El fondo de pensiones de Noruega, el mayor fondo soberano del mundo, tendrá que sumarse a la fiebre de las energías renovables por mandato político. Oslo ha dado este miércoles la orden a sus gestores de vender todas las posiciones que tengan en empresas con negocios exclusivos en el petróleo y el carbón. Curiosamente, buena parte de la riqueza del famoso fondo que gestiona Norges Bank Investment procede del 'oro negro', la industria sobre la que se asienta la riqueza del país.
La decisión del Parlamento noruego supone un duro varapalo para grandes petroleras y gigantes del carbón, como la multinacional suiza Glencore. En el caso de Repsol, fuentes de la compañía se muestran confiados en que la política de inversión no cambie, dado que el grupo español ha hecho un esfuerzo en los últimos años por diversificar su negocio hacia otros negocios con proyectos fotovoltaicos, entre otros.
El fondo soberano noruego tiene invertidas 3.200 millones de coronas noruegas en acciones de Repsol (algo más de 328 millones de euros), que representan el 1,5% de la compañía. Esa cuantía venía aumentando desde el año 2015 y a ella se suman otros 155 millones de coronas suecas (otros cerca de 16 millones de euros) en bonos del grupo que preside Antonio Brufau.
Más allá del futuro de estas inversiones, la principal amenaza que tendrán que gestionar grupos como Repsol es que esta directriz de "preservar el medio ambiente" con las inversiones se extienda a otros grandes fondos soberanos del mundo y se endurezcan los requisitos de inversión en activos petroleros.
Además los 10.000 millones de dólares (unos 8.850 millones de euros) que este fondo tiene invertidos en compañías de todo el mundo que tienen presencia en el negocio de los llamados combustibles fósiles tampoco ayudará a paliar ese daño reputacional.
Encontronazo con Ribera
En el caso de Repsol, la compañía ha sido puesta en el punto de mira por su negocio petrolero por la ministra en funciones de Transición Ecológica, Teresa Ribera. Sin ir más lejos, Ribera acusó la pasada semana a Brufau de no ser un "hombre moderno" por pedir "cautela" en la aplicación del plan de Energía y Clima que tiene sobre la mesa el PSOE.
La otra cara de la moneda se la están llevando empresas con intereses en el negocio de las renovables. Es el caso de Siemens Gamesa, en la que el pasado año el fondo noruego incrementó sus posiciones hasta el 1,96%, de acuerdo con la última información pública oficial.
Precisamente hoy, Norges Bank ha comunicado este miércoles una toma de posiciones importante en Enagás, donde ya controla el 3,1%.
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