El Banco Santander ha sorprendido al mercado con la renovación de sus principales ejecutivos. Un cambio que supone el ascenso a vicepresidente de José Antonio Álvarez, mano derecha de Ana Botín y hasta ahora consejero delegado; pero también la llegada de Andrea Orcel, el banquero de inversión de confianza de Emilio Botín, que ocupará el puesto de CEO.
La llegada de Orcel ha sorprendido a propios y extraños por su procedencia, ajeno a la estructura interna del Santander. Hasta ahora ocupaba el cargo de número dos de UBS, aunque ha trabajado en innumerables ocasiones con el Santander -y la familia Botín- en varias operaciones importantes para el banco como la compra de ABN Amro o el Sovereign Bank.
En el mercado las primeras sensaciones al relevo de Álvarez y el aterrizaje de Orcel han sido positivas, y se considera que Ana Botín envía varios mensajes de cara a los inversores internacionales y al sector financiero. ¿Cuáles son?
Santander ya no es un banco español, es global
Andrea Orcel es “un ejecutivo de primera división”, explican fuentes del mercado, cuya visión es la de una banca internacional. No hay que olvidar que su origen está en grandes bancos como UBS, Merrill Lynch, Bank of América y JP Morgan. Su llegada supone abandonar la figura de consejero delegado español, y se da por hecho que hará un equipo a su imagen y semejanza con carácter global, dando una nueva dimensión al día a día del grupo.
No hay que olvidar que España ya no es el core del negocio. El 51% de su beneficio en el primer semestre vino de América, con Brasil, México y Estados Unidos como punta de lanza. En Europa sí es España la unidad que mayor aportación hizo a los resultados (24,9%) del total, pero seguida muy de cerca por el Reino Unido y la filial de consumo, Santander Consumer Finance.
Apuesta por los mercados locales con una estrategia global
Una de las grandes preocupaciones que puede suscitar Orcel es su falta de experiencia en banca retail. Su conocimiento de negocio está, sobre todo, en la banca de inversión -algo que se podría potenciar a partir de ahora a través de Santander Private Bank-. Pero también es cierto, explica Juan Fernando Robles, experto en banca del IE, que la estructura del Santander permite tener un ejecutivo de este perfil.
“El día a día lo llevan los consejeros delegados que cada unidad tiene a nivel local”, relata. Muestra de ello es que José Antonio Álvarez, hasta ahora máximo ejecutivo, pasará a la vicepresidencia y asumirá la presidencia ejecutiva de Santander España. Es decir, será él quien diseñe la estrategia a seguir en nuestro país, una situación que se reproducirá en el resto de mercados. Eso sí, “Orcel pondrá su toque personal para armonizar toda la estrategia”, sentencia Robles.
Apertura a nuevas adquisiciones
La fórmula de crecimiento del Banco Santander durante los últimos años han sido las adquisiciones, una estrategia en la que Orcel ha participado activamente desde los tiempos de Emilio Botín. Como hemos señalado participó en la compra de ABN Amro, del Abbey National o del Sovereign Bank.
Orcel, por tanto, ha sido uno de los artífices (desde el exterior) de la estructura actual de la entidad que lidera Ana Botín. Además, el perfil de banquero de inversión, siendo número dos de UBS, le permite tener grandes conexiones a nivel internacional con las que otear oportunidades de negocio que se puedan aprovechar. Eso sí, Robles advierte de que no serán operaciones donde Santander pueda quedar por debajo de otra marca “porque no está en su ADN”.
La búsqueda de la rentabilidad
Es cierto que la multiplicidad de mercados del Santander le permiten tener un balance saneado y sortear los distintos ciclos económicos. El objetivo del banco es cerrar con un retorno sobre capital tangible (ROTE) del 11,5% (actualmente en el 12,2%), pero también es cierto que el retorno sobre capital (ROE) es del 8,2% (alejado del 10% que recomienda el reglador). Es decir, es un punto de mejora por parte de Orcel en el que el banquero tendrá que ponerse a trabajar a partir de ahora.
Además, antes de terminar el año y presentar el nuevo plan estratégico a primeros de 2019, el banco tendrá que cumplir con otro compromiso lanzado al mercado: alcanzar un ratio de capital CET 1 ‘fully loaded’ del 11% y que, actualmente, se sitúa en el 10,8%.
Precisamente, tras su marcha de UBS el banco emitió una nota en la que el consejero delegado, Sergio Emotti, señalaba que “Orcel ha ejecutado con éxito la implementación de un modelo de negocio con bajo consumo de capital, alcanzando beneficios brutos y rentabilidad entre los mejores del sector. Estos hitos fueron logrados con una disciplina infatigable en costes y recursos, a la vez que manteniendo la inversión en el futuro”.
Apuesta por la digitalización
Es el gran reto que tendrá por delante el nuevo consejero delegado del Santander. Digitalizar una entidad con presencia en 10 países y con 140 millones de clientes. La propia Ana Botín reconocía este miércoles que “tenemos muy clara nuestra estrategia, que pasa por seguir siendo un banco comercial y, al mismo tiempo, una plataforma tecnológica única, global, abierta y responsable”. Algo en lo que Orcel “ayudará”, en palabras de la presidenta.
Esas características las intentará conseguir gracias a Openbank, su filial digital que funciona como una especie de ‘banco de pruebas’ para adaptar luego los productos a la matriz. Será, por tanto, “una estrategia digital más avanzada” de lo que hasta ahora se ha hecho público desde el banco, porque los desarrollos están ya listos para ponerse en marcha.
Guiño a los inversores
La evolución de los tipos, la presión sobre los márgenes, y la necesidad de lograr la ansiada rentabilidad está haciendo que la banca no pase por sus mejores momentos en Bolsa. Desde principios de año el Santander se ha dejado un 20% de su cotización en el mercado en el último año.
Este cambio de rumbo podría ser bien visto por el mercado, especialmente por los inversores internacionales y los fondos, no hay que olvidar que Blackrock es el principal titular de acciones de la entidad con un 5,7% del capital social -según datos de la CNMV-.