Las operadoras de telecomunicaciones españolas preparan la chequera para la subasta de 5G del primer trimestre de 2020, un proceso que ha vuelto a la primera línea informativa tras el cierre del proceso en Alemania. El pasado 12 de junio el gobierno alemán cerró el proceso llevándose 6.550 millones a sus arcas, 1.150 millones por encima de lo estimado.
De esta manera, el procedimiento de adjudicación de frecuencias alemán ha devuelto de las operadoras el recuerdo de las costosas subastas del 3G y del 4G que les llevaron a una crítica situación financiera hace más de una década. Vuelven los peores temores respecto de gobiernos que intentan salvar sus presupuestos y financiar su gasto a costa del dinero de las telecos.
En esta subasta alemana Deutsche Telekom se comprometió a pagar 2.175 millones de euros por el espectro asignado, Vodafone se dejará 1.880 millones de euros y Telefónica 1.425 millones.. El operador independiente 1&1 pagará 1.070 millones de euros.
El caso alemán calca lo acontecido en Italia en noviembre del año pasado donde se recaudaron más de 6.550 millones en la subasta de espectro para el 5G de 700 MHz, el que falta por subastar en España, superando en más de 4.000 millones de euros los 2.500 millones de euros previstos. El proceso considerado ruinoso para el sector participaron Telecom Italia, Vodafone Italia, Wind, Iliad y Fastweb.
El Gobierno llama a la calma
¿Y España? El Gobierno tranquilizó el año pasado a los operadores indicando que la subasta no sería “demasiado onerosa”, precisamente para fomentar el rápido despliegue para las redes. Pese a ello, en el sector hay dos grandes preocupaciones: la primera es que efectivamente el afán recaudatorio del Gobierno se imponga a la mesura para fomentar la inversión en redes, pese a que desde la Secretaría de Estado y Agenda Digital se envían mensajes llamando a la calma.
En el caso de la segunda preocupación estamos hablando de la irrupción de un outsider que pudiese encarecer la subasta como en el caso de Alemania con 1&1 o en Italia con Iliad y Fastweb. Las fuentes consultadas indican que en el caso alemán uno de los principales detonantes que impulsaron al alza las pujas fue la irrupción de 1&1 (propiedad de United Internet), un operador independiente estilo MásMóvil, que nació hace 25 años, que compite contra los gigantes tradicionales y que alquila sus redes móviles.
De hecho, las constantes pujas de 1&1 Drillisch llevaron a los grandes a proteger posiciones para no perder el tren del 5G. ¿Podría haber un 1&1 en España?, Descontanto el efecto de MásMóvil, que en la subasta de 5G del verano pasado ya mostró mesura, las fuentes consultadas hablan con preocupación de una eventual irrupción de Euskaltel, compañía que de la mano del nuevo CEO José Miguel García se prepara para traer a España la marca Virgin.
Estas fuentes indican que la compra de espectro 5G sería un golpe de efecto que le otorgaría una buena ventaja competitiva a la nueva marca, ya sea para utilizar esta frecuencia o para venderla posteriormente. Virgin podría crecer de la mano del 5G para intentar solventar el actual déficit de infraestructura que tiene Euskaltel, sin redes propias de 4G ni de fibra.
438 millones en la primera subasta 5G española
Otras fuentes ponen paños fríos a esta posibilidad. Hasta que no se conozcan las condiciones de la subasta no se sabrá qué operadores pueden participar y en anteriores procesos se han puesto límites de cobertura territorial a nivel nacional o se ha pedido garantizar un mínimo en poblaciones de más de 25.000 habitantes, algo que, de momento, no cubriría Virgin con la actual red de Euskaltel.
El segundo condicionante que juega contra Euskaltel es el dinero. Virgin necesita una importante inversión para desarrollarse a nivel nacional y Zegona, el fondo que controla la operadora no tiene demasiado, tras comprar las participaciones necesarias para convertirse en el primer accionista de la operadora vasca.
En la anterior subasta española se asignó el espectro por unos 438 millones de euros y Vodafone fue el ganador tras pagar 198 millones, un montante que parece inalcanzable para Euskaltel. Una tercera barrera sería efectivamente ver si a Euskaltel le salen las cuentas para traer Virgin a España y hacer un lanzamiento a nivel nacional, algo que desde algunos sectores se pone en duda. En cualquier caso, esperan seis meses de infarto al sector.