Se acerca el invierno… y en el Ministerio de Transición Energética lo saben. La cartera que dirige Teresa Ribera trabaja para tener lista la reforma del bono social eléctrico y presentarla al Consejo de Ministros antes del 8 de octubre. Entre los objetivos, que cuando llegue el frío los consumidores vulnerables dispongan también de una ayuda para la calefacción.
En plena espiral alcista del precio de la luz, Ribera anunció la semana pasada un “plan de choque” para contener el precio de la energía que implicaba, entre otras medidas, la suspensión del impuesto a la generación eléctrica y la decisión de dar continuidad al bono social que entró en vigor hace casi un año, pero introduciendo “una serie de mejoras que incrementarán la protección y facilitarán el acceso” al mismo de los hogares.
La principal novedad es la introducción de una ayuda directa para los beneficiarios del bono social con el objetivo de “ayudarles a pagar el combustible que utilicen para calefacción, agua caliente sanitaria y cocina”, indican a este periódico fuentes del Ministerio. Es decir, esta ayuda, complementaria al descuento en la factura que corresponda según el bono social, será en metálico y tendrá en cuenta las características de la vivienda y el clima de la región donde vive el consumidor.
Con la decisión de “complementar el bono eléctrico con uno para calefacción de cara a este invierno se pretende ampliar la protección de las familias vulnerables, con una contribución directa para sufragar la calefacción”, afirmó Ribera en su comparecencia en el Congreso el pasado miércoles.
Otras modificaciones
Junto con el bono para calefacción, el Ministerio trabaja en varias líneas para modificar el texto del actual bono social. Una de los aspectos que se estudia es la posibilidad de flexibilizar la forma en que se computa el consumo para aplicar el descuento. El bono social, tal y como está configurado, marca un consumo anual límite que se divide en mensualidades y sobre el que se aplica el descuento. Así, el descuento de un 25% o de un 40%, según el consumidor sea considerado vulnerable o vulnerable severo, se aplica sobre el término de energía con unos límites sobre el consumo anual.
Por ejemplo, en el caso de una unidad familiar con dos menores, el límite de consumo anual sobre el que se aplicará el descuento es de 2.040 kWh. Este cupo de energía se divide entre los doce meses, por lo que un hogar ‘vulnerable’ tendrá un descuento del 25% sobre 170 kWh consumidos cada mes. Si consume menos, ese ‘cupo energético’ al que le corresponde descuento se pierde. Si consume más, lo paga sin descuento.
Desde el Ministerio comentan que están estudiando las vías para que ese “derecho de bono social sea desplazable a meses donde el consumidor sabe que va a utilizarlo”, para evitar que se pierda en los meses en que no se llega a ese consumo y se pague de más en los que se supera.
Otro de los aspectos que se están estudiando es la posibilidad de ampliar el techo de consumo, apuntan fuentes del Ministerio. Una de las razones para replantear este cálculo de consumo medio es que han detectado que el consumo de las familias en situación de vulnerabilidad es más elevado porque tanto la vivienda como sus electrodomésticos son de menor eficiencia energética.
Respecto a la financiación del bono social, el aspecto más conflictivo de la norma ya que pone la carga en las empresas eléctricas, fuentes del Ministerio apuntan que es algo que también se está reevaluando. El resultado de este análisis no se conocerá, sin embargo, hasta que Ribera presente la Estrategia Nacional de Lucha Contra la Pobreza Energética en el próximo semestre, una hoja de ruta con la que se buscará dar “solución sólida y de medio o largo plazo” a aspectos como este.
Recta final para renovar el bono social
El próximo 8 de octubre cumple el plazo para que los consumidores acogidos al bono social se actualicen al que entró en vigor hace un año (la segunda generación). Según las cifras de Competencia, actualmente hay 2,4 millones de hogares acogidos al bono social y 712.000 hogares ya han tramitado con éxito su renovación.
Si no se solicita la renovación antes del 8 de octubre, el ciudadano perderá el descuento hasta que vuelva a solicitarlo. Para evitar que un elevado número de hogares pierdan el descuento y tengan que volver a tramitarlo, la cartera de Ribera activó hace una semana una campaña de medios que explica los descuentos a los que se puede acceder si se cumplen los requisitos (que explicamos aquí). El Ministerio espera cerrar la campaña de renovación con 1,4 millones de hogares sujetos a este bono social.
Desde la asociación de consumidores Facua han dado un tirón de orejas al Ministerio este lunes por considerar que la campaña de información es “engañosa”.
“El bono social no supone un descuento del 25% o el 40% en la factura de la luz (...) se afirma que el descuento afecta a la totalidad de la factura cuando en realidad solo se bonifican los primeros kilovatios hora consumidos cada mes”, apunta la asociación recordando que el descuento se aplica sobre el término de energía con un límite anual prorrateado por mes.
La campaña, que puede verse actualmente en televisión y en distintos medios de comunicación, la preparó el anterior Ministerio, aclaran desde Transición Energética. Estaba lista para ser lanzada en junio, pero la moción de censura a Mariano Rajoy se llevó todo por delante y quedó en un cajón. Ribera tenía dos opciones: o encargaba una nueva o se lanzaba con lo que había para no perder más tiempo y recursos, argumentan fuentes del Ministerio reconociendo que tiene sus carencias, pero que también hay que tener en cuenta las limitaciones en tiempo y mensaje.
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