MásMóvil anunció este lunes un ambicioso plan de reestructuración de su deuda que pasa por la compra de la deuda convertible en manos del fondo Providence, una operación valorada en 1.773 millones y que se pagará con un préstamo de 1.450 millones de euros. Esto supone dos cosas: la primera es que MásMóvil eleva su deuda un 61% desde los 901 millones con la cerró el año 2018.
Y la segunda es el “pelotazo” que ha supuesto la operación para Providence. El fondo tenía en su poder un porcentaje de deuda convertible equivalente a 43,3 millones de acciones. El fondo compró estas acciones a un precio que al cierre de 2018 de valoraba en 131 millones de euros, pero que al convertirlo al precio actual de las acciones de MásMóvil, elevó su valor hasta los 883 millones de euros
Esto significa que, tras la entrada de Providence en MásMóvil hace dos años, el fondo ha multiplicado por siete su inversión inicial, un pelotazo de nada menos que 752 millones de euros. La operación a su vez tiene dos vertientes. Oficialmente, en MásMóvil indican que ha realizado la compra -pese a que ha disparado su deuda- porque creen que era el momento de adquirir el paquete latente de Providence antes de que se revalorizase aún más en bolsa.
Coste neto de 1.773 millones
En un año la operadora ha perdido un 20% de su valor en bolsa, desde los 24,60 euros hasta los 19 euros actuales, por lo que consideran que estamos ante un momento propicio para comprar deuda a precios de mercado, antes de que la acción retome una tendencia ascendente.
Por otro lado, MásMóvil se quita a Providence de en medio, antes del final de su pacto en 2024. Para los gestores de la operadora existía el riesgo latente de que el fondo hubiese ejecutado sus acciones para quedarse con el 24% de capital, convirtiéndose en un serio riesgo futuro para la gestión de la compañía.
Ejecutar esta operación que tendrá un coste neto de 1.773 millones que resultan de la suma de los 883 millones para pagar el convertible y los 890 millones para refinanciar la deuda que al cierre de 2018 era de 770 millones. Estamos hablando de casi duplicar la deuda, pese a que en la operadora indican que seguirán en niveles sostenibles, todavía por debajo de compañías del sector telco en Europa.
¿Freno al crecimiento?
Además del nuevo préstamo de 1.450 millones que lleva todo el pago hasta el año 2016 sin obligaciones de amortización anticipada, se ha puesto en marcha una suscripción de 200 millones y una ampliación de capital de 120 millones que asumirá el fondo Providence.
Con todo, las dudas de los analistas respecto de este plan tiene que ver con el esfuerzo inversor de MásMóvil y el freno que podría tener el aumento de su deuda. La compañía prevé registrar un ebitda ajustado de 450 millones de euros este 2019 y de 530 a 550 millones en 2020 -desde los 300 millones de 2018-, para lo que forzosamente necesita seguir creciendo, tanto de manera orgánica como a través de compras puntuales de pequeñas operadoras locales o virtuales.
La operadora ha despejado estas dudas indicando que para mantener su esfuerzo inversor en lo que va este año y el siguiente ha conseguido otros 280 millones de euros de financiación bancaria, una cantidad que está fuera del acuerdo de la deuda y que se utilizará precisamente para dotar de liquidez a la compañía si decide abordar algún tipo de operación o de compra en los próximos meses.
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