La historia de amor entre Murcia y el submarino va camino de convertirse en una de las más longevas de la industria naval. Así como Detroit siempre va a ser reconocida como la cuna de la industria automovilística estadounidense, la región española va a tener que ser reconocida como La Meca de los vehículos sumergibles. Y, siguiendo con el símil, si el murciano (nacido en Cartagena) Isaac Peral es al submarino lo que Henry Ford al automóvil, su paisano Manuel Torres parece decidido a ser el Elon Musk de los sumergibles.
Esta semana MTorres, empresa navarra fundada por Manuel Torres, ha anunciado su voluntad de crear un submarino basado en fibra de carbono. Este material que durante los últimos años ha revolucionado, entre otros sectores, la construcción de la nueva generación de aviones comerciales tanto de Boeing como de Airbus, permitirá que los nuevos submarinos sean más ligeros, más rápidos y necesiten menos energía para moverse. Además, en lo que concierne a la fabricación, la utilización de fibra de carbono simplificaría sobremanera su proceso de construcción y lo abarataría.
Según los primeros datos presentados por Torres durante las Jornadas Nacionales de Comunicación y Defensa, celebradas en la Escuela de Infantería Marina de Cartagena, su sumergible pesaría un quinto de lo que pesan los modelos actuales de las mismas características. La simplificación de su diseño permitiría aumentar significativamente las capacidades de carga del sumergible lo que, entre otras cosas, abriría la puerta a instalar baterías de mayor rango.
Los submarinos resultantes serían más rápidos y tendrían más autonomía por lo que Torres ha denominado su creación “submarinos caza” como analogía al salto que los cazas de combate supusieron en la industria militar aeronáutica. Según sus proyecciones, esta nueva generación de submarinos tendría capacidad para sumergirse a miles de metros y serían muchos más ágiles que los modelos actuales.
Próximo objetivo, Navantia
A mediados del mes de noviembre, Torres quiere presentar este modelo a los responsables de Navantia. El directivo confía en que los responsables de I+D de la compañía de defensa española valoren la oportunidad de llevar la fibra de carbono a sus modelos actuales. Del mismo modo, Torres quiere presentar su concepto al Ministerio de Defensa.
Unos pasos naturales para su plan pero que no lo limitan. Torres va a dar dos meses a los responsables españoles para que decidan si comienzan a colaborar en este proyecto. En el caso de que la respuesta sea negativa, su intención es pasar el turno a la industria norteamericana de Defensa donde su empresa ya cuenta con una posición muy sólida. Entre otros proyectos los aviones F-35 emplean en su construcción maquinaria de la compañía española. En el caso de los submarinos de fibra de carbono, al igual que en otros proyectos de MTorres, la intención de Torres es suministrar la maquinaria para su fabricación a los constructores finales de los modelos.
Del papel al submarino pasando por los aviones
El proyecto del submarino no es sino un nuevo paso de lo que Manuel Torres denomina estrategia “ping-pong”: aquella por la cual los avances conseguidos en una industria pueden adaptarse y generar beneficio en otra. Una visión estratégica que, sin duda, ha marcado la evolución de los negocios de Torres.
En base a esta filosofía, el empresario ha construido MTorres, un grupo industrial que cuenta con 800 trabajadores repartidos por las plantas de España, Italia, Alemania y Estados Unidos. Una compañía donde la innovación ocupa un lugar central como demuestra la inversión del 10% de sus ingresos en I+D.
El comienzo de la carrera de este veterano empresario, nacido en Murcia en 1938, está profundamente ligado a la industria del papel. Durante sus años trabajando como técnico de mantenimiento en la fábrica de Papelera Navarra en Sangüesa dedicó los ahorros destinados a comprarse su primer piso a un proyecto de innovación para la empresa que trabajaba. Pese a este esfuerzo, Torres no llegó a convencer a los responsables de la compañía. Ante esta situación, lejos de tirar la toalla, decidió lanzar su propio proyecto.
Así en 1975 nace Mtorres. Los inicios de la compañía se centran en la industria papelera. Torres aplica lo aprendido en sus años trabajando en mantenimiento para lanzar su propia maquinaria que muy rápidamente consigue impactar en la industria. En 1977 sus diseños se convierten en estándar de la industria y consigue 600 clientes en más de 70 países.
Salto a la industria aeronáutica
Tras una década centrada en el papel, MTorres realiza su primera iteración en 1986. La compañía da el salto a la industria aeronáutica. Rápidamente consigue contratos de maquinaria con empresas de primer nivel dentro de este sector como son la española Casa o la británica British Aerospace. Con los años se van sumando clientes como EADS, Airbus o Boeing.
Con la llegada de los 90, MTorres se consolida como un grupo industrial que va potenciando sus capacidades en materia de innovación. Tras el papel y las aeronaves, MTorres da el salto a la industria de la energía eólica. Un sector en el que entra con el desarrollo de generadores eólicos y de palas de fibra de carbono.
La adopción de este material por parte de multitud de industrias hace que en el año 2000 MTorres refuerce su apuesta por Estados Unidos con la creación de MTorres USA, Inc. La apertura de su oficina comercial es el país y el avance del negocio de la compañía culmina con la compra en 2012 de la empresa de ingeniería, Pacifica Engineering, ubicada en Seattle. Desde ese momento su presencia se ha ido consolidando y permitiendo nuevas aperturas.
En los inicios del 2000 la actividad eólica de MTorres avanza con la creación de parques eólicos experimentales donde la compañía puede poner en marcha sus últimos avances tanto en turbinas como en palas. A mediados de la pasada década la empresa también abre una sede en Alemania, MTorres Deutchland para ampliar la base de clientes en el país germano y Europa.
A la vanguardia en la industria papelera
El ritmo de la empresa no ha aminorado en la actual década. En 2010 comienza la actividad de automatización de palas para el sector eólico. Además de su expansión norteamericana MTorres abre una compañía en Brasil para ampliar su mercado en toda la región sudamericana. Del mismo modo, la actividad del negocio original, el papel, no para. En los últimos años ha ganado presencia en el mercado de la conversión de tisu.
Los últimos pasos de la empresa han servido para reforzar su presencia en Estados Unidos. En 2017 el desarrollo de la compañía lleva a abrir una nueva sede donde ya trabajan 120 profesionales y cuyo futuro está centrado en el sector aeroespacial.
Ahora a sus 80 años y tras más de 43 años al frente de MTorres, lejos de pensar en su retiro, este inventor quiere revolucionar los submarinos del futuro. La duda ya no es si lo conseguirá. La duda es saber cuál será el siguiente sector que conseguirá cambiar después de los submarinos.