Aena repartirá mañana, 23 de abril, un dividendo de 6,93 euros brutos por acción con cargo a 2018, un 6,6% más frente al ejercicio anterior (6,5 euros), al que destinará 1.039,5 millones de euros para su pago el próximo 23 de abril. El Estado, como máximo accionista, se embolsará más de 530 millones de euros para las arcas públicas.

El gestor aeroportuario mantiene así su política de retribución al accionista ('pay out') fijada en el 80% del beneficio neto anual para los años 2018, 2019 y 2020 en el marco de su Plan Estratégico. Con este compromiso, el Estado, que controla el 51% del capital a través de ENAIRE, recibirá casi 1.530 millones de euros en tres años. El dividendo propuesto multiplica por 2,5 veces la retribución de su primer año en Bolsa (2,71 €/acción).

En 2018, Aena ganó 1.327,8 millones de euros, un 7,8% más en comparación con un año antes, reflejo de la evolución positiva del negocio y la disminución del gasto financiero. El pasado año, Aena rozó los 264 millones de pasajeros (+5,8%) y los ingresos de la red aumentaron un 7,3%, hasta los 4.320 millones de euros.

La compañía que preside Maurici Lucena estima que el volumen de pasajeros para este año 2019 crezca en el entorno del 2% pudiendo este crecimiento variar en el entorno del 0,5%, una previsión de crecimiento moderada ante desafíos como el 'Brexit', la evolución del precio del petróleo y la consolidación del sector aéreo.

Aena admite preocupación por el impacto que el 'Brexit' pueda tener sobre la actividad aeroportuaria de la red, dado que el 17% de los pasajeros proceden de Reino Unido, si bien su presidente ha asegurado en varias ocasiones que la compañía "está preparada" para este reto. A la espera de este proceso, tras España, la mayor oferta este verano en la red se registra en Reino Unido con cerca de 37 millones de plazas, un 6,8% más.

Respecto a la actividad comercial, Aena implementará un plan de acción para mejorar el rendimiento comercial del negocio 'Duty Free' y la definición de una estrategia contractual para la renovación del contrato en 2020 y se procederá a la renovación de la oferta comercial.

En cuanto al plan inmobiliario, ya están en proceso de diseño los dos planes para Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat --un máximo de 349 hectáreas netas en Madrid y un máximo de 200 hectáreas netas en Barcelona--, así como en el inicio del proceso de licitación para seleccionar socios potenciales. Además, estudia extenderlo a otros cuatro aeropuertos: Palma de Mallorca, Málaga-Costa del Sol, Valencia y Sevilla, todavía en fase de estudio.