Atención, rentistas. Este miércoles es el último día para hacerse con acciones de IAG con derecho al cobro de un dividendo que arroja una de las rentabilidades más elevadas de la temporada. Los que cacen este pago el próximo lunes se beneficiarán de un rendimiento de casi el 10% sobre el precio al que ahora cotizan sus acciones.

El truco del ‘superdividendo’ de IAG está en que en realidad se trata de dos dividendos en uno. La última junta de accionistas del holding hispano-británico aprobó la coincidencia de los dos pagos el próximo lunes 8 de julio, con lo que cada una de sus acciones recibirá 0,515 euros brutos. En total, la compañía tendrá que hacer frente a un desembolso de 1.025,9 millones de euros para retribuir a sus accionistas.

La cuantía del dividendo se reparte entre un dividendo complementario con cargo a las cuentas del pasado ejercicio 2018, cuando su benefició subió un 44,2%, y otro especial con cargo a prima de emisión. El primero de ellos, que se suma a los 0,145 euros brutos por acción que IAG ya pagó el pasado 2 de diciembre, asciende a 0,165 euros brutos por título. El segundo alcanza la más generosa suma de 0,35 euros, un importe que por sí solo habría resultado ya en una rentabilidad por dividendo cercana al 7%.

Los rentistas no se lo quieren perder, y es más que justificable. Ya de por sí el montante a distribuir es el más generoso de los que se van a ver en las próximas sesiones en la bolsa española con la única excepción de CAF, que el próximo viernes tiene previsto el pago de 0,765 euros por acción.

Sin embargo, el precio al que cotizan los títulos de la ferroviaria reduce la rentabilidad de tan generoso pago al 1,92% mientras que el de IAG supera el 9,9% frente a su actual valoración de mercado. Y todo ello en tiempos en los que las rentabilidades aseguradas escasean por la perpetuidad de los tipos de interés en mínimos históricos que han decretado los bancos centrales. No obstante, los gestores de carteras recuendan que conviene considerar el impacto sobre el montante final a recibir de las pertinentes comisiones de los brókeres y los impuestos a aplicar en cada caso.

La pérdida de altura que ha sufrido la compañía en bolsa en los últimos meses tiene su lado amable en un potencial alcista que supera el 47%

Si se suman los importes de los tres dividendos que IAG ha afrontado a lo largo de los últimos siete meses, el pago por acción asciende a 0,66 euros brutos. Este importe resultaría en una rentabilidad del 12,5% al actual precio de cotización del grupo. En total, la compañía sacará de la hucha un total de 1.314,7 millones de euros.

En virtud del calendario anunciado por IAG a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en febrero, y ratificado por su junta de accionistas del pasado 20 de junio, tendrán derecho al cobro del dividendo complementario y el especial los que sean accionistas al cierre del próximo viernes 5 de julio. A razón de los plazos para la ejecución de las órdenes de compraventa en los mercados europeos, tendrán esta condición los que ya tuvieran títulos del grupo y los hayan mantenido en cartera hasta el final de la jornada de este miércoles, así como todos aquellos que los adquieran a lo largo de esta misma sesión.

Entre las dos fechas, este jueves 4 de julio, tendrá lugar el descuento en precio de cotización del importe a distribuir. Así, las acciones de IAG saldrán a subasta de apertura por 0,515 euros menos de lo que marquen al cierre de la sesión de este miércoles. El aluvión de órdenes de compra que se están produciendo en el mercado para tener derecho al cobro ha dado lugar a subidas del 2,6% en la sesión.

Los analistas señalan que al repunte también contribuye la depreciación del petróleo, que a la par está castigando a Repsol. Sin embargo, según datos de Infobolsa, al cierre de la sesión en bolsa se habían cambiado de manos 4,08 millones de acciones frente a los 2,8 millones que marca la media anual diaria del grupo hispano-británico, que recientemente ha conseguido aprobar el test de españolidad para su accionariado.

UN POTENCIAL ALCISTA DEL 47%

Este último factor es uno de los más aplaudidos por los analistas en su trayectoria reciente, pues asegura que en el caso de que sobrevenga un Brexit duro el grupo podrá seguir con sus rutas y frecuencias habituales entre ciudades de la Unión Europea. En este sentido, para aerolíneas radicadas fuera de los países miembros del club comunitario rigen ciertas restricciones.

Las dudas en torno al resultado de este examen y, sobre todo, el auge reciente de los precios del petróleo mientras se pone en duda la solidez de los flujos turísticos en Europa han llevado a la aerolínea a convertirse también en una oportunidad para los cazadores de gangas. Eso sí, siempre y cuando consideren que IAG goza de unas finanzas sólidas como para capear todos estos posibles contratiempos o que ha sido demasiado castigada al descontar un escenario catastrofista que puede no llegar a consumarse.

IAG ha logrado aprobar el test de españolidad de Fomento, lo que le asegura la continuidad de sus rutas y frecuencias dentro de la Unión Europea incluso con un Brexit duro

Los números de cotización y beneficios sí que señalan que, más allá de conjeturas sobre su futuro más próximo, las acciones de IAG están ‘de rebajas’. Actualmente, su ratio PER es de 4,65 veces beneficios. Esta marca en el indicador por antonomasia para medir lo cara o barata que cotiza una compañía supone un 20% de descuento frente a su media histórica. Y el consenso de analistas de Thomson Reuters le dan un potencial alcista del 47,4% hasta los 7,81 euros por acción.

En lo que va de este 2019 que ya ha pasado su ecuador, la compañía sufre un retroceso de más del 23% en su capitalización. En el primer trimestre del año, IAG cosechó ventas por 5.318 millones de euros, un 5,9% que el año anterior. No obstante, el beneficio por operaciones menguó un 60,3% hasta 135 millones debido principalmente a los mayores costes asumidos por las compras de combustible.

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