Airbnb se ha convertido en un quebradero de cabeza para los principales ayuntamientos de España y del mundo. Mientras los principales alcaldes intentan poner un campo de minas a su expansión, la plataforma de alojamiento va ganando terreno poco a poco, tanto en las calles como en los despachos.
Las dos caras visibles en el conflicto que vive la compañía con los consistorios, son las de Manuela Carmena y Ada Colau. Ambas han mantenido, por activa y por pasiva, su intención de cortar las alas a Airbnb, y de paso, regularlo. De hecho, tanto Madrid como Barcelona han lanzado medidas para frenar la invasión de pisos turísticos en las capitales.
Planes anti Airbnb
Ada Colau instó recientemente a Airbnb a que retire más de 3.000 viviendas de su plataforma al considerarlas ilegales, amén de las 2.000 viviendas que ya clausuró el consistorio. Desde enero de 2017, Colau se propuso poner fin con la aprobación del Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos para “garantizar la calidad de vida de los ciudadanos de Barcelona y se preserve el derecho de las personas a la vivienda, al descanso y a la intimidad, a la movilidad sostenible".
Por su parte, Madrid cuenta los días para empezar con su plan ‘anti Airbnb’. El consistorio tiene ya los permisos para eliminar el 95% de los pisos turísticos ilegales. Y lo hará con un radio de acción muy amplio. La nueva normativa permitirá eliminar las viviendas destinadas a este uso en un total de 53 kilómetros cuadrados. Esto significa que los pisos que se encuentren dentro de la almendra central (dentro de la M-30) serán examinados de cabo a rabo.
A pesar de los esfuerzos de los ayuntamientos para poner límites a la plataforma, Airbnb obtuvo un espaldarazo de la CNMC que recurrirá las condiciones que imponen los ayuntamientos para frenar la proliferación de estos pisos. El regulador cree que estas normas son contrarias a la competencia y ayudan a encarecer los alquileres turísticos perjudicando a sus usuarios.
Barcelona, saturada de pisos turísticos
Pero mientras las dos ciudades intentan resolver el mismo problema, ambas lo sufren de diferente manera. Madrid y Barcelona son las principales urbes que más pisos o habitaciones ofrecen en Airbnb en España.
Tal y como se puede extraer del portal Inside Airbnb (la plataforma no revela datos oficiales), tanto Madrid como Barcelona son dos de las capitales europeas que más ofertas tienen de este tipo de alojamiento, pero es la ciudad catalana la que sufre una difícil ecuación: tiene la mayor ratio de piso por cada mil habitantes.
Si hacemos cálculos, Barcelona es la segunda ciudad del mundo con mayor densidad de pisos por detrás de París. La urbe catalana, por tanto, desafía a toda una capital mundial del turismo.
La ciudad francesa tiene 60.000 pisos y una densidad poblacional de 2,2 millones de personas, lo que significa que una ratio superior de 27,7. Barcelona, que cuenta con alrededor de 1,7 millones de habitantes y unos 17.500 pisos lleva su ratio hasta 10,5 puntos. Ni tan siquiera la 'capital del mundo' -Nueva York- llega a las cifras de la población española. La ciudad estadounidense posee 47.000 pisos de Airbnb y 8,5 millones de habitantes, obteniendo una ratio de 5,2.
Por otra parte, en un reciente estudio de la CNMC, se extrae que Barcelona es la tercera ciudad con menor diferencia de precio entre dormir en un hotel o un piso turístico. El pago medio de estancia en la primera opción se sitúa en 142 euros frente a los 126 euros que se paga de media por la estancia en un Airbnb.
En el otro lado de la concentración de pisos por habitante se encuentra Madrid, que se sitúa por detrás de ciudades como Roma (8,9), Berlín (7,6) o Londres (6,8). La capital española, que tiene más de 17.000 ofertas colgadas en Airbnb, se queda en una ratio por debajo del 5,5.
Barcelona y el "calentón" de los alquileres
El fenómeno Airbnb ha sido acusado en innumerables ocasiones de haber alterado los precios de alquiler. España sigue sufriendo unos precios que llevan "calentándose" durante dos años y tanto Madrid como Barcelona son las dos grandes damnificadas.
En este sentido, el coste de alquilar una habitación en un piso compartido en España se ha encarecido un 7% en el último año, hasta situarse en 331 euros al mes de media, según un estudio publicado por Idealista. Y Barcelona es la ciudad que tiene el dudoso honor de tener las habitaciones más caras del país, situándose en los 429 euros mensuales de media.
A la capital catalana la siguen de cerca Madrid, con una media de 403 euros mensuales, Palma (402 euros) y San Sebastián (390 euros).
No obstante, la tendencia alcista de precios parece haberse relejado y durante el mes de junio el 13,2% de las viviendas en alquiler en Barcelona redujeron su precio, por un 10,4% de las de Palma y un 9,8% de las de Madrid, tal y como refleja un reciente estudio de Idealista.
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