Caixabank acelerará su transformación digital para alcanzar una rentabilidad del 12% en 2021
- El nuevo plan estratégico de Caixabank prevé una mejora del margen de intereses hasta los 5.600 millones de euros.
- La hoja de ruta apuesta por las oficinas 'store', mantener las oficinas de Agrobank y una reducción en el número de sucursales tradicionales. Eso conllevará una reducción de personal.
- Caixabank pondrá rumbo a 2021 con el crecimiento orgánico como punta de lanza
Caixabank ya ha fijado sus metas de cara al 2021. Un período en el que espera alcanzar una rentabilidad del 12%, frente al 10% que tiene en estos momentos. Para lograrlo confía en una mejora del entorno macroeconómico (gracias a un aumento de los tipos de interés), pero también en la transformación digital que está llevando a cabo.
Para alcanzar esa meta será esencial el incremento de los recursos de clientes gestionados, que pasarán de los 364.000 millones actuales a cerca de 410.000 millones de euros. De ellos, el 43% tendrá que provenir del ahorro a largo plazo y de la venta de seguros. Se da así la vuelta a la composición de los recursos y se reduce la dependencia de los depósitos.
Desde la entidad catalana se confía también en que el margen de intereses aumente cerca de un 5% hasta los 5.600 millones de euros. Un alza que llegará por una fuerte disciplina de precios, un incremento de los tipos de interés y una repreciación del euribor que hará más rentables las hipotecas (que pesarán menos en el futuro en el balance del banco).
La idea de Caixabank, según refleja el plan, es que el segmento hipotecario no se centre tanto en el volumen concedido, como en la calidad que tengan los activos financiados. De este modo, el 33% del negocio debería ser generado por este producto, frente al 36% actual.
Se prevé, además, que la nueva generación de crédito hipotecario ponga fin de forma definitiva a la caída que se ha vivido hasta el momento en el saldo vivo de hipotecas de la entidad.
La morosidad
Las comisiones netas deberían alcanzar los 2.900 millones de euros frente a los 2.600 millones de euros actuales, gracias en parte a ese cambio en el mix de los recursos de clientes bajo gestión.
El objetivo de Caixabank es seguir reduciendo la morosidad, que debe pasar del 5,1% actual hasta el 3% en 2021, mientras que los activos dudosos se deben reducir hasta el 7%, según figura en el plan estratégico enviado al regulador y que presenta este martes en Londres.
El beneficio operativo debería crecer en el entorno de un 7% gracias, por un lado, a una mejora de los ingresos core cercana al al 5% y un aumento de gastos moderado del 3%. Es decir, aproximadamente unos 9.500 millones frente a unos 5.900 millones de euros. Esto hará que Caixabank tenga una ratio de eficiencia que se situará en el entorno del 55%, es decir, algo más de un punto mejor de lo que tiene en este momento.
El modelo de distribución
La mejora en la eficiencia vendrá de la mano de la apuesta digital de la entidad. Eso supondrá también una transformación en el modelo actual de sucursales. Se refuerza la apuesta por las oficinas store, que otorgan una mejora en la productividad de los empleados, así como una disminución de las operaciones en caja. Al final del plan estratégico deben estar en el entorno de las 600 oficinas.
Se mantendrá una apuesta decidida por Agrobank, pero también por el modelo Intouch, en el que se atiende de forma digital a los clientes. Al final del período habrá más de 2,6 millones de personas atendidas por este sistema, lo que reducirá su presencia en las sucursales tradicionales.
Esta transformación del modelo de distribución conllevará el cierre de numerosas agencias, con una reasignación de tareas de los trabajadores; pero también hará necesaria una reestructuración de personal, tal y como se reconoce en el documento remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. De hecho, esa disminución de personas será necesaria para el mantenimiento más o menos estable de los gastos de la entidad de cara a 2021.
En cuanto al capital regulatorio necesario, en términos de CET1 fully loaded se prevé alcanzar el 12% frente al 11,7%. Una generación de capital vía negocio que permitirá también un payout en efectivo que esté en el entorno del 50%, aunque de cara a 2019 la intención es que éste alcance el 60%, según ha comunicado la entidad.
BPI
El negocio de Caixabank se localiza en España, pero también en Portugal a través de BPI. Para la entidad, el presidente Jordi Gual y su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, han fijado unos planes en paralelo a los de la entidad.
La idea es que, de cara a 2021, haya una mejora del 5% en crédito a la clientela, y del 3% en los recursos de clientes. Eso debería conllevar a una mejora de los ingresos, que se verán apoyados por un mantenimiento de los costes y una nueva estrategia de distribución.
Las previsiones
Caixabank ha efectuado estas previsiones con un entorno macroeconómico conservador. La idea que tiene el banco es que el crecimiento del PIB en España y Portugal estará en una media del 2% de cara a los tres próximos años.
Esto hará que la tasa de paro en España se reduzca hasta el entorno del 10,5% y en Portugal hasta el 6,1% y una senda de consolidación fiscal que hará que en la economía lusa el déficit se torne en un ligero superávit al término del plan, mientras que en nuestro país se situará en unos pequeños números rojos del 1%.
Confía en una mejora de los tipos de interés, que será muy moderada. Prueba de ello es que estima que el Euribor a doce meses estará en el 0,7% cuando termine el período de tres años que recoge este plan.
Cambios en el comité de dirección
El organigrama de Caixabank sufrirá también cambios en el Comité de Dirección que se han anunciado junto al plan estratégico. Tomás Muniesa abandona sus funciones ejecutivas como director general de seguros y gestión de activos de Caixabank, así como el cargo de consejero delegado de VidaCaixa para centrarse en sus funciones de vicepresidente ejecutivo de Caixabank, VidaCaixa y SegurCaixa Adeslas.
Javier Valle se estrenará en el Comité de Dirección del banco y asumirá la dirección ejecutiva de seguros de la entidad, un puesto que compaginará con su actual cargo de director general de VidaCaixa. Además, Iñaki Badiola -director ejecutivo de corporate and internacional banking- pasará a formar parte del Comité de Dirección.
Badiola sustituirá a María Victoria Matía que abandona sus funciones en el puesto. Por último, Marisa Retamosa, hasta ahora directora corporativa de seguridad y gobierno de medios, ha sido nombrada directora ejecutiva de auditoría interna y miembro del Comité de Dirección.
Por otro lado, el hasta ahora máximo responsable de la territorial de Madrid, Juan Gandarias, dirigirá a partir de ahora una nueva dirección ejecutiva de personal finance, tendrá responsabilidad sobre Caixabank, Consumer Finance y Caixabank Payments.