El ‘establishment’ acusa a Scytl de no identificar el voto en las elecciones a la Cámara de Barcelona
Algunas candidaturas amenazan con llevar a la empresa hasta la justicia ordinaria por vulnerar todos los puntos del pliego de condiciones técnicas.
18 junio, 2019 04:04El ‘indepe’ Joan Canadell ya es nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona. Ha salido elegido gracias a la mayoría obtenida por las candidaturas afines al Cèrcle de Economía y a la ANC. Un voto en contra del establishment empresarial catalán que ya trabaja para intentar recuperar el control de uno de los principales motores del empresariado en Barcelona.
Se trabaja en varios frentes, y uno de ellos es la exigencia de responsabilidades a la empresa encargada de organizar el sistema electrónico de voto: Scytl. Ya no sólo por el follón que se montó a la hora de hacer el recuento, ahora también porque algunos candidatos como Carlos Tusquets y Ramón Masià consideran que pudo incumplir el pliego de condiciones técnicas exigido por la Cámara.
Según explica a EL ESPAÑOL la abogada de estas candidaturas, Mercedes Cuyás, la empresa catalana estaba obligada a establecer un sistema de doble encriptación del voto; evitar que la plataforma pudiera sufrir caídas ‘graves’ durante las votaciones y debía borrar las candidaturas de aquellas empresas que se retirasen. Sin embargo, a juicio de la letrada, Scytl incumplió todas y cada una de ellas.
Votación interrumpida
En el caso de la doble encriptación de los votos. Cuyás explica que Scytl estaba obligada a garantizar que todas aquellas empresas o personas que votaran de forma no presencial tenían que identificarse dos veces. Sin embargo, eso no ocurrió. Esto es algo que tiene especial relevancia dado que el 84% de los votos emitidos se hicieron vía electrónica, y buena parte de los votos revisados tras las elecciones eran de este tipo.
Para llevar a cabo la revisión de todas esas votaciones los auditores de la Cámara hablaron con Scytl para identificar a los votantes. ¿Objetivo? Comprobar telefónicamente con ellos cómo había sido el proceso de voto y, de paso, cerciorarse de la identidad de la persona que hizo la votación. Esto significa, según Cuyás, que se incumplió la ley de protección de datos y se “vulneró la seguridad” de las distintas empresas.
La falta de seguridad en el voto no es la única reclamación que estos empresarios hacen contra Scytl. También se asegura que no fue capaz de garantizar que el sistema aguantara el proceso de votación sin caídas graves. “Tenemos un acta en el que las votaciones estuvieron interrumpidas durante veinte minutos” uno de los días, explican. Y, por último, está el tema de las empresas candidatas a ocupar sillones en las distintas categorías del plenario.
El pliego de condiciones exige que cuando una empresa se retire del proceso, ésta debe desaparecer de las candidaturas. Sin embargo, esto tampoco ocurrió. Cuando se abrieron las votaciones todas las que se habían presentado permanecían, lo que hizo que “se registraran votos nulos”.
A la justicia ordinaria
La idea inicial de Tusquets y Masià era solicitar la suspensión del pleno de investidura, algo que no lograron. También piden la cancelación del proceso electoral. Sin embargo, eso es algo que está en manos de la Generalitat y ésta ya ha dicho que no va a actuar. Así que es probable que todo este proceso llegue a manos de la justicia ordinaria.
Desde Scytl niegan la mayor. Aseguran que “se han cumplido todos los puntos del pliego de condiciones”, y que “en ningún caso se ha vulnerado carácter secreto del proceso electoral y protegido la privacidad de los votantes”.
En los últimos meses la polémica ha envuelto a la empresa catalana especializada en voto electrónico. Fue la encargada de publicar los datos del recuento de las elecciones municipales y europeas en donde hubo problemas a la hora de ofrecer el recuento de votos. No sólo por el retraso de los primeros minutos, también con la forma en la que publicó los resultados. Esto provocó que hubiera algunos Ayuntamientos en donde se daba un ganador cuando, en realidad, era otro. Incluso, en algunas circunscripciones parecía que faltaban votos por contabilizar.