuando hace un año se veían incapaces de hacer frente a la mitad.
Parecido con Ikea
"Es un honor que nos comparen con la multinacional sueca", confiesa el creador de Lufe. Y es que, como bien indica la propia compañía en su web se trata de una comparación tan exagerada como no exenta de argumentos, pues ambas empresas comparten su filosofía: diseñar y fabricar muebles bonitos y de gran calidad de un modo que les permita venderlos online a precios baratos.
En cualquier caso, el catálogo de Ikea es mucho más extenso, y para poder competir con ella Muebles Lufe cuenta con otros puntos fuertes: la calidad de la madera que usan, ecológica y procedente de bosques sostenibles, la cercanía en el trato, precios igual o más reducidos con menores gastos de envío y una política de devoluciones más ajustada y sin coste para el cliente.
En la lista Forbes
Podemos resumir el carácter de Enrique Arrillaga, y por extensión, de Muebles Lufe, en una de sus frases: "No te tienes que asustar ante el esfuerzo, ni ante lo que dicen los demás, sino vivir intensamente y creer en todo lo que haces".
El éxito de su compañía y pensamientos como éste han llevado al directivo a ser incluido en la Lista Forbes de las 100 mentes más creativas del mundo, junto a personajes de la talla de Rihanna, Tom Dixon o Andreu Buenafuente.
LUFE es, en realidad, un acrónimo de las palabras 'Local', 'Universal', 'Funcional' y 'Ecológico' que definen lo que Arrillaga considera un trabajo bien hecho. Sobre estos cuatro pilares, se asienta el 'Ikea vasco', que gracias a los medios de comunicación y la prudencia de su líder, ha experimentado -y sigue haciéndolo- un crecimiento espectacular y, al mismo tiempo, sostenible.
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