Sin prisa, pero sin pausa. El barril de Brent rasca cada día unos centavos y se sitúa ya en máximos no vistos desde finales de 2014, para beneficio de unos y preocupación de otros. Sólo en las dos últimas semanas, el petróleo se ha encarecido 4,5 dólares por barril, hasta los 82,4 del pasado viernes. En un año, el precio ha escalado un 42%.
Aunque no todos creen que este año supere los 100 dólares por barril, la expectativa de los analistas es que siga al alza después de que la OPEP decidiera no aumentar el suministro en su última reunión y a un mes de que entren en vigor las sanciones que Estados Unidos ha impuesto a Irán.
La situación complica a las aerolíneas, expuestas a esta alza de precios para comprar el carburante con el que transportar a sus pasajeros. Sólo la pasada semana, la matriz de Iberia y British Airways, IAG, se ha dejado en Bolsa un 4%, borrando de su capitalización más de 596 millones de euros. Pero no es el peor caso. Los títulos de la alemana Lufthansa han perdido un 9%, reduciendo en más de 1.000 millones el valor bursátil de la aerolínea.
Pero también hay ganadores. Las energéticas y las industriales con negocios ligados al petróleo han sacado cuentas alegres. Entre las petroleras, las acciones de Repsol están en el foco desde que, hace unas semanas, su histórico socio Caixabank decidiera vender su participación directamente en el mercado.
En la última semana, los títulos de Repsol han avanzado más de un 4%, hasta los 17,2 euros en que cerró este viernes. Desde enero, la acción de la petrolera ha ganado un 14,7%, sumando más de 3.440 millones a su capitalización.
El petróleo sonríe a Caixabank
Caixabank, que tiene un 9,3% en el capital de la petrolera, va a realizar la venta de acuerdo a un programa: tiene dos contratos de permuta de renta variable existentes sobre 30.547.921 acciones (1,91%) y 43.074.196 acciones (2,70%), con precios cerrados a 15,39 euros y 15,55 euros, respectivamente.
La venta de este 4,61% se hará antes de que acabe el mes, mientras que el 4,75% restante (75.789.715 acciones) se liquidará en el mercado antes de que finalice el primer trimestre de 2019. Sólo en la última semana, el valor de ese cupo de acciones vale 23,5 millones más.
Después de las caídas de hace dos semanas, cuando Caixabank anunció su marcha, los títulos de Repsol han recuperado terreno y, según los analistas, está en posición de consolidar el valor y superar sus máximos históricos (17,51 euros), apunta Bankinter. De hecho, el revuelo de los últimos días no ha hecho temblar la opinión de ninguno de los analistas y nadie ha tocado su recomendación, marcando un precio objetivo de 18,8 euros.
"Con el precio del petróleo más alto y beneficiando a su negocio de exploración y producción y una perspectiva relativamente atractiva para los márgenes de refino en Europa, el entorno parece extremadamente positivo para Repsol", subrayan los analistas de Berenberg.
Con este pronóstico sobre la mesa, la salida de Criteria -matriz de Caixabank-, de su viejo amigo podría ser menos doloroso. El adiós a la petrolera hará que la entidad se anote pérdidas contables extraordinarias de 450 millones, que se contabilizarán en los resultados del tercer trimestre de este año. Mientras el petróleo caliente el precio de Repsol, la entidad podría ingresar un extra por la venta de su participación.