Las criptomonedas y sus riesgos, en el punto de mira de la Unión Europea
El Ecofin debate endurecer el marco regulatorio para evitar casos de fraude, blanqueo o financiación del terrorismo.
7 septiembre, 2018 14:57¿Cuál es potencial de las criptomonedas para los servicios financieros avanzados? ¿Cómo combatir las actividades ilegales para las que también se utilizan como el blanqueo de dinero o la financiación del terrorismo? ¿Cómo se garantiza la protección de inversores y consumidores? ¿Plantean riesgos para la estabilidad financiera? ¿Cómo deben tributar? Son algunos de los interrogantes a los que se enfrentan los ministros de Economía de la UE en la reunión informal que celebran este viernes en Viena. Un encuentro en el que se ha debatido por primera vez si es necesario endurecer la regulación de los bitcoins y demás criptomonedas.
El valor de mercado de las criptomonedas se ha desplomado en los últimos meses. Tras alcanzar un pico de más de 800.000 millones de dólares en enero de 2018, cayó hasta los 200.000 millones en agosto. La cantidad de fondos captados mediante ofertas iniciales de monedas (ICOs, por sus siglas en inglés), que se usan para financiar proyectos empresariales innovadores, también se ha hundido al pasar de un máximo de 7.000 millones de dólares en marzo a 926 millones en julio, según recoge el informe elaborado por el centro de estudios Bruegel para el Ecofin, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
La cuota de mercado de las criptomonedas en las transacciones mundiales de pago sigue siendo minúscula. Diariamente, se producen alrededor de 284.000 transacciones con bitcoins en todo el mundo, frente a 330 millones de pagos minoristas sólo en la eurozona, de acuerdo con los datos del Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo, su alta volatilidad podría llegar a causar problemas de estabilidad financiera. No ahora, porque el mercado es todavía muy pequeño y está muy separado del sistema financiero tradicional. Pero los riesgos pueden aumentar en el futuro si los bancos invierten masivamente en este tipo de monedas virtuales.
Pese a todas estas prevenciones, el Ecofin reconoce que las criptomonedas y la tecnología de cadena de bloques (blockchain) en que se basan -un registro compartido por millones de ordenadores conectados donde se inscriben y archivan las transacciones sin necesidad de intermediarios, de forma que no pueden alterarse- proporcionan "oportunidades altamente innovadoras".
"La tecnología blockchain puede reducir significativamente los costes de transacción", afirma la presidencia austriaca en un informe preparado para los ministros que ha podido consultar este periódico. De hecho, el sector financiero ya la utiliza por ejemplo para transferencias de dinero u otro tipo de transacciones como los "contratos inteligentes". Por su parte, las ICOs empiezan a consolidarse como una "forma eficaz de captar capital". Estos avances tecnológicos "podrían contribuir a una mayor integración de los mercados de capitales en la UE".
Riesgos para los consumidores
El problema es que los diferentes reguladores y supervisores de la UE clasifican y tratan a las criptomonedas de forma diferente. Las Autoridades de Supervisión Europeas lanzaron en febrero un aviso conjunto sobre los riesgos de las monedas virtuales para los consumidores: elevada volatilidad y posibilidad de burbujas, falta de protección para los usuarios, ausencia de opciones de salida y de transparencia de precios, problemas operativos que pueden traducirse en pérdidas o información engañosa. Además, los bitcoins no sirven para objetivos como la inversión o la planificación de la jubilación.
El BCE ha dejado claro que no considera que las criptomonedas sean dinero. En cambio, la autoridad alemana de supervisión financiera sí las considera un medio privado de pago cubierto por la legislación alemana. A su vez, el supervisor francés sostiene que las monedas virtuales no están sujetas a la normativa sobre medios de pago y no pueden calificarse como instrumento financiero. Italia las ve como un medio de intercambio, mientras que las autoridades españolas apuntan que las criptomonedas no han sido registradas, autorizadas ni verificadas en España, por lo que ha optado por un enfoque caso por caso.
Para la presidencia austriaca, el principal riesgo es que las criptomonedas puedan usarse para blanqueo de dinero, financiación del terrorismo y evasión fiscal. La última revisión la directiva contra el blanqueo de dinero de la UE ya incluye a las monedas virtuales, pero Viena ve necesario evaluar si es necesario endurecer todavía más la legislación y mencionar específicamente las bitcoins y otros tipos de criptomonedas.
Al Ecofin le preocupa también la clasificación regulatoria y la falta de transparencia sobre la identidad o los planes de negocios de las empresas que recurren a las ofertas iniciales de monedas para financiarse. Como demuestran casos recientes de fraude, otro problema importante son los riesgos relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación. Además, las normas de la UE sobre protección de datos recogen el derecho de los usuarios a borrar y corregir sus datos, algo prácticamente imposible en un sistema basado en blockchain.
¿Se necesitan nuevas reglas en la UE?
"Finalmente, es necesario vigilar cuidadosamente los posibles riesgos para la estabilidad financiera. Dado que la tecnología subyacente no conoce fronteras, se necesita una coordinación internacional en las cuestiones regulatorias clave", insiste el informe de la presidencia austriaca.
De momento, la Comisión Europea ya se ha puesto manos a la obra. "Estamos trabajando junto con los supervisores para elaborar una cartografía regulatoria de los criptoactivos", ha anunciado este jueves el vicepresidente de Asuntos Económicos Valdis Dombrovskis. El objetivo es examinar "si las actuales reglas para el sector financiero son adecuadas para las criptomonedas o se necesitan nuevas iniciativas a nivel de la UE".
Bruselas espera tener listo su dictamen a finales de año. Al mismo tiempo, sostiene que en la regulación de los bitcoins es fundamental trabajar de forma conjunta con los principales socios internacionales de la UE, en particular dentro del G-20. "Las fronteras son casi irrelevantes cuando hablamos de tecnología", señala Dombrovskis.