Mientras el foco mediático de todos los medios españoles esté centrado en la final de la Champions League que este sábado se juega en Madrid, en la otra punta de Europa y a la misma hora, en Montreux, Suiza, se decidirán buena parte de los acontecimientos políticos y empresariales que regirán los destinos del mundo en los próximos meses.
Entre el 30 de mayo y el 2 de junio están reunidos en el exclusivo hotel Montreux-Palace los líderes más importantes del mundo. Bancos, empresas de todos los sectores, fondos de inversión y líderes políticos consolidados y otros emergentes se reúnen para “influir en la creación de un nuevo orden mundial tutelado por la empresa”, según reconoce a EL ESPAÑOL, Cristina Martín Jiménez, especializada en el Bilderberg y con ocho libros a sus espaldas sobre el selecto club.
La lista de este año para la 67 edición de la reunión incluye a representantes de Goldman Sachs, AXA, Google, Axel Springer, LinkedIn, Microsoft, Ryanair, KKR, Total, Credit Suisse, HSBC, WarnerMedia y Daimler, quienes compartirán conferencias, mesa y mantel con líderes mundiales y una nutrida representación de editores de medios como Financial Times, The Economist, Bloomberg, The Washington Post.
La representación española está compuesta por Ana Botín, presidenta del Santander y delegada de la organización en España, Javier Monzón, presidente no ejecutivo de Prisa, el líder del PP, Pablo Casado, y la representante de Ciudadanos Inés Arrimadas.
Regla de Chatham House
Una reunión de la que está siendo más difícil informar -si cabe- que en otros años. La autora de la primera tesis doctoral sobre Bilderberg indica que este año la seguridad se ha reforzado como nunca antes. “El hotel donde se suelen realizar cumbres del G20, está siendo vigilado desde principios de mes y en estos momentos hay carpas situadas en su entrada para impedir que se fotografíe a los invitados”, indica.
Se ha cerrado el acceso al hotel con un perímetro mucho mayor. El objetivo es que no se tenga ningún registro fotográfico ni visual de los asistentes al encuentro. Los asistentes tampoco tienen permitido hacer fotos ni vídeos para lo que se hace un exhaustivo control de sus dispositivos móviles. Y es que Bilderberg hace su propio registro de los encuentros grabando todas las reuniones, mesas redondas, intervenciones programadas, las que se guardan junto a las actas oficiales en el Archivo Nacional de Holanda en una caja herméticamente cerrada que puede abrirse dentro de 25 años.
La reunión de los casi 140 líderes políticos, expertos en finanzas, la industria, el mundo académico y los medios de comunicación, se rige bajo la Regla de Chatham House que establece que los participantes son libres de utilizar la información que reciben, pero no pueden revelar ni la identidad ni la afiliación de los oradores ni de ningún otro participante.
El hermetismo es total. Para ello, los participantes son recogidos en su aeropuerto de origen en aviones privados fletados por la organización que, a su vez, les traslada hasta el hotel suizo, un puerta a puerta en el que no pueden ir acompañados ni de cercanos ni de su seguridad personal. La organización lo tiene todo controlado para que los asistentes lleguen directamente al hotel bajo la promesa de no ser vistos. Centenares de efectivos de seguridad y varios helicópteros se encargan de ello.
"Decidir el destino del mundo"
Los servicios de seguridad europeos y estadounidenses tutelan todo el dispositivo que dura más de un mes. El hotel se cierra durante todo este tiempo para preparar el encuentro y trabajar en la seguridad de los asistentes y de lo que se trate dentro del evento, a un coste que se estima en varios millones de dólares, pagado por los patronos de la asociación, entre los que se encuentran los mayores magnates del mundo.
Solo un dato, la noche en una habitación del Montreux-Palace cuesta entre 400 y 500 euros. Durante las semanas que Bilderberg lo utiliza al completo no se permite el ingreso a huéspedes ajenos a la organización. Otro dato más sobre la seguridad: el hotel está conectado al Petit Palais, el lugar donde se desarrollan las conferencias, por un túnel subterráneo de manera que los asistentes nunca se exponen públicamente durante los cuatro días que dura la reunión.
Todo este despliegue tiene un solo objetivo: “decidir sobre el destino del mundo” según indica Cristina Martín, que agrega que para ello los empresarios utilizan estas reuniones anuales para trasladar a los políticos sus objetivos y las líneas maestras en torno a las cuales debe girar el mundo. “Deciden guerras, quitan y ponen presidentes y controlan la economía de acuerdo a sus intereses”, señala.
Existen tres niveles en Bilderberg. El primero es de los propietarios de los bancos y los fondos de inversión, después hay un comité directivo que está formado por 33 nombres que son los que seleccionan la agenda de invitados y los temas que se discuten cada año. Este segundo nivel tiene un coordinador en cada país y es éste quien tiene la primera palabra respecto de los invitados. En el tercer nivel estarían los invitados eventuales o jóvenes promesas políticas.
Jóvenes promesas políticas
El caso español puede explicar perfectamente esta jerarquía. Ana Patricia Botín es la coordinadora en España, sustituyendo el año pasado a Juan Luis Cebrián después de una década. Ella ha sido la que ha decidido llevar este año a Pablo Casado y a Inés Arrimadas, en su condición de jóvenes promesas. “Ellos se van a examinar y Bilderberg decide si son aptos para llevar a cabo su agenda de cambios”, dice Cristina Martín.
“Si pasan la prueba podrían seguir el camino de Pedro Sánchez, quien fue en 2015 a la reunión y a partir de ahí su carrera despegó y hoy es el presidente de España”. Un “test” que ya han pasado otros políticos destacados como Bill Clinton, Tony Blair o el propio Albert Rivera. Son los "caballos de Troya del poder global". “Resulta más cómodo trabajar en las sombras y financiar a políticos jóvenes y con proyección que cumplan sus objetivos”.
¿Sus planes para España? Cristina Martín lo tiene claro: “conseguir un acuerdo PSOE-Ciudadanos”. “Ellos ya saben cuales iban a ser los resultados de las elecciones en España gracias al big data y por eso han apoyado a Sánchez desde su paso por Bilderberg en 2015. Ahora la orden es que pacte con Ciudadanos para lograr la estabilidad económica y se mantengan sus privilegios. Ellos son los que pagan las campañas y por eso seleccionan a sus candidatos”.
Es más, la investigadora se apresura en indicar que la invitación a Casado busca precisamente que el líder del PP pueda facilitar este pacto, además, se le sugerirá a Arrimadas que presione a Albert Rivera para que finalmente pacte con los socialistas. "Está todo planeado", dice.