Al Boeing 737 MAX 8 siguen acumulándosele malas noticias, pero cuanto más se investigue más posibilidades habrá de tranquilizar a los usuarios y a las autoridades de aviación después de los dos accidentes durante el despegue en menos de cinco meses. La última tiene que ver con los informes reportados por los pilotos de un vuelo, el pasado mes de noviembre en los que avisaron de que el piloto automático desvió el morro del aparato repentinamente. El mismo problema que se sospecha provocó el desplome del avión de Lion Air en Indonesia.
Los pilotos dijeron que poco después de poner el piloto automático en el avión, el morro se movió de forma abrupta. En ambos casos, se recuperaron deprisa tras desconectar el piloto automático.
A pesar de que la UE, China y Canadá han dejado en tierra estos aparatos, y que la prohibición afecta a más de 40 países, la Administración Federal de Aviación estadounidense todavía les permite volar.
Tanto American Airlines como Southwest operan el 737 MAX 8, mientras que United opera una versión ligeramente más grande, el MAX 9. Las tres defendieron este miércoles la seguridad de estos aparatos.
Informes de la Nasa
Los informes de los pilotos fueron recopilados en el Sistema de Reporte de Seguridad Aérea (ASRS) de la Nasa, de los que informó inicialmente Associated Press y que más tarde ha corroborado EL ESPAÑOL. Se trata de informes de seguridad voluntarios en los que no aparecen los nombres de los pilotos, las líneas aéreas o la localización de los incidentes.
La base de datos del ASRS es el mayor repositorio que existe de información confidencial ofrecida voluntariamente por los pilotos, controladores, mecánicos, tripulantes de cabina y otros.
En uno de ellos, un capitán de aerolínea afirmó que, justo después de poner el avión en piloto automático, el copiloto le advirtió de que estaban descendiendo. Tras recibir un aviso sonoro y desconectar el piloto automático, pudieron seguir volando.
El otro informe fue redactado por el copiloto, quien señaló que poco después de poner el piloto automático el avión empezó a descender a entre 365 y 450 metros por minuto. En este caso también recibieron un aviso de audio.
La información preliminar del accidente de Indonesia, en el que fallecieron 189 personas, apuntaba a un problema en la nueva tecnología contra las entradas en pérdida del aparato. El accidente de Etiopía se produjo también poco después del despegue tras un breve vuelo errático y provocó la muerte de las 157 personas que se encontraban a bordo.
Un tercer piloto, en su primer vuelo con este aparato, lamentaba el "pobre entrenamiento" recibido y la "aún más pobre documentación".